LENA
Un nudo se formó en mi garganta y comencé a arder de los nervios. No sabía que decir, mis cuerdas vocales eran incapaces de pronunciar ni un simple monosílabo.
— Damiano... yo...— dije entrecortadamente sin saber qué decirle.
— Cállate. — dijo incorporándose para acercarse a mí. — Solo te voy a hacer una pregunta Lena. — ¿Estás con él? — pregunto serio.
— No. — contesté directa. — De hecho, estaba hablando con él, necesitábamos aclarar las cosas.
— ¿Y lo has aclarado todo ya?
— Sí. — respondí sin poder dar una respuesta más larga.
— Entonces no necesito más explicaciones. No estoy enfadado contigo, no somos nada porque la cague. Lo que quiero es demostrarte que es lo que quiero Lena, pero no puedo hacerlo si tú no quieres.
— Claro que quiero Damiano, solo necesitaba dejarlo todo en orden. — conteste pudiendo formular una frase larga.
— Entonces no hay más que hablar. Me da igual todo Lena, me da igual todo menos tú. Parece que no me conoces ya, para mí nadie ni nada va a impedirme lo que quiero. Ni siquiera la distancia. Voy a ir a por todas.
— Soy yo la que piensa ir a por todas, y créeme que siempre consigo lo que quiero. — dije antes de dar un sorbo de mi bebida.
Él me dedicó una sonrisa maliciosa y se levantó de la mesa. Quito su silla de enfrente mía y la puso a mi lado junto con su plato para tenerme más cerca.
— Quizás después de lo que has hecho te lo tenga que poner un poco difícil. — dijo en un susurro acercándose a mi oído.
No pude evitar ponerme nerviosa al sentir el aire de su susurro cerca de mi cuello y mis mejillas comenzaron a adquirir una tonalidad rojiza.
— ¿Difícil cómo? — pregunté con falsa inocencia porque en el fondo sabía a dónde quería ir a parar.
— ¿No pretenderás que no haga nada después de que otro te haya tocado verdad? Te mereces que te castigue. — dijo de nuevo sobre mi oído antes de morderme sutilmente el lóbulo de la oreja.
Aquel gesto provocó que una ola de calor me recorriera el cuerpo. Damiano pareció darse cuenta y para torturarme aún más coloco su mano en el interior de mi muslo.
— Castígame. — dije a modo de súplica y para torturarlo a él también. Sus amenazas para mí no eran un castigo, eran un premio.
Él mordió su labio inferior mientras contenía las ganas de hacerme todo lo que su mirada me transmitía.
— No juegues conmigo Lena, puedes salir perdiendo.
— Quizás esta vez quiera perder. — dije de forma traviesa. Sabía que con cada palabra que salía de mi boca, aumentaban las ganas de Damiano de castigarme.
La mano de Damiano comenzó a deslizarse poco a poco hacia mi intimidad dejando una leve caricia que me arrancó un suspiro pesado de los labios. Suerte que el mantel de la mesa era largo y no se veía absolutamente nada.
— Ni se te ocurra hacer ruido. — dijo con una mirada amenazante.
Sus dedos deslizaron hacia un lado mi tanga y se colaron rápidamente en mi intimidad debido a la humedad.
— ¿Ya estás así para mí? — preguntó con una sonrisa traviesa al darse cuenta de lo rápido que podía mojarme con unas simples palabras y un leve toque de su parte.
— Solo para ti. — respondí de forma traviesa.
Sabía lo que Damiano quería conseguir con esto. Estaba cabreado porque otras manos que no eran las suyas habían tocado mi cuerpo, cabreado porque había besado otros labios que no eran los suyos. Y si a eso le sumamos mis contestaciones juguetonas, el castigo que me esperaba sería mucho peor. Realmente no era consciente de lo que iba a hacerme. Iba a hacerme suya de nuevo de la manera más brutal. Un encuentro lleno de enfado y de deseo.
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𝕀ℕ𝕋ℝ𝔼ℂℂ𝕀𝔸𝕋𝔼 •Damiano David•
FanficLena Gaea, una joven cantante española de 20 años, nacionalmente conocida, ha sido seleccionada para representar a su país en el Festival Eurovisión 2021. Lo que ella no sabía es que no solo se enfrentaría al festival, sino que este vendría de la ma...