De besos, a un río Escarlata.

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Advertencia: Este capítulo contiene descripciones (cortas) explícitas de muertes y/o "canibalismo". 


─────────☾ † ☽────────


Elegí una vida de Pecado. 
Tengo bordes afilados. 
Me pongo a la defensiva. 
Demasiado perdido para cuidar. 
Dedo medio en el aire, siento haberte asustado. 
Sé mi protector cuando atraviese el Sahara. 
Llévame allí. 
Llévame allí y... 
Ámame como a una rosa en el desierto. 
Ámame como si no pudieses abandonarme. 
Manténme a salvo cuando vuelva a casa. 
Ámame como a una rosa en el desierto. 
Ámame, eso es todo lo que quiero. 
Abrázame, ¿es mucho pedir? 
Manténme a salvo cuando vuelva a casa. 
Ámame como a una rosa en el desierto. 

Desert Rose - Lolo Zouai. 



─────────☾ † ☽────────



Con una ceja arqueada, TaeYong apartó la mirada de la puerta delante de él y se volteó a enfrentar a YoonOh, quien estaba de pie a su lado.
El muy bastardo ya lo estaba mirando, luciendo una sonrisa altanera y burlesca mientras se veía extremadamente guapo allí, con su postura relajada, las manos en los bolsillos de los pantalones deportivos que traía puestos, una pequeña marca rojiza en la base de su cuello y un brillo juguetón en sus ojos.

Ugh. Hijo de puta tan exquisito.

—¿Todo este tiempo estuvimos trabajando cerca? —cuestionó TaeYong con un refunfuño suave, señalando la puerta delante de él.

YoonOh asintió.

—Creo que trabajo aquí hace unos... —YoonOh torció los labios en una mueca pensativa, dando una rápida mirada al cielo antes de volver a mirar a TaeYong—. ¿Cinco años? —y encogiéndose de hombros, YoonOh sonrió—. Y nunca vi tu bonito trasero paseándose por aquí.

Contra su voluntad, TaeYong bufó una risa.

El poder de YoonOh para hacerlo sentir mariposas era completamente espeluznante y maravilloso en igual medida.

—Idiota. —murmuró TaeYong, dando un pequeño golpe de puño en contra del abdomen de YoonOh, donde dejó su mano apoyada al continuar hablando—. Hace un tiempo, Ten me dijo que había un doctor guapo en esta calle. —estrechando su mirada, TaeYong se acercó un paso a YoonOh, importándole una mierda estar en frente de posibles miradas curiosas. Esbozando una maliciosa sonrisa ladina, continuó—. Jamás creí que mi amigo tendría un gusto tan horrible. —con dramatismo, TaeYong frunció sus cejas hacia arriba y negó, acariciando de forma descendente el vientre de YoonOh. Cristo, ¿cómo lo hacía este bastardo para estar así de exquisito?—. Estoy decepcionado debido a ello.

Mierda. Era jodidamente adictivo el ver el deseo oscurecer los ojos de YoonOh, el notar aquella tensión sexual constante volviéndose aún más asfixiante.

¿Que sus juegos terminarían una vez se quitaran las ganas? Estaba bastante lejos de ser así. La necesidad y el deseo de estar cerca parecía ser peor ahora que lo tenían admitido. Un poderoso monstruo que se cernía sobre ellos, eclipsando la racionalidad y apartándolos del mundo real.

Piel Escarlata. [JaeYong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora