Capítulo 8 - Urgencia en la aldea.

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La quinta noche llegó, me encontraba entrenando junto a Mamoru-sama cuando un ave apareció y se posó en mi hombro provocando que el jefe y Daiki se detuvieran.

De su pata saqué una pequeña nota, la miré con el ceño fruncido a la vez que aquella ave se iba.

—¿Qué dice?. —preguntó Daiki en cuanto abrí y leí la nota.

— La Hokage pide disculpas, pero necesita que regrese a la aldea, dice que es urgente. — informé.

Miré a Mamoru-sama, y el asintió — Ve y no tardes en volver, por hoy terminamos el entrenamiento.

Asentí y corrí a la casa para tomar mi armamento ninja y mi banda de regulación, Daiki entró conmigo.

— Te llevo. — afirmó.

— Debes estar cansado. — intenté negarme.

— Será más rápido si te llevo. — me respondió serio.

Lo miré y vi que no aceptaría un no como respuesta, por lo que suspiré y acepté — Bien, tu ganas.

Él asintió y ambos salimos rápidamente de la casa, me subí a su lomo y Daiki comenzó a correr en dirección a la aldea.

Cuando llegamos vimos que la aldea completa se encontraba a oscuras.

— ¿Qué está pasando?... — murmuré preocupada.

En la entrada nos encontramos con Konohamaru, Udon y Moegi, los niños al verme me sonrieron.

— Naisha-nee-san. — saludó Moegi.

— Hola. — saludé manteniendo la calma — ¿Saben que es lo que está pasando?.

Los niños negaron — Que mal, no me gusta la oscuridad. — habló levemente asustado Udón.

— Tranquilo, no pasará nada. — aseguré mientras me bajaba de Daiki y posaba mi mano en la cabeza del menor.

— Annaisha. — saludó sorprendido Ebisu al verme ahí.

— ¿Qué está pasando, Ebisu-san?.

— Parece que está ocurriendo algo raro. — fue todo lo que dijo.

Asentí — Bien, debo ir con la Hokage. — acaricié la cabeza de los menores y les sonreí — Cuídense. — miré a Daiki — Ve a descansar, cualquier cosa te llamo. — él asintió y se internó al bosque nuevamente, pero pude sentir como simplemente se escondía entre los arbustos.

— ¡Cerraremos la puerta central! — exclamó Kotetsu-san, así que no demoré en entrar.

Corrí de forma rápida hacia la torre Hokage, pues ahí me había citado la Quinta.

En el camino divisé a algunos ninjas comunicándose con unas linternas por código morse. "La línea directa ha sido asegurada", o algo así entendí.

Llegué frente a la Hokage y noté también la presencia de Jounins, pero eran demasiado pocos, ¿dónde estaba el resto?, ¿qué ha pasado en estos cinco días?.

Entre ellos estaba Genma, por lo que me puse a su lado, él me miró y sonrió levemente. — Me alegra verte por acá, aunque lamento que hayas tenido que dejar tu entrenamiento. — le sonreí de vuelta.

Claramente él sabía sobre el adelanto de mi entrenamiento, al fin y al cabo me conoce desde niña y no le ocultaría nada de importancia.

— La línea directa ha sido asegurada. — escuché que Shizune-san le dijo a la Hokage — Ahora debemos ser capaces de responder sin importar desde donde nos ataque el enemigo.

Senju-Uzumaki | Neji Hyuga|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora