- Potter Black

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«Potter Black»

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Cassiopeia corrió hasta el baño de la habitación que compartía con Harry y comenzó a expulsar toda la comida de la semana. Se encontraba sola en casa, pues Sirius pasaba su día con Eric y Lupín, mientras que James y Harry se encontraban en el Ministerio. Bueno, sola no estaba; debía cuidar a su pequeño cuñado, Andrew.

¿Dasi? –el pequeño pelirrojo caminó hasta la castaña– ¿Tas bien? –Cassie asintió y le sonrió.

–¿Te gustaría que preparáramos galletas?  –Andrew asintió. Cassiopeia lavó sus dientes y bajó hasta la cocina con el pequeño.

Habían pasado dos años desde que Cassiopeia y Harry se unieron eternamente y tres desde que aquella guerra terminó. El primogénito de James y Jane Potter ejercía como Auror, al igual que Ron, mientras que Hermione trabaja en el departamento de Regulación y Control de Criaturas Mágicas. Cassiopeia se dedicó a la literatura y a relatar la historia que Rose en algún momento quiso contar, la joven de 21 años maduró desde que comenzó a ver la vida desde otra perspectiva, aunque por dentro seguía siendo la misma Cassie de siempre. Ella no quería dedicar su vida a un trabajo monótono y aburrido, la literatura en su vida era algo más como un pasatiempo. Todos habían madurado y se encontraban rehaciendo sus vidas; Remus y Eric decidieron adoptar un pequeño bebé que había perdido a sus padres, y decidieron llamarlo Magnus II.

Cassie adoraba a Andrew y Andrew adoraba a Cassie, lo que sorprendió a todos. No sabía cómo, pero los Potter siempre la hacían cambiar de opinión; primero fue Harry (a quien aborrecía, a él y a sus metidas de pata que terminaban en correr peligro), luego Rosalyn (odiaba a los niños) y ahora Andrew (odiaba a los bebés).  Ahora mismo se encontraba haciendo galletas junto a su pequeño cuñado.

–¡Mira, Drew, pude hacer una carita feliz con las chispas! –chilló emocionada mientras el pequeño reía– ¿Sabes? Ya sé por qué a la señora Weasley le gusta tanto cocinar...

La tarde transcurrió como de costumbre, aunque ese día era especial, pues Rosalyn regresaba a casa, luego de terminar su quinto año en Hogwarts. Harry junto a James,  la esperarían en la estación. Cassie creyó que era buena idea hornearle un pastel de chocolate a Rosalyn.

–Y tú, pequeña zanahoria, debes dormir tu siesta –el pequeño negó con la cabeza.

–¡Dibro!

𝐌𝐚𝐥𝐝𝐢𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora