xxviii. san mungo

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«San Mungo»

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Cassie notó una fuerte sacudida en el estómago y el suelo desapareció bajo sus pies, pero seguía teniendo una mano pegada a la tetera; chocó contra los otros mientras salían despedidos a toda velocidad hacia delante, en medio de un torbellino de colores y una fuerte ráfaga de viento, arrastrados por la tetera... hasta que tocó bruscamente el suelo con los pies y se le doblaron las rodillas; la tetera cayó al suelo, y una voz cercana dijo:

—Ya están aquí esos mocosos traidores a la sangre. ¿Es verdad que su padre está muriéndose?

—¡FUERA! —gritó otra voz.

Habían llegado a la lúgubre cocina del sótano del número 12 de Grimmauld Place. Los únicos puntos de luz eran el fuego y una vela parpadeante que iluminaban los restos de una cena solitaria. Kreacher salía en aquel momento por la puerta que daba al vestíbulo; entonces giró la cabeza y les lanzó una mirada maliciosa al mismo tiempo que se colocaba bien el taparrabos. Sirius corría hacia ellos con gesto de preocupación. Iba sin afeitar y todavía llevaba puesta la ropa de calle; despedía un olorcillo a alcohol parecido al de Mundungus.

—¿Qué ha pasado? —preguntó, y estiró una mano para ayudar a Cassie a levantarse y la abrazó—. Phineas Nigellus me ha dicho que Arthur está gravemente herido.

—Pregúntaselo a Harry —sugirió Fred.

—Sí, yo también quiero enterarme —dijo George.

Los gemelos y Ginny miraban fijamente a Harry. Los pasos de Kreacher se
habían parado en la escalera.

—Fue... —empezó Harry; aquello era aún peor que contárselo a la profesora McGonagall y a Dumbledore—. Tuve una... especie de... visión...

Harry comenzó a relatar lo que había visto.

—¿Está nuestra madre aquí? —le preguntó Fred a Sirius.

—Seguramente ni siquiera sabe todavía lo que ha pasado —contestó Sirius—. Lo más importante era sacarlos de Hogwarts antes de que la profesora Umbridge pudiera intervenir. Supongo que ahora Dumbledore estará contándoselo a Molly.

—Tenemos que ir a San Mungo —dijo Ginny con urgencia, y miró a sus hermanos, que, naturalmente, todavía iban en pijama—. Sirius, ¿puedes dejarnos unas capas o algo?

𝐌𝐚𝐥𝐝𝐢𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora