𝕀ℕ𝕋ℝ𝔼ℂℂ𝕀𝔸𝕋𝔼 •Damiano David•

4. Hacia una vida nueva

LENA

12 mayo 2021

Finalmente, vamos rumbo a Rotterdam, la ciudad donde se celebrará el festival de Eurovisión 2021. 

Mi equipo y yo nos encontrábamos en el aeropuerto de camino a facturación para poder subirnos posteriormente a nuestro avión. Habíamos dejado nuestra furgoneta aparcada en un parking del aeropuerto, ya la recogeríamos a la vuelta de Rotterdam. Nos habíamos encargado de alquilar otra furgo para movernos cuando llegásemos.

Todos los miembros de la rueda de prensa se encontraban en el aeropuerto , claramente ellos estaban informados de nuestra presencia y por eso mismo cadenas como rtve nos entrevistaron en el aeropuerto. Debido a la falta de tiempo les pedimos amablemente que finalizarán las preguntas, lo último que queríamos era llegar tarde a nuestro vuelo, los periodistas se retiraron y nos desearon buena suerte para el festival.

Una vez facturadas las maletas y haber pasado el control de seguridad, nos dirigimos a las pantallas para observar la puerta de embarque.

-¡Ahí está!, es la puerta 38C- Exclamó Marcel.

-Siempre estás en todo- Dije divertida a la vez que pegaba mi puño contra su brazo, al fin y al cabo, Marcel era más que un simple manager, también era mi amigo del cual podía confiar al cien por cien.

Cada vez que nos íbamos acercando a la puerta de embarque, sentía como mi pulsación subía por minuto, la emoción que llevaba encima era inmensa, todavía no me podía creer que en menos de 3 horas, estaría en los Países Bajos para representar a mi país, volví a poner los pies en la tierra y pensé "Lena, estas a nada de serlo todo", miré a mis compañeros, y podía ver esa luz que brillaba en sus ojos, hemos trabajado duro, y esta era nuestra oportunidad de brillar.

Finalmente, subimos al avión y nos sentamos en nuestros asientos asignados, algún que otro fan nos pidió un autógrafo o una simple fotografía, los cuales claramente aceptamos sin ningún problema. Me tocó sentarme entre África y Tomás, la verdad, no me gusta estar en el asiento de en medio, el hecho de tener que levantarme y molestar a la persona que tengo al lado me incomoda, pero tan solo tuve que aguantarme y ya.

El vuelo duró casi 2 horas y media, fue un viaje de lo más tranquilo, aunque bueno, teniendo a Tomás a mi derecha, se podría decir que en más de una ocasión me perdí en sus ojos azabaches, ya se que las relaciones en un mismo grupo no suele terminar bien, pero tampoco podía ignorar la pequeña atracción que sentía por él.

-Vamos chicos, no os desvieis, subiremos al bus para que nos deje en la terminal- Ordenó un hombre de nuestro equipo.

El estacionamiento del avión se encontraba un tanto lejos de la terminal como para ir caminando, por eso tuvimos que ir en los típicos autobuses que te llevan hasta la puerta.

Al llegar a la puerta de salida, primero tuvimos que recoger nuestras respectivas maletas de las cintas transportadoras.

-¿Todo listo chicos?- pregunté para ver si todo el mundo ya tenía sus pertenencias.

-Sí- dijeron todos monótonamente.

-Rotterdam...¡Allá vamos!- dije entusiasmada saliendo por la puerta de salida. Lo que no me esperé fue que hubiese prensa a nuestra espera, y mientras nosotros salíamos del aeropuerto, ellos nos seguían con los micrófonos haciéndonos preguntas en inglés. Yo intenté responder al máximo de preguntas posibles, pero el tiempo corría y no nos quedó otra que acelerar el paso.

Fuimos en busca de la furgo que habíamos alquilado y Mario se encargó de llevarnos al hotel donde también de hospedarían algunos representantes de los países en Eurovisión.

-Muy bien chicos, ahora solo queda esperar a llegar hasta el hotel, y por cierto, no quiero que hagáis tarde esta noche, mañana toca el primer ensayo de España y debemos estar bien preparados- Marcel está hecho todo un sargento, eso no cabe duda.

Llegamos finalmente al hotel, entramos en recepción y nos dieron las tarjetas de nuestras habitaciones, que para mi suerte, me tocó compartirla con Olivia y África, por otro lado, tanto como Yago, Jorge y Tomás, se instalaron en habitación juntos, el resto del equipo se organizaron a su modo.

Bajamos al restaurante del hotel, no podíamos irnos a dormir sin cenar previamente, entonces una vez acabada la cena, subimos a nuestras habitaciones correspondientes y esperar a que la noche pase rápida. Debido a los nervios era muy difícil dormir, pero tras unos largos intentos, una calma se apoderó de mi y logré quedarme dormida.