25. La cita

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LENA

Mis párpados pesaban y sentía un cansancio como si hubiese dormido pero no descansado en toda la noche. Después de un tiempo acostada en la cama, escuchando a África y Olivia llamando a Mario, me digné a soltarme del agarre de las sábanas y empezar el día, un poco tarde, pero vaya. Fui frotándome las legañas de los ojos hasta llegar al baño, donde me puse un poco más presentable para ir a saludar a las chicas.

-Buenos días chicas- Dije con mi tono de recién levantada.

-Buenos días. Tenemos 10 minutos para bajar al vestíbulo, donde Mario nos recogerá para ir al salón de modelaje a arreglarnos. -Dijo Olivia, que parecía ser la única que sabía a dónde íbamos exactamente.

-Quieren hacer un apartado de música en la revista Forbes y nos han escogido como portada de esta edición, así que ya estáis moviendo el culo hacia la furgoneta, que no podemos defraudarlos.- Exclamó África mientras explicaba cuál era el plan de hoy.

Como siempre yo la última en enterarme de las cosas, pero supuse que este tema lo hablaron anoche cuando llevaba unas copas de más encima y por eso no me acordaba.

Para las sesiones de fotos, las maquilladoras, siempre nos agradecen el que no nos maquillemos ni echemos productos en el cabello o piel, ya que así les es más fácil a ellas hacernos lo que decidan que queda mejor, al fin y al cabo, ellas son las profesionales.

Cogí mi bolso y salimos las tres. Bajamos por el ascensor y justo al llegar al vestíbulo nos encontramos a Damiano hablando con el hombre que estaba en la recepción del hotel.

Cruzamos miradas y él comenzó a caminar hacia nosotras.

-No no no, ahora no tenemos tiempo Lena.- Dijo África estresada. Parecía que ella y Olivia se hubiesen cambiado las vidas como en la película esa de Freaky Friday. Ella nunca se suele estresar por nada, pero desde pequeña le gusta este mundo y habría dado lo que fuera por una oportunidad como esta. Ahora que la teníamos, no quería dar una mala imagen llegando tarde.

-Cinco minutos tía- les dije haciendo pucheritos.

-Cinco minutos.- respondió Olí a lo que conteste con una sonrisa y ellas se fueron hacia la furgoneta.

-¿Qué haces aquí?- pregunté confundida.

-El agua de la ducha no se calienta y Ethan no quiere ducharse con agua fría, parece un gato.- explicó provocando que ambos nos comenzásemos a reír.

-Bueno veo que solo tienes cinco minutos y parece que África puede dar mucho miedo cuando se pone nerviosa, así que no te distraigo mucho. Solo quería pedirte perdón por no contestar ayer a tu mensaje. Prefería hablar contigo en persona.- añadió.

Espera... ¿Que?, ¿de qué mensaje estaba hablando?. No recordaba haberle mandado ningún mensaje.

-¿Qué mensaje?- Le pregunté confundida.

-Anoche me mandaste un mensaje diciendo que querías verme hoy... - Dijo, él casi tan confundido como yo, al ver que yo no sabía de qué me hablaba.

Iba a hablar para decirle que no recordaba haber escrito eso porque iba borracha pero no hizo falta. El solo se dio cuenta de que no recordaba nada y decidió aprovechar la graciosa situación y comenzó a acercarse a mi.

-... que tenías ganas de mi...- Dijo mientras ponía la mano en mi cintura pegándome a su cuerpo.

-¿Eso dije?- Le pregunté con una sonrisa juguetona.

-Entre otras cosas.-Me contestó asintiendo.

-¿Ah sí?...¿Y qué más dije?- Esta vez fui yo quien lo acercó más a mi, agarrándole del cuello de la camisa.

𝕀ℕ𝕋ℝ𝔼ℂℂ𝕀𝔸𝕋𝔼 •Damiano David•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora