Después de aquella misión volvimos a la aldea al día siguiente, le entregué el informe de lo ocurrido y me dieron el resto del día libre.
Neji no se había alejado de mi, ni tampoco había soltado mi mano en el camino.
En el fondo se lo agradecía, ya aquel acto causaba cierta sensación de calma en mi.
Cuando salimos de la torre Hokage nos encontramos con Kiyoko, esta parecía apurada, y en cuanto me vio se dirigió a paso rápido hasta mi.
— ¿Pasó algo?. — Neji miró con preocupación a su hermana.
Kiyoko pasó olímpicamente de él, provocando que el ceño del chico pantene se frunciera.
— Necesito que vengas conmigo. — posó sus manos en mis hombros.
La miré preocupada — ¿Qué sucede?.
Pero la niña sólo sonrió en grande — Tu calla y sígueme. — ordenó.
Miré a Neji y le sonreí mientras me encogía de hombros — Nos vemos mas tarde. — me despedí.
Él asintió y acarició mi mejilla — Si pasa algo, avísame. — pidió — No tardaré en llegar a ti.
Le sonreí, y cuando iba acercarme para besar su mejilla, Kiyoko tiró de mi.
— Si, si. Saben que me encanta que estén juntos, pero debemos ir AHORA. — ordenó con gran entusiasmo.
Finalmente suspiré y me despedí con la mano de mi lindo y tierno novio, y simplemente me dejé guiar por la Hyuga.
— ¿Me vas a decir qué te pasa?. — suspiré con flojera.
— ¡Es una sorpresa!. — exclamó.
La miré dudativa — ¿Esto me traerá algún problema?.
Kiyoko negó rápidamente — No es nada malo, te lo prometo.
Asentí y simplemente la seguí.
Noté que me estaba llevando hasta la salida de la aldea, ¿qué estaba pasando?.
— Llegamos temprano... — la oí murmurar.
— ¿No me darás ninguna pista?, ¿algo?. — pedí.
Kiyoko negó con una sonrisa aniñada — Sólo espera.
Terminé suspirando, si no quería decirme no me quedaba más opción que aceptarlo.
Los minutos pasaban y mi flojera crecía, en este instante podía estar tomando alguna siesta, descansando de la reciente misión...
Misión...
Ena...
No pude hacer nada por salvarla...
Han pasado tres años, tres años y no he mejorado nada.
Tal vez debería centrarme en mejorar, dejar de vaguear y entrenar. Al fin y al cabo, fue mi culpa que aquella niña muriera. Mi ninjutsu médico es mediocre, con eso no podría salvar a nadie.
— ¿Naisha?. — la voz de cuatro personas conocidas me hizo levantar la vista y mirarlos.
— ¿Pasó algo?. — Shiro-sensei me miró preocupado.
Suspiré y negué — No. — respondí, pero mi voz me delató.
— Naisha-senpai... — Koichi se aceró a mi y me miró preocupado.
Verlo me hizo recordar a Ena, ambos son inocentes, ambos son menores, y de alguna forma, que no tiene real sentido, me parecen similares.
Con delicadeza posé mi mano en la mejilla del rubio. Si le pasara algo similar, ¿podría salvarlo?.
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Senju-Uzumaki | Neji Hyuga|
Hayran KurguHan pasado dos años y medio, y Annaisha espera impaciente por ver a su primo y amiga. ~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~ - Tu madre fue mi maestra, y le prometí que te enseñaría todo lo que ella me enseñó. - mi sensei de cabello blanco me miró serio. ~*~*~...