Han pasado dos años y medio, y Annaisha espera impaciente por ver a su primo y amiga.
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- Tu madre fue mi maestra, y le prometí que te enseñaría todo lo que ella me enseñó. - mi sensei de cabello blanco me miró serio.
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Akira nos mandaba cartas una vez al mes, pero hablábamos poco y nada sobre su entrenamiento, y de Naruto no sabía absolutamente nada.
— Sigamos. — la voz de Shiro-sensei me hizo suspirar, pero no demoré en ponerme de pie.
— ¿Sucede algo Naisha-senpai?. — miré al rubio con una sonrisa ladina y negué.
— Todo está bien, Koichi. — aseguré.
— Sólo tiene flojera. — agregó Kiyoko con gracia.
— Comprendo. — contestó pensativo.
Reí levemente al verlo así y revolví su pelo.
Koichi fue agregado a nuestro equipo hace un año, se graduó antes que su generación, se podría decir que es un chico con grandes habilidades.
Pertenece al clan Yamanaka, por lo que heredó el cabello rubio y los ojos celestes, aunque sus ojos son de un turquesa más oscuro.
A pesar de llevar un año como equipo, él nos sigue tratando con mucho respeto, algo que nos causa ternura.
— Así como vamos, llegaremos a la aldea mañana al amanecer. — informó Shiro-sensei.
Los tres asentimos y comenzamos a correr en dirección a la aldea.
Al frente iba Kiyoko junto a Shiro-sensei, al medio Koichi y yo iba al final.
Miré a Koichi y recordé los exámenes chunin, él y Kiyoko fueron unos de los que llegaron a la última fase.
Debo admitir que esos exámenes fueron más tranquilos que el primero que hicimos. Y en este exámen Koichi y Kiyoko ascendieron a chunin.
Por mi parte, ascendí a Jonin hace un año. Está demás decir que mi madre casi llora del orgullo al saber que me habían ascendido, aunque mi hermano encuentra que es un dolor de cabeza, y la verdad es que comparto ese pensamiento.
Si lo pienso, ahora sólo Akira y Naruto falta que pasen a Chunin, y bueno, también el emo.
Cambiendo de tema, mis entrenamientos con Hitoshi-sensei fueron en aumento, y me enseñó varias cosas..
~~ Flash Back~~
Estábamos acampando a un lado de un lago, llevábamos ya dos días ahí.
— Annaisha. — llamó y lo miré — hoy te enseñaré algo que tu madre me pidió que te enseñara cuando estuvieras lista, y ahora lo estás. — habló seguro.
