capitulo 8

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 Desde que intente escapar Daven le tiene prohibido a todos que salga del castillo, había pasado una semana encerrada y ya sentía que me estaba volviendo loca.

―no puedo quedarme aquí para siempre encerrada―me senté a llorar en la cama.

Mi madre me miró con preocupación

―quizá ya no deberías intentar escapar―dijo cerrando la puerta detrás de su espalda―. Ya te han descubierto dos veces en estos días porque no te rindes―me miro sentándose a mi lado―. De aquí no vas a salir y tú lo sabes aunque intentes engañarte.

Sentí cuando ella me acaricio mi cabello con sus dedos intentando que así me podía tranquilizar le había funcionado muchas veces cuando era niña pero esta vez no tuvo resultado.

―lo sé―llore, me levante y grite―. ¡Por dios porque Axel no llega a rescatarme de aquí!

Mi madre se levantó inmediatamente de la cama cubriéndome la boca mientras que yo no dejaba de llorar.

―por favor no grites y mucho menos el nombre de Axel―me abrazó como si quisiera cubrirme del peligro―. Convéncete que Axel no vendrá y será más fácil estar aquí.

Negué limpiándome las lágrimas que no cesaban.

―si pierdo la esperanza que él no vendrá me moriré madre―la mire mirándola directamente a los ojos―. Quiero creer en eso solo quiero pensar que un día despertaré y el vendrá a buscarme para llevarme muy lejos donde ni siquiera Daven pueda encontrarme.

Me tomó del rostro y con una lágrima en sus ojos me sonrió.

―si te hace bien pensar que él vendrá no diré nada más―me beso la frente―. Callaré mis pensamientos serán solo míos querida.

Mi barbilla comenzó a temblar sin parar.

―eso es lo que quiero que no me digas la realidad―la abrace dejando caer mi cabeza en su pecho―. Deja que me mienta déjame tener la esperanza que algún día seré libre.

Al día siguiente.

Observaba por la ventana los árboles que estaban afuera del castillo donde algún día llegaría Axel con sus hombres a buscarme.

Voltee cuando escuche que alguien había llegado a mi habitación aunque no era necesario mirar para saber quién era. Bonnie era tan puntual que apenas salía el sol ella llegaba sabía que Daven le había ordenado vigilarme a cada minuto y ella lo estaba haciendo perfectamente.

―quiere dar un paseo mi lady―me pregunto.

Negué la cabeza

―no gracias Bonnie prefiero quedarme aquí―dije voltearme a observar de nuevamente los árboles―. Por qué no te vas y me dejas sola por favor.

Voltee cuando no escuche su respuesta.

―sabe que no puedo ―contestó con un timbre de voz nerviosa―. Tengo orden de no dejarla sola por nada del mundo.

Asentí

―lo sabía solo quería que tú me lo confirmaras.

―no quiero que se enfade conmigo mi lady―me dijo. ―Por mí la dejaría que usted paseara sola pero no puedo.

La mire

―no te preocupes no estoy molesta contigo Bonnie.

―lo está con milord verdad.

No pude negarlo asentí la cabeza.

―me puedes traer algo tengo hambre―dije sin mirarla.

―si mi lady.

aunque no me quierasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora