V E I N T I D Ó S

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Shoto respiraba fuerte, podía sentir su propio pecho subir y bajar con rapidez con cada espiración e inspiración, las manos le temblaban pero aún así sostenía a Katsuki con un brazo en la cintura porque el alfa estaba a la defensiva y no quería que se lanzará a atacar.

Aunque por el lazo podía sentirlo más asustado que furioso.

Y le daba miedo. No Katsuki, jamás le tendría miedo a Katsuki. Tenía miedo de la situación, parecía volver a ser un omega que esperaba a lo que los demás, los superiores quisieran hacer con él.

Denki había salido de la habitación por petición de los reyes y Katsuki sólo retrocedió cuando el omega lo apego en un abrazo desde atrás con una sola mano

— Paso casi una semana y no dijiste nada, Katsuki.

—Es mi relación, mi mordida, mi omega. No tengo que darle explicaciones a ustedes. —Se guardo el gruñido cuando Shoto le apretó la mano con la que lo sostenía desde la cintura. —¿Quién les dijo?

—¿En serio crees que los sirvientes te tienen más fidelidad a ti que a nosotros? —Mitsuki empezó a caminar a su alrededor, solo le ponía más nervioso porque no podía ver que hacía, pero Shoto no le quitaba los ojos de encima a ella. —No pasó ni un día y lo sabíamos.

—Pues te mintieron. No pasó nada. —Sus ojos se movieron a su padre que se quito la capa y la empezó a envolver entre sus brazos y luego la iba a dejar a una silla de la pequeña habitación. —No actúen como si solo hubieran sido ustedes dos en toda su vida.

—¡Tu padre y yo nunca fuimos al harem!

Katsuki sintió ganas de llorar.

—¡Porque tenían libertad! ¡Porque vivieron antes de casarse! —Se pasó el antebrazo por la nariz pero no soltó la mano de Shoto que le rodeaba. —¡No llegó un desconocido a ma-marcarte porque necesitabas ayuda! ¡Te casaste porque querías, nadie te obligó y tampoco era tu ultima maldita opción! ¡Te cortejaron, aceptaste sus joyas, sus regalos y bailaron en la fiesta de primavera porque tenías libertad!

—Alfa.

Voto aire por la boca y se trago un sollozo.

—Hijo, entiende. El primogénito es quien toma el papel de líder en el pueblo.

—¡Entiendan ustedes! ¡Estoy tratando de ser un buen alfa! ¡Le estoy dando lo que no tenía!

—¡Pero no a costo de tener un cachorro bastardo! —Masaru se quedó de piedra ante su propio grito. Movió sus hombros tratando de quitarse tensión y prefirió dirigirse esta vez a Shoto, le tenía más paciencia a él que a su propio hijo. —Lo siento, Shoto. Como líder no debo gritar, pero esto sale de mis manos.

—Yo no-Yo no estuve con ningún alfa.

—No me mientas, cachorro.

Shoto negó rápido y asomo por fin la cabeza detrás de Katsuki, estaba quitándole vigilancia a Mitsuki pero no creía que sea de las que atacan por la espalda.

Tenía razón, ella se movió hasta ponerse al lado de Masaru.

—Es la verdad. No pasó así. Yo solo...

—No les debes explicaciones.

—No puedo creerte aunque quiera, cariño. —Mitsuki lo miro con los ojos afilados. —Hueles a cachorro.

Shoto se tocó el vientre y Katsuki maldijo por lo bajo, él ya lo había sentido hace días, antes del harem, exactamente unos días después de su primera unión pero estaba esperando que el omega se de cuenta por si mismo y había hecho lo que estaba en sus manos para cubrir el aroma del embarazo del resto.

Savage [Bakutodo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora