Un taxi se estacionó enfrente de una casa antigua, los vecinos observaron bajar a dos chicas casi iguales, debido al color de cabello, y acercarse a aquella propiedad que se suponía no pertenecerle a nadie. Supusieron que ellas debían ser nuevas propietarias
— Aun no me has dicho cómo es que tienes un conocido aquí en Mokpo.
Evitó mirar a su gemela, en cambió respondió sin dejar de caminar entrando a la propiedad.
— No tienes porqué conocer a todos mis amigos. Solo será un tiempo, después iremos a Busan.
— Piah, ya te dije que no quiero ir allá.
"Lo desearás pronto. Lo sé" pensó preocupada la pelinegra antes de detenerse en la puerta y tocar rogando para que fuese una puerta como las de la cuidad.
Miah observó con curiosidad el lugar hasta dar con una nota en el marco de la puerta tomándola teniendo la mirada de su hermana que detuvo los golpes de la puerta.
— Parece que tu amigo salió de casa.
— ¿Qué? Dame eso.
En segundos la pelinegra le arrebató la nota leyendo lo que aquel bastardo idiota, como le tenía catalogado, le daba instrucciones breves y concisas.
La llave está debajo de la maceta, siéntete como en casa, pero no abras la puerta al final del pasillo, es mi habitación.
"Odio aceptarlo, pero le agradezco el gesto"
Siguió las instrucciones, no le fue complicado instalarse, porque sus cosas no eran muchas debido a lo sucedido. Las malas noches cobraron la factura de su hermana menor quedándose dormida en la habitación que eligió para ella, mientras que Piah se encargó de curiosear hasta que se dio cuenta de que la casa necesitaba limpieza urgentemente.
No estaba obedeciendo porque quisiera llevar la fiesta en paz, sino porque se vengaba de la forma en que la chantajeo para estar ahí.
El hecho de que le dijese 'No te daré tiempo para que lo consideres, pero ten en cuenta que es la única vez que te lo propondré', fue como haberle advertido que solo era el salvavidas que le daba igual si decidía ahogarse o tomarlo. Por eso cuando él comenzó a caminar de nuevo al río para tomar los zapatos que seguían en aquel lugar y volvió para por fin irse, fue ella misma quién le detuvo y aceptó su ayuda, sin saber que era lo que quería de ella.
Buscó algún closet o bodega en donde suponía estarían almacenados los productos de limpieza, finalmente encontró lo básico, escobas, trapeadores, cubetas, jabón, desinfectante y eso era todo.
"Este tipo debe estar loco"
No lo quedó opción y comenzó a limpiar, le estaba resultando demasiado estresante esa situación, aunque una parte de ella, una muy en el fondo de su subconsciente le decía que era lo mínimo que podía hacer por aquel idol rubio que era inocente y que por lo que veía estaba huyendo de la justicia.
La nota claramente indicó que una puerta en específico no debía ser abierta, puesto que era la habitación del idol, por ello, aunque imaginaba que tal lugar estaba igual de sucio que el resto de la casa, se quedó enfrente de la puerta por un par de minutos decidiendo si entrar o no. Siendo cobarde, se dirigió a la puerta contraria encontrando algún tipo de despacho o biblioteca, trató de dejar que el polvo disminuyera considerablemente, solo que la lluvia seguía siendo el problema porque no podía abrir las ventanas. Casi una hora después salió de aquella habitación y se volvió a poner frente a la puerta de la habitación de Donghae.
"Algún día me lo agradecerá"
Quiso no considerarlo dos veces y abrió la puerta encontrándose con un escenario totalmente fuera de sus expectativas.
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Freedom 'Lee Donghae' (이동해)
FanfictionReligious War III [Libertad] ¿Paz o Guerra? Tercer y último libro. Elisa y Junae tienen algo en común y no precisamente por estar sentimentalmente relacionadas con miembros de SJ, no. Ellas sufrieron ataques de un sasaeng, pero ¿Qué pasó con él? Li...