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«extra»
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Tres años habían pasado desde aquel dos de mayo de 1998, dos años desde que Magnus Saucet murió en la batalla.
Una mujer de veinte años caminaba lentamente por el cementerio, en sus manos llevaba un ramo de peonías y vestía completamente de negro. Dejó de caminar por aquel lúgubre lugar y se arrodilló frente a una lápida.
MAGNUS HENRY SAUCET OWEN
NACIÓ EL 14 DE FEBRERO 1980 FALLECIÓ EL 2 de MAYO DE 1998
– Bueno, aquí estoy –suspiró y dejó el ramo de peonías junto a las demás flores– Lamento mucho haber tardado tanto en venir a verte y no asistir a tu funeral, no estaba lista y creo que jamás lo estaré... Oh, Magnus, tengo tanto qué contarte –sonrío de lado mientras una lágrima comenzaba a caer por su mejilla– Soy mamá, una excelente mamá, ¿Puedes creerlo? Al principio fue difícil, no sabía cambiar pañales y lloraba cada vez que Apolo lloriqueaba también, fueron meses bastantes caóticos –rió un poco– Estoy segura que tú hubieras sido una excelente tío... Queríamos llamarlo como tú, ya sabes, para honrarte, pero Eric y Remus se nos adelantaron. Tu padre está bien, dentro de lo que se puede, sabe que estás en un lugar mejor... –de pronto, Cassiopeia comenzó a sentir una presión en el pecho, enseguida comenzó a sollozar mientras se abrazaba a sí misma.– Pero no lo entiendo, Magnus, no entiendo en qué momento dejaste de estar acá, en qué momento partiste sin avisar. Es horrible, sabes, pensar que si no te dejaba solo con aquel mortífago ahora estarías aquí, viviendo todo esto conmigo.
–Demonios, Magnus, no sabes cuánto te extraño –sollozó– Necesito escuchar tu voz, tu sarcasmo, tu risa, te necesito a ti, aquí conmigo... Papá dice que aquello que nos aman jamás nos abandonan, ¿Es cierto, Magnus? ¿Estás aquí conmigo? –un viento comenzó a cesar– ¿Por qué, Magnus? ¿Por qué hiciste una promesa que no pudiste cumplir? Eras mi mejor amigo, como un hermano para mí... Y te fuiste, me dejaste, Magnus. Mi pequeño Apolo sabrá de ti, sabrá lo increíble que eras y lo importante que fuiste para mí, le contaré nuestras historias juntos... Aunque no todas, algunas se quedarán para nosotros –sonrió un poco y con la manga de su cardigan secó las lágrimas de su cara.– Harry ha sido de gran ayuda para mí y este proceso, él es, simplemente... Maravilloso. Finjo que no lo sé, pero sé que me escucha cuando lloro por las noches... He perdido mucho, sabes, primero mi madre, mi tío, Jane, tú... No sé si aguantaré otra pérdida en mi vida. Siempre me decías que era fuerte, ¿es verdad, Magnus, realmente pensabas eso?... Estoy muy orgullosa de ti, Magneto –se levantó con cuidado de no mover las flores y suspiró, mirando el cielo– Te extraño, Magnus, prometo volver.
