Enamorado del Brujo Escarlata.

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"Más allá de la partitura,
tu voz ha cambiado. 
Los acordes crean una hermosa sinfonía. 
Con tus labios jadeantes luces tan triste. 
Escribe mi nombre incontables veces esta noche. 
Abrázame como si estuviera lastimado. 
Hazme llorar un poco más fuerte esta noche. 
Como si estuvieras vaciando tu aliento. 
Dulcemente".

Strings. - TaeMin. 


─────────☾ † ☽────────


—Estúpido YoonOh. —refunfuñó TaeYong de mala gana. Puente de la nariz fruncido y mirada fija en la corta escalinata de madera que daba hacia el interior del estanque de agua—. ¿Cómo mierda se le ocurre probar mi sangre? —continuó refunfuñando, bajando la escalinata y dejando que el agua ahora rojiza cubriera hasta un poco más arriba de sus tobillos—. Lo morderé. Maldición. Juro que lo morderé.

En realidad... TaeYong se sentía asquerosamente preocupado.

Al pensar en hacer el hechizo de sueño, no creyó que YoonOh se vería tan afectado por éste, y es que una de sus particularidades era de que uno de los "ingredientes" a utilizar, era la esencia de su sangre más un alimento "relajante" para quien sería hechizado.

¿Cómo se le iba a pasar por la mente que YoonOh se dormiría también? Es decir, su sangre era veneno para YoonOh, entonces le había sorprendido de sobremanera que el vampiro se viera igual de adormilado que los demás. Y la guinda que adornó el pastel fue que el muy imbécil, justo antes de caer dormido, probó de su sangre que, sin querer, le había dejado en el dorso de la mano.

Dios. Dios.

Estaba tan jodidamente preocupado.

¿YoonOh despertaría enfermo? ¿Se sentiría mal al despertar?

TaeYong no podía quitarse la preocupación de encima, que se adherirá a su corazón como una pesada masa negruzca, fría y desagradable.

Y lo peor de todo es que no podía hacer nada porque debía terminar con ese otro hechizo antes de que los hijos de Tepes despertaran.

TaeYong suspiró. Ya no estaba sólo considerando quitar la maldición de YoonOh, no, lo haría, lo haría a como dé lugar.

Hace un mes atrás jamás se habría imaginado a sí mismo en aquella situación, con aquellos pensamientos, con esos sentimientos.

A la vida le encantaba burlarse de todo y todos, ¿no?

Deteniéndose aún en la escalinata, TaeYong presionó su agarre sobre la guadaña y miró a aquellos tres globos oculares que sostenía con la zurda.

Era asqueroso, bizarro y desagradable, pero no le hacía sentir en lo más mínimo incómodo.

Cristo, la sensación de la magia recorriendo sus venas, ansiosa por salir, era embriagadora y estimulante, ayudándolo a mantener la calma y a ser confiado de su plan.

No era algo demasiado sencillo en realidad, requería mucho -no tanto como otros hechizos, por suerte- de su energía y concentración. Un paso en falso y todo podía salir mal pero... joder sí, se sentía confiado a pesar de que no se trataba de un hechizo que practicara alguna vez antes en su vida. ¿Cómo lo practicaría si necesitaba ojos para hacerlo? Duh.

Con un repentino y fuerte silbido del viento, TaeYong se encogió de hombros, manteniendo el puente de su nariz fruncido y sintiendo su cabello alborotarse.

Piel Escarlata. [JaeYong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora