capitulo 11

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Me pasee por toda la habitación mientras que no dejaba de escuchar los gritos y de la nada me detuve de golpe no había pensado en mi madre y sin dudar ni un segundo Salí de la habitación en su busca me quede parada inmóvil mientras que un miedo helado recorre por mis venas cuando vi que unos hombres de aspecto de malhechores intentaba entrar como sea al castillo y con gran dificultad los soldados de Daven se lo impedían.

Corrí hacia la habitación de mi madre rogando que ella estuviera ahí y no donde las mujeres gritaban con desesperación. Cuando entré encontré a mi madre mirando hacia la ventana por su postura pude darme cuenta que le asustaba lo que ella estaba viendo.

Cuando la puerta se cerró de golpe detrás de mí ella se sobresaltó como si un escalofrío hubiera recorrido su espalda.

―madre te encuentras bien ―le pregunté cuando me di cuenta que su rostro no tenía color.

Con una mano posaba en su pecho.

―sí querida y tú―me dijo con la voz agitada como si estuviera cansada. Como respuesta asentí la cabeza― ¿sabes dónde se encuentra Daven?

―está peleando junto a sus soldados―no pude evitar que el estómago me doliera a pensar que no pudiéramos librarnos de ellos. Luego mire a mi madre―. No has visto a Bonnie.

Ella rápidamente negó la cabeza

―quizá ella se encuentra con las mujeres que están gritando―me contesta con los ojos húmedos se dio la vuelta para ocultarme sus lágrimas.

Suspire pesadamente por el miedo que corría por mis venas.

―no quiero que salga de la habitación madre―le ordene con un tono brusco―. Yo iré a buscar a Bonnie.

Mi madre abrió los ojos como si fuera salirse de las órbitas

― ¿qué?―exclamó―.no te dejaré que te vayas Krisna.

La miré con desesperación.

―no puedo quedarme y pensar que ella necesita mi ayuda.

―con más razón deberías quedarte.

Ignorando las suplicas de mi madre Salí de la habitación no pude evitar que un escalofrío recorriera por mi espalda sabía que no podía salir a buscar a Bonnie sin algo para defenderme entre en mi habitación mirando a mi alrededor no dude en recoger la espada que estaba al lado de la silla donde dormía Daven moví con ligereza la espada no estaba acostumbrada usarla había tomado la espada de bruce y de Axel solo como un juego nunca se me había pasado por la mente que un día tendría que usarla.

Baje por las escaleras y cada escalón que bajaba el corazón me latía con más fuerza al punto que pensaba que en segundos se me iba a salir disparado del pecho.

Tuve la intención de devolverme a la habitación con mi madre cuando estaba solo a pasos hacia la puerta y ver de tan cerca el caos retrocedí cuando un soldado de Daven cayó muerto centímetros de mis pies no pude evitar que la sangre se me congelara del miedo. Tome un poco de aire y luego lo libere por la boca tome con fuerza la espada como me había enseñado Axel podía recordar las palabras de Axel cuando fallaba a cada movimiento «tienes que pensar vas a ser tu o lo va ser el por qué tu contrincante peleara contigo hasta matarte no porque eres una mujer te perdonara la vida»

Tome la espada como si fuera parte de mi cuerpo y con el movimiento que Axel lo llamaba el águila fue el primero que me enseñó le pase la hoja filosa por el cuello del hombre que me sonreía como si yo fuera una inocente oveja y de repente se detuvo de golpe justo a tiempo cuando me tropecé con el escalón toco su cuello como si recién se diera cuenta que estaba sangrando cuando se miró los dedos manchado del líquido rojo me observo y pude ver realmente lo que era la ira reflejado en unos ojos.

aunque no me quierasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora