C I N C O

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—¡Aún no!

Kaminari miró hacia atrás mientras abriría las puertas y Katsuki entraba.

Shoto tomó la cobija de la cama recién hecha y se cubrió a una velocidad sorprendente, por los Dioses que estaba en pijama y un alfa no podía verlo así. Nunca.

El alfa miró al omega rubio buscando respuesta ante lo alterado que se via Shoto. Solo recibió un movimiento de hombros.

—¿Estas bien? —Pregunto Kaminari.

—¡Él no pued-! Oh, Dioses, todo lo hacen mal aqui.

El alfa parpadeo aburrido mientras miraba como el omega hacia un esfuerzo por cubrirse, lo cual era inútil, ese pijama le cubría de pies a cabeza y ya lo había visto anoche así. Cuál era su maldito problema.

—Uh, bueno, esto será rápido. —El rubio tomó las prendas que había escogido ese día para el. —Esto sonara estúpido y nunca creí preguntar esto... ¿Puede Shoto llevar esto?

El omega se mordió los labios esperando la respuesta del alfa.

—Joder. Usa lo que quieras, yo no voy a decirte nada, si quieres usar tu ropa vieja, perfecto, si quieres usar esto igual está bien. Pierdo mi tiempo con esto.

Katsuki se giro para salir y volver a entrar a su habitación, a esperar a que Shoto le salude.

Kaminari no logró convencer a Shoto de usar los pantalones cortos, y cambió la camisa por una menos transparente y de manga completa. Le repitió cinco veces que se iba a morir de calor.

Shoto estaba volviendo en si poco a poco. Qué rayos estaba pensando para meterse en la habitación de un alfa, en pijama ¡Le había tomado del brazo! Había preguntado por su nido, su celo, y... no le había pasado nada.

Era la primera vez que dejaba que sus instintos salieran libres, nadie regañandole tras su espalda, ni corrigiendo su postura cada veinte segundos. Había entrado a la habitación de un alfa, su alfa, y había salido intacto, llevándose un poco de su aroma a manzanas dulces por lo que pudo dormir perfectamente. Y ahora, le estaba dando libertad para escoger que ponerse.

Claro, iba a ser difícil quitarse de la cabeza sus antiguas costumbres, se había mordido la lengua cuando había visto que Kaminari vestía casi la misma ropa que le había ofrecido, a diferencia de que llevaba unos collares con piedras que brillaban y parecían transparentes en su cuello. También tenía pulseras en uno de sus tobillos, no hacían ruido cuando caminaba por lo que no debían ser valiosas. Se contuvo de decirle que era vulgar vestir así, que si su alfa lo encontraba así iban a castigarlo.

Pero la imagen del alfa amable y de sonrisa despreocupada de ayer le lleno la mente, ayer ni siquiera le había dicho a Kaminari más de unas palabras luego de que el rubio haya desafiado al príncipe.

—¿Listo? —Asintió mientras se acomodaba unas botas de cuero que le había dado. —Ahora, si aceptas a Katsuki solo tienes que darle tu mano.

Ayer le di la mano. Pensó distraído mientras se enderazaba.

—Uhm, sonara grosero pero yo... Estoy al tanto de la situación, a ojos del reino ya estás siendo cortejado, creen que aceptaste a Katsuki y aquí las cosas se ponen serias con un cortejo... —Le escucho soltar un suspiro pesado mientras le miraba a los ojos, lo veía con pena, tenía la misma mirada que Natsuo le daba cuando le veía comerse el soba que recibía en sus cumpleaños. —Shoto, nadie puede tocarte sin tu consentimiento ¿De acuerdo? No me imaginaria que llegue un alfa, me saque de mi casa y-

—Estoy bien. —Entrelazo sus propios dedos. —En mi casa nunca había desayunado fruta.

Denki sintió un nudo en su garganta. Si así trataban a un omega de la familia real ¿Qué era de los omegas comunes, de los pobres, los niños?

Savage [Bakutodo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora