Senju-Uzumaki | Neji Hyuga|

Capítulo 24 - Código de los Lobos.

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♡~ ¡Hey, hey, hey! ~♡

Lamento no haber subido capítulo el sábado
Es que este capítulo es realmente extenso, y me tardé bastante en terminarlo.
Son 8060 palabras (sin contar estas).

♡ En fin, espero que les guste y que lo disfruten ♡

♡~ All The Love ~♡
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— ¿Lista?. — la voz de Mamoru-sama me sobresaltó.

Hoy iríamos a la manada que queda en el país del hierro, ahí entrenaría con Iwao-san.

— Naisha. — llamó Ao-san antes de que le respondiera al jefe.

Ao-san se había ofrecido como parte de los lobos que me escoltarían, pero debido a que aún no está totalmente recuperado le negaron acompañarme.

— Ten, el frío en el país del hierro es algo de todos los días. — informó mientras me entregaba una bufanda similar a la de Hitoshi-nii-san — Hitoshi siempre perdía sus bufandas, así que hay bufandas de repuesto en todas las manadas. — comentó.

— A veces era realmente olvidadizo. — bromeé causando su risa.

— Deberías abrigarte más. — habló Daiki mientras se acercaba con un haori negro por fuera y rojo por dentro.

Miré el haori con atención, a mi parecer era hermoso.

— Parece que tu haori lo terminaron antes de tiempo. — comentó Mamoru-sama — De ahora en adelante lo usarás como muestra de tu contrato con nosotros.

La imagen de Hitoshi-nii-san con uno similar, pero en blanco, vino a mi mente.

— ¿Estás bien, pequeña?. — la suave voz del jefe me hizo mirarlo.

Asentí — Sólo... recordaba que Hitoshi-nii-san usaba uno. — murmuré.

— Así es. — afirmó — Úsalo con orgullo, pues te estamos reconociendo como parte de nuestra manada, como líder.

Aquello me incomodaba, el termino "líder" me parecía excesivo — Parece que a alguien no le gusta ese apodo. — molestó Dai.

La risa del jefe me hizo avergonzar — Está bien, pequeña. — habló una vez se calmó — Para los lobos siempre serás nuestra pequeña princesa.

Su tono paterno me hizo sentir una calidez en mi interior, provocando que una sonrisa floreciera en mis labios — Bien princesa, — habló Dai con burla — debemos irnos.

Bufé y le di un leve empujón a mi compañero — No molestes.

— Que lleguen con bien. — despidió el jefe.

— Cuiden de la princesa. — pidió Ao-san preocupado.

— No se preocupe. — le sonreí — Estaremos bien.

De mala gana me posé en el centro de la formación, no me agradaba la idea de que me cuidaran tanto. Pero no tenía muchas opciones, había sido la orden de Mamoru-sama y ni los lobos ni yo podíamos contradecirlo.

— Descuide princesa, la cuidaremos con nuestra vida. — habló un lobo de pelaje castaño claro.

Una mueca se formó en mi rostro — No será necesario. — le aseguré — Cuidémonos entre nosotros, así estaré a salvo. — le sonreí.

Daiki me dio un leve empujó y con su cabeza apuntó su lomo — Sube, no debemos tardar tanto.

Lo miré con sorpresa al verlo más serio de lo normal, pero decidí no decir nada y sólo obedecer.