Piel Escarlata. [JaeYong]

Lindo. Caliente. Peligroso.

No necesito descansar
Tomaré el control de este tipo de situaciones.
Estoy asegurada y cargada. 
Completamente enfocada. 
Mi mente está abierta. 
Todo lo que tienes, 
Piel con piel. 
Oh. Dios mío. 
No te detengas, chico. 
Algo sobre ti
me hace sentir como una chica peligrosa.
Hay algo, hay algo, hay algo en ti
que me hace querer cosas que no debería. 

Dangerous Woman. - Ariana Grande. 

─────────☾ † ☽────────

Con ambas cejas en alto y su mejilla derecha descansando en contra de su mano empuñada, el hijo de Caín con blancos cabellos, miró impacientemente a los otros dos vampiros delante de él, quienes, claramente nerviosos, tensaron por completo sus posturas.

—¿Entonces? —soltó el hijo de Caín. Voz grave y profunda—. ¿Quién se supone que es este brujo de mierda que mató a una treintena de mis ratas?

En el rostro del varonil vampiro había una sonrisa radiante que no se reflejaba en sus ojos; algo cínico, algo que no camuflaba en lo absoluto toda aquella ira que le inundaba y que había quedado clara en la forma que escupió aquellas palabras.

Los dos vampiros Hijos de Tepes compartieron una mirada rápida antes de volver a enfrentar al hijo de Caín.

—Lee TaeYong. —dijo uno de los vampiros, aquel que lucía un desaliñado cabello negro—. Se dice que es el último del aquelarre Lee, aunque fue criado por BoAh.

El hijo de Caín frunció el ceño y enderezó su postura.

—¿El último del clan Lee? —sacudiendo su cabeza en negación, el hijo de Caín se cruzó de brazos—. El último del clan Lee lo maté yo. A menos de que...

Dejando las palabras suspendidas en el aire, el vampiro de blanco cabello sonrió ampliamente.
Malicioso.
Peligroso.

Los otros dos vampiros compartieron otra mirada; al borde de la histeria.

El hijo de Caín estaba tan sumergido en su propio mundo que ni siquiera notó aquella mirada de sus subordinados. Tampoco le importaba.

—Esa perra de BoAh —susurró el hijo de Caín, más que nada para sí mismo—. dándome problemas incluso después de muerta. —bufando una risa baja, el vampiro se puso de pie, pasando por alto la tensión en los otros dos vampiros delante de él—. Llamen a uno de mis hermanos —indicó con total seguridad y autoridad, moviendo el mentón para señalar la puerta tras los hijos de Tepes. Brazos cruzados sobre su pecho, sonrisa maliciosa—. Alguien tiene que vigilar a este niño. Algo me dice que hay mucho más que averiguar sobre él.

─────────☾ † ☽────────

Riendo entre dientes, YoonOh le dio una mirada de soslayo a Ten y continuó moviéndose por la cocina de la casa, siempre siendo seguido por Anubis, su doberman, quien parecía no querer dejarlo ir. Una escena típica de cuando estaba a punto de irse a trabajar.
Como en ese momento.

Ya eran cerca de las cinco de la tarde -solía atender durante las tardes y muy temprano en las mañanas debido a su condición como chupasangre- y el sol, para su suerte, estaba escondido tras densas nubes cargadas de agua, lo que le permitía salir a trabajar sin el temor a exponerse demasiado a la luz solar.