capítulo 2

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Cuando el vidente se marchó con su nieto quedé mirando a mi madre con un nudo en mi garganta al ver los ojos de ella pude darme cuenta que el vidente tenía razón no llevo sangre escocesa. Y lo peor de todo, que el hombre que he amado desde que tengo uso de razón no es mi padre.

Nadie decía nada al respecto ni siquiera Axel miró a mi padre que estaba tan descolocado que no pude reconocer su mirada.

―se termina la celebración ―anunció.

Nadie reclamó nada ni siquiera para cortar con la tensión padre entró a nuestro hogar deshecho y mi madre no dudó en ningún segundo en seguirlo.

―creo que deberías ir tú también―me sugirió Axel.

Camine deprisa donde había entrado mi madre corrí hacia el salón cuando escuche claramente un sonido de una bofetada cuando entre observé a mi madre en el suelo con su mano apoyada en la mejilla colorada.

―padre―dije alzando la voz.

Él ni siquiera me miró

Me acerqué a ayudar a mi madre que no dejaba de mirar a mi padre con sus ojos cristalizados.

―dime Meribeth que el vidente Macbeth se ha equivocado―le miro con suplica―. Dime que Krisna lleva mi sangre.

No pude evitar llorar, yo deseaba tanto o más que él que mi madre dijera que el vidente por primera vez estaba equivocado. Pero no hubo respuesta por parte de ella.

― ¡madre por favor dile que soy su hija! ―Me arrodille abrazando sus piernas dejando la tela de su vestido mojado con mi llanto―. Por favor dile que llevo su sangre.

Pero aun así con mis súplicas ella no dijo nada solo lloraba como si su pecho se hubiera liberado de un gran peso. Levante la mirada y abrace sus piernas con más fuerza deseando que esto fuera solo un mal sueño y que al despertar todo volvería a ser como antes.

―el vidente―decía mi madre con la voz atorada en la garganta―. No se equivocó Krisna no es tu hija Bruce, su padre fue un vikingo.

Solté sus piernas inmediatamente sentía que tenía ganas de vomitar, era la misma sensación que cuando Greta era pequeña me había dado un palo en el estómago y me sentía fatigada. Levanté la vista desde el suelo para observar a mi madre pero solo vi lágrimas correr por ellos.

―me engañaste cuando salía con mis hombres ―preguntó mi padre furioso―. Contesta mujer entró ese sucio vikingo aquí.

Ella negó

―me casé embarazada de Krisna―salió un sollozo desde su pecho―. Por eso mi padre me comprometió contigo con tan solo un día de conocerlos.

Mi padre se sentó como si no pudiera creer lo que decía mi madre Como si la tierra se hubiera abierto debajo del y lo entendía perfectamente. Cuando intenté acercarme a él se levantó tirándome al suelo.

―no me toques tú ya no eres mi hija ―me miró como si me odiara―. Eres una sucia vikinga y eso no va a cambiar.

―padre ―nombre con mi voz rota.

―no me vuelvas a llamar así nunca más―dijo saliendo del salón.

Mire a mi madre que estaba como una estatua como si estuviera en otro lugar de su mente.

―qué has hecho―dije.

De repente escuche varios pasos que venían hacia nosotras, me levanté del suelo cuando entraron cuatro guerreros tomándonos con fuerza por orden de mi padre intente defenderme pero fue inútil.

―enciérralas todavía no sé qué haré con ellas ―anunció mi padre con su voz llena de odio―.Llévalas a la habitación más alta para que nadie la puedan escuchar.

aunque no me quierasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora