21. El dibujo

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DAMIANO

Me ardía la cabeza y notaba como empezaban a picarme los ojos, no me podía hacer esto. No podía estar así con Tomás después de lo que pasamos, después de lo que sentimos el uno por el otro. El calor y la rabia iba subiendo por cada rincón de mi cuerpo y notaba como estaba a punto de perder el control sobre mi mismo.

Ethan venía detrás mío, llamándome y gritando mi nombre, pero yo le hice caso omiso, ni siquiera me giré para mirarle. Noté como sus pasos sonaban más fuertes y estaban cada vez más cerca de mi. Me estaba comenzando a alcanzar así que me sequé las lágrimas que amenazaban con salir para que no me viera así.

-¿Qué quieres Ethan?.- dije sin parar de caminar cuando este llegó a mi altura.

-No se han besado. Lena y Tomás no se han besado.- Dijo con un tono de persuasión, pero yo estaba seguro de lo que vi antes de que se besaran.

-Ethan, no hace falta que me mientas, vi como estaban. Vi cómo Tomás la miraba, antes de que me fuera él iba a besarla.- Dije mientras hacía un esfuerzo sobrehumano para retener las lágrimas y que no se me notara en la cara.

-Escúchame, justo antes de que te fueras ella le apartó, le dijo que no podía. Te juro que he visto con mis propios ojos como lo empujaba Damiano.- dijo agarrándome del brazo haciéndome mirarle directamente a los ojos. Parecía seguro de lo que decía.- Damiano confía en mí, Lena lo ha parado antes de que se besaran.

Ethan y yo teníamos mucha confianza, éramos como hermanos y nunca jamás nos habíamos metido, y mucho menos me mentiría en un momento como este, así que podía confiar plenamente en lo que decía.

Pero aunque no se habían besado, estaban a punto. ¿Por que Lena no le apartó antes de que la agarrara?. Mi cabeza empezó a imaginar miles de cosas por segundo y me paré a pensar en que quizás me hubiera visto salir corriendo.

Me molestaba lo que acababa de ver aunque Lena y Tomás no se  habían besado, pero tampoco podía dejar que me viera salir corriendo porque sabía que eso la podía distraer en su actuación y no iba a permitirlo. Sus padres me dijeron que era su sueño desde pequeña y no pienso ser el culpable de su distracción.

-Gracias.- Le dije a Ethan a lo que él asintió y nos abrazamos.

-Ve a por tu chica.- Dijo él sonriendo, gesto al que correspondí con una sonrisa con los labios cerrados.

No quedaba nada para que Lena saliera a presentarse así que debía ir a decirle que todo estaba bien entre nosotros, antes de que saliera. Ya iba siendo la hora de dejar las cosas claras entre nosotros.

Llegué a la puerta de su camerino y no había nadie, estaban todas las luces apagadas. Estaba a punto de salir pero de reojo vi un pequeño destello de luz procedente de uno de los tocadores. Me acerqué, y por los objetos que había encima sabía que era el tocador de Lena.

Vi unos cuantos folios y entre ellos sobresalía uno que parecía estar pintado. La curiosidad me pudo y aparté bien los papeles de encima para ver que era.

El dibujo era un retrato de mi. La semejanza entre el dibujo y yo era asombrosa. No era un simple retrato. Cuando un artista hace su obra, puedes ver reflejado en esta su estado de ánimo, tal como pasa cuando salimos a tocar enfadados, o felices, puesto que esto se refleja en nuestra forma de actuar. Al lado del dibujo se encontraba una pequeña L y una G.

Lena Gaea, estaba claro que el dibujo era de ella.

El dibujo me distrajo tanto que olvidé a por lo que venía. Tenía que hablar con ella, y después de esto aún más.

Salí corriendo y me encontré con su manager, Marcel.

-¿Han salido a actuar los chicos?- Le pregunté con la voz agitada a causa de la prisa que tenía.

𝕀ℕ𝕋ℝ𝔼ℂℂ𝕀𝔸𝕋𝔼 •Damiano David•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora