capitulo 10

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Han pasado dos días desde que me había besado con Daven y mi madre no había mencionado nada sobre el beso. Enrede mi brazo con el de mi madre mientras que caminábamos afuera del castillo aunque solo podíamos caminar alrededor y vigilada por dos soldados de Daven pero al final no era tan malo porque ya había logrado salir del castillo.

―es increíble tomar un poco de aire fresco―me decía mi madre.

La miré frunciendo el ceño

―tú no tenías por qué estar encerrada Daven nunca te ha dicho que no podías salir madre―sonreí ―. sólo era yo la prisionera.

Mi madre se detuvo haciendo que yo también lo hiciera.

―eres prisionera porque tú quieres―me dijo y volvió a caminar.

Yo aun con mi brazo enredado al suyo camine con ella la mire con curiosidad mientras que ella sonreía.

― Qué quieres decir que soy una prisionera porque quiero―le pregunté.

―por qué tienes la posibilidad de ser libre y feliz―me dijo.

La mire confundida

―y cómo lo haría.

―admitiendo que te has enamorado de tu marido―se detuvo mirándome quitándome un mechón de cabello que cubría un ojo―. Y así sería mucho más fácil para ti estar aquí.

Suspire con brusquedad

―por qué insiste con eso madre―gruñí.

Ella iba a responderme cuando uno de los soldados la interrumpió.

―lady Krisna es hora que entremos al castillo.

Lo mire y suspire con frustración.

―Por favor solo un poco más.

El soldado que Daven lo llamaba Nass me miró con duda.

―lo siento mucho lady Krisna pero tengo orden y no me quiero meter en problemas con lord Daven―me miró―. Perdóneme.

Lo mire alzando los hombros.

―está bien si no queda de otra ―tomé a mi madre del brazo y entramos.

Observé cuando mi madre miró con el ceño fruncido a vika mientras que ella entraba a su aldea.

―tienes que hacer valer tu derecho como esposa Krisna―me miro―. La tal vika se cree la dueña de todo, incluso de tu marido.

Levante los hombros.

―Eso no me importa madre ―contesté.

―mientes―se quejó―. No tienes por qué hacerlo conmigo soy tu madre y te conozco como la palma de mi mano y sé que también te molesta que la gente hable en tus espaldas que lord Daven pase la noche con ella y no contigo.

Tragué saliva porque al parecer no podía ocultar mi enfado de mi madre, ella tenía razón me molesta que Daven hubiera pasado las noches con vika pero intentaba ocultarlo pero me di cuenta que no podía hacerlo con mi madre.

―Daven duerme en nuestra habitación y no con ella madre―le dije―. Y la gente ya no puede seguir hablando de nosotros.

Me miró con una ceja alzada.

―si Krisna pero dormir en la habitación a dormir en tu cama es cosa muy diferente―me dijo mirándome con atención―. Quiero que pienses muy bien lo que harás porque tu sin darte cuenta estás entregando a tu marido a esa mujer y cuando te des cuenta que si realmente sientes algo por lord Daven ojala querida que no sea demasiado tarde.

Me quedé pensando toda la noche mientras que Daven dormía incómodo en la silla y me daba miedo pensar que estaba sintiendo algo por él no podía dormir imaginándome a Daven junto a vika sentía que el corazón estaba acelerado y que en cualquier momento iba a salir disparado de mi pecho.

Observe a Daven que entre dormido se quejaba seguramente por el dolor de espalda mire su pecho que la camiseta dejaba descubierta tenía algunas pequeñas cicatrices quizá por culpa de algunas peleas.

―Por qué siempre te descubro mirándome―dijo con un ojo abierto―. Si sigues así pensaré que estás enamorada de mí―ríe.

Me coloque tan roja como un tomate.

―no claro que no―dije casi en un tartamudeo.

― ¿y entonces? ―Me pregunto acomodándose en la silla inclinando su espalda con un gesto de dolor―. Por qué siempre estás mirándome.

Tragué saliva porque no sabía qué decirle y mucho menos cuando él estaba esperando una respuesta me senté en la cama para sentirme mucho más segura.

―no te miro porque me guste―le conteste tratando que mi voz saliera con seguridad―. Solo pienso que debes dormir muy mal sentado ahí.

Él me miró dudoso.

― bueno no te diré que es una maravilla dormir en una silla.

Suspire con brusquedad para que mi cuerpo dejara de temblar.

―puedes dormir conmigo―me miró como si yo estuviera burlándome del―. Pero con una condición.

Sonrió mordiéndose el labio completo creo que lo hizo para no soltar una carcajada.

―no me digas la condición porque ya lo conozco―me miró por primera vez con calidez en sus ojos―. No te tocaré te lo juro―sonrió con picardía―. Al menos que tú quieras.

―no quiero que lo hagas―mi voz sonó con timidez.

―de acuerdo―se levantó de la silla sacándose las botas y sin más se metió en la cama se dio vuelta dándome la espalda que estaba casi llena con un escrito que no podía entender―.Buena noche lady Krisna.

Sentía que por primera vez mi cuerpo estaba lleno de adrenalina y mi pecho no dejaba de respirar con agitación, nunca había dormido con un hombre en mi cama todo esto era nuevo para mí.

―buena noche lord Daven―me acosté acomodándome.

Cerré los ojos tratando de no pensar que él estaba durmiendo a mi lado y que podía escuchar su respiración tan cerca como si estuviera a centímetros de mi oído.

Abrí los ojos de golpe cuando escuche gritos que venían de afuera Daven estaba durmiendo con su rostro pegado en mi cuello me levanté de la cama haciendo que su rostro cayera con brusquedad en la almohada pero aun así seguía dormido. Camine hacia la ventana no quería despertar a Daven por nada cuando mire por la ventana había confirmado mi sospecha.

Corrí asustada hacia la cama con intención de despertarlo porque al parecer ni siquiera los gritos de los niños ni de las mujeres podía despertarlo.

―Daven despierta―le grite mientras sostenía sus hombros.

El abrió los ojos con dificultad.

― Qué tienes mujer―me preguntó con un tono gruñón.

Lo mire con mi rostro angustiado

―que no lo escuchas los gritos―dije él se levantó deprisa de la cama colocándose su botas―.me asome en la ventana cuando escuché los gritos pude ver que son muchos hombres.

Daven tomó su espada.

― quédate aquí y por nada del mundo salgas―me ordenó.

Camino hacia la puerta deprisa deteniéndolo cuando sostuve su mano.

―por favor no salgas―le pedí―. No me dejes sola.

Con una mano libre me tomo de la nuca y me beso.

―tranquila, le pediré a alguien que venga a cuidarte.

Salió de la habitación y no alcance a detenerlo y me quedé parada con el corazón desbocado.

aunque no me quierasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora