11. Deseos

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Una y otra vez repetía el audio que envió la chica con ese fragmento de una de sus canciones favoritas. Claro, a pesar de vivir en Italia, su origen era tan japonés como el suyo y probablemente sus padres escuchaban esas canciones o de alguna forma ella misma dio con esta música.

"¡¡Zoe, es hermoso!! Definitivamente tienes mucho talento. Además es una de mis canciones favoritas y me hizo muy feliz escucharla de esta forma. Tocas el piano de forma muy dulce, espero que no lo dejes. ¡¡Así como me hiciste feliz, puedes hacer felices a muchos otros con tu talento!! Muchas gracias por compartirlo, lo necesitaba y lamento no haberlo escuchado apenas me lo enviaste, he estado bastante ocupado, pero ya pude hacerlo y me alegró muchísimo".

Luego de recibir el mensaje y comenzar a leerlo, la chica sintió un gran escalofrío recorriendo su cuerpo y sus mejillas se ruborizaron tanto, que sentía que iba a explotar. Su primera reacción fue asombro. Había compartido su música con algunas personas cercanas y nunca creyó que fuera la gran cosa. Incluso el término "hacer felices a muchos otros" sonaba un poco ridículo. Nadie había manifestado alegría o entusiasmo al recibir esos audios antes. No entendía cómo ni por qué a este chico le parecía algo tan genial. ¿Y si sólo lo decía para caer bien? todos saben lo complacientes que pueden ser los japoneses... eso tenía que ser. No quiso emocionarse por la palabras de Takuya, pero las emociones se sienten, lo queramos o no y para Zoe fue inevitable sonreír luego de leer el fragmento completo y un huracán de emociones se apoderó de ella, llevándola incluso al llanto, pero este llanto no era pesado, o no tanto, más bien sentía que un montón de pensamientos negativos abandonaba su cuerpo y la hacía sentir más liviana.

 No quiso emocionarse por la palabras de Takuya, pero las emociones se sienten, lo queramos o no y para Zoe fue inevitable sonreír luego de leer el fragmento completo y un huracán de emociones se apoderó de ella, llevándola incluso al llanto, pero...

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Secó sus lágrimas y escribió rápidamente:

Zoe: ¡Hola!

Takuya: Wow, ¿estás despierta? ¿Qué hora es allá?

Zoe: Digamos que ya está amaneciendo.

Takuya: Oh ¿te tocó madrugar?

Zoe: No precisamente...

Takuya: ¿Y qué haces despierta?

Zoe: (nuevamente se debatió entre confiarle sus secretos a este chico o guardarlos para ella misma, como era su costumbre) La verdad, no dormí en toda la noche.

Takuya: ¿Es en serio? ¿No tienes sueño? (preguntó asombrado, pero más preocupado).

Zoe: Sí, pero...

Takuya: ¿Estás bien?

Zoe: (suspiraba y pensaba en cómo resumir lo horrible que había sido todo ese tiempo como novia de Lucio y lo desastrosa que fue esta noche que acababa de pasar). Yo... sí, tengo fe de que todo se resolverá.

Takuya: ¿No quieres contarme un poco al respecto? Tal vez pueda ayudarte si conversas estas cosas con alguien más... aunque imagino que para eso tienes a tus amigos jeje.

A través de la distanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora