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«peligro»
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Cassiopeia se sentía vulnerable. La lluvia no cesaba, no tenía a dónde ir y mucho menos sabía qué hacer. A la vez, le preocupaba Ron, no podía culparlo por lo que hizo, ya que en su lugar habría hecho lo mismo, no de la misma manera, claro.
Caminó y caminó hasta que encontró un bar de mala muerte, de su mochila sacó una capa. Si bien era de color negro, Harry le repetía constantemente que la hacía lucir como caperucita roja, un cuento muggle. Cassiopeia no puedo evitar sonreír con melancolía ante los recuerdos.
Con la capa puesta, entró al bar y se sentó en la barra. No le sorprendía ser la única chica en el lugar.
–¿Café? –preguntó el hombre del otro lado de la barra. Notó que era un bar muggle.
–Sí, por favor –murmuró con la mirada en la barra.
El hombre desapareció por una puerta. La campana que anunciaba la llegada de nuevos clientes sonó, dos hombres corpulentos entraron y tomaron asiento unas sillas más alejadas de Cassie.
–... Su cabeza tiene un precio de 10.000 galeones.
–¡Lo sé! ¿Qué crees que he estado haciendo todo este tiempo? Buscando a Harry Potter y a sus amigos –dijo con molestia uno de los hombres, bebiendo.– La cabeza de cada uno de ellos valen por 5.000 galeones.
Cassie acomodó la capa en su cabeza y corrió su cabello, de manera que no pudieran verla. Su corazón comenzó a latir con fuerza, sabía que se encontraba en grandes aprietos. El hombre llegó con la taza de café, la chica le murmuró un gracias, y comenzó a buscar dinero muggle en su mochila.
–Corre por la casa, linda –el hombre le guiñó un ojo y desapareció por la puerta. El aparente coqueteó del hombre llamó la atención de los carroñeros, quienes no habían notado su presencia.
Bebió su café con prisa y dejó la taza en la barra, tomó su mochila y salió del bar. Notó que la lluvia había cesado un poco y se quitó la capa, unos metros más allá.
Escuchó pisadas detrás de ella, las cuales comenzaban a tomar fuerza y supo que se encontraba en peligro. Claramente, los carroñeros la acorralaron.
–Ríndete. Somos dos y tú una, no tienes posibilidades ante nosotros –amenazó uno de los carroñeros, el que Cassie reconoció como Scabior.
