Cerveza, Café y Sangre.

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"Comenzó extraño, 
un amor en peligro. 
El filo de un cuchillo. 
El rostro de un ángel,
el corazón de un fantasma. 
¿Fue un sueño?
Yo, soy un hombre en llamas. 
Tú, un deseo violento."

Thirty Seconds to Mars - Dangerous Night. 


─────────☾ † ☽ ────────


Una semana.

Una puta semana.

Una jodida, maldita, desagradable, torturante y angustiosa semana, y... ¡aún no sabía ni mierda de sus amigos licántropos!

Cristo.

TaeYong sentía que se estaba volviendo loco.

Estaba perdiendo la cabeza.

Estaba a punto de, Satanás era su jodido testigo, ir a la policía y plantar la denuncia por desaparición de toda una jodida villa.

Sí.

Una villa.

Porque de entre todas las cosas que hizo para contactar a sus amigos; llamarlos, conjuros, hechizos, también estuvo incluido el ir hacia donde sabía, vivían los licántropos.
Y, con lo que se encontró, no fue para nada alentador.

La manada de sus amigos era más bien hermética, no dejaban entrar a cualquiera a aquel condominio en donde cada uno de ellos disponía de una casa con extremos aires familiares porque, bueno, la mayoría allí eran seres con instintos de compañerismo y protección hacia sus cercanos, por lo que no era de extrañar que se mantuvieran en un lugar "apartado" del resto.

Un lugar que le recibió en silencio, envuelto en la soledad y el abandono.

¿Cómo mierda era eso posible?

¿Cómo mierda toda una maldita villa desaparecía de aquel modo?

Si sacaba cuentas, debían haber, al menos, unas veinte personas en aquella manada de licántropos, entonces... ¿cómo? ¿Cómo mierda se habían esfumado de sobre la faz de la tierra y sin dejar rastros?

No tenía sentido para él, y no sabía si era culpa de que sus sentimientos estaban confusos -sumergidos en la angustia, en realidad- pero cada vez que intentaba rastrearlos, no lograba hacerlo.

Como si, de verdad, hubiesen desaparecido.

Y se negaba a pensar que habían muerto porque, de ser así, aún así podría rastrear sus almas.

¿Qué mierda estaba pasando entonces?

¿Dónde estaban sus amigos?

¿Dónde estaban aquellos a quienes quería tanto?

Le dolía el corazón, le dolía demasiado, y sólo su jodida terquedad le había impedido llorar porque una parte de él seguía repitiendo una y otra vez que debía intentar encontrarlos, hasta el final, sino no tenía sentido alguno.

Aunque... le estaba costando demasiado mantenerse fuerte.

No quería perder a nadie más.

No quería llorar otra muerte...

Sacudiendo la cabeza para apartar aquellos pensamientos de su mente y así evitar sucumbir a la tentación de llorar como un crío de cinco años, TaeYong continuó con lo suyo: acomodando unos libros que los jodidos clientes que acababan de irse de la cafetería/librería habían dejado tirados como sin nada.

Piel Escarlata. [JaeYong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora