V E I N T I S E I S

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Cuando vio a Denki se sorprendió de lo mucho que había crecido su vientre, solo pudo comparar tamaños y sentirse algo impotente. Si bien había crecido considerablemente aún no le era suficiente, pero estaba feliz por su amigo, pero el anhelo le apretaba el cuello.

Por su marca, le llego un sentimiento de paciencia, no suyo, seguro era su alfa tratando de decirle que esperar no era malo.

—Ya esta todo listo, majestad. —Contestó el rubio mientras apartaba a Riot con un pie para que no se acerque a su dragon que tenía ahora a su lado.

Sero no podía estar con él todo el día, pero tenían a su fiel dragon que adoptó un tamaño considerable para ayudar de soporte a Denki cuando se cansara.

—¿Majestad?— Repitió con duda, ni cuando había llegado y eran extraños lo había tratado con esa formalidad. —Somos amigos, Denki.

—En acontecimientos de celebración debo mantener la formalidad.

Shoto iba a seguir diciendo que no era necesario pero su alfa llegó a su lado, posando una mano en su cintura y tirando un poco de la tela para que se  apretara alrededor de su vientre. Un recuerdo.

Estaban frente al castillo después de todo, habían muchos pueblerinos rodeando por ahí.

Supo que Denki y Sero iban en serio con la formalidad cuando les hicieron una reverencia. El omega a medias por obvias razones.

—Voy a descansar. —Fue lo único que dijo Bakugo antes de empezar a caminar con él a su lado.

Riot no los siguió, simplemente se fue a su lugar en el establo.

Sentía como si viera todo de nuevo, el invierno se iba poco a poco, aún era fresco en la sombra pero el sol le quemaba. El castillo, estaba igual, a excepción de las decoraciones que habían por la pronto coronación.

Ya lo había hablado con Katsuki, solo se preparaban, el uno al otro, y tenían que hacer el juramento de sangre frente a todos. Luego tenían que volver al castillo, pues como nuevos líderes no tenían tiempo para perderlo en celebraciones. Cargaban con un pueblo sobre sus hombros, solo podían festejar y bailar cuando vean que todo va prosperando.

Apenas cerró la puerta de la habitación que compartirán el alfa soltó un largo suspiro, dejando colgada su capa y moviendo sus hombros y cuello en circulos para destensarse.

Shoto se dejó sujetar cuando el otro lo rodeo por el torso y apoyo su cabeza en su hombro. Se dedicarán a exparsir su aroma con lentitud por todo el lugar en silencio, había pasado demasiado tiempo fuera y su esencia ya no estaba.














A diferencia de su boda, todo iba a ser en la plaza principal con el pueblo a su alrededor, un recordatorio de como estaban empezando y como iba a mejorar en los años a seguir, de que ahora había gente anciana brindadoles toda su esperanza en que mejorarán todo para sus hijos, nietos y vecinos.

Katsuki pinto la cara de su omega, la línea de la cordura, justicia y paciencia surcando sus bonitos rasgos. Una promesa hacia el pueblo en el que había nacido y por el que moriría de ser necesario.

Shoto espero a que el alfa pintara también las líneas de la familia en sus brazos, no dijo nada cuando sintió las manos del alfa temblar en la última línea que termina en el dorso de su mano izquierda. El alfa de giro para pintarse el mismo con ayuda del espejo que tenían en el baño pero Shoto fue tras él.

—Puedo hacerlo. —Le dijo mientras tomaba el pequeño tazón donde había pintura negra, la blanca ya estaba en una mesa y lista para usar. —Pero ayúdame un poco.

Savage [Bakutodo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora