28. La magia del lago

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En el capítulo anterior...

Takuya: (Su mirada reflejaba algo de dolor todavía pero pude notar que entendió mi punto, ya que ahora parecía tener un poco más de esperanza) Zoe... (siguió, intentando guardarse las lágrimas) ¿Crees que yo soy así?

Zoe: ¿Cómo?

Takuya: ¿Crees que yo... crees que...? (preguntó ahogado en angustia).

Zoe: Creo que eres increíble Takuya. Eres de las pocas personas que van de frente en la vida, sin calcular cada movimiento para ganar algo a cambio. Creo que tu amor por las personas es genuino y creo que no tienes miedo a ser tú, sin importar a quién tengas delante. Además... eres muy bueno jugando al fútbol (agregué, intentando que eso lo animara un poco más. De pronto sentí que se reía un poco entre tanta lágrima y me alegré mucho. Quise separarme de él un momento pero no me lo permitió).

Takuya: Espera... no, todavía no. ¿Puedo quedarme así un momento más?

Zoe: (Suspiré con una gran sonrisa en mi rostro) Claro, Takuya. Podemos estar así el tiempo que necesites.

-Continuamos-

Sabía que no podía quedarme abrazado a Zoe para siempre pero en ese momento, lo único que quería era poder estarlo. Su olor, su piel, la suavidad de su cabello y el dulce timbre de su voz me hacía sentir tan a gusto que no necesitaba nada más. De pronto comencé a sentir la brisa en mi piel y levanté la vista. El sol estaba a punto de ponerse en el lago así que, contra mi voluntad, me separé de Zoe para que ella pudiera verlo.

Takuya: Zoe... Mira hacia allá (indiqué con mi dedo índice)

Zoe: ¡La puesta de sol! (exclamó emocionada).

Zoe: ¡La puesta de sol! (exclamó emocionada)

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Takuya: Sé... que no soy el chico con quien preferirías verla, pero aún así podrás disfrutarla conmigo (sonreí con los ojos irritados a causa del llanto pero aún pude ver cómo sonrió y luego... ¿mordió su labio? Dios, se veía muy... ah, no... no Takuya, es tu amiga, no puedes pensar en ella así... no otra vez).

Zoe: Así está bien (contestó sin mirarme) Gracias por esto.

Takuya: Gracias a ti. Gracias por todo lo que has hecho por mí.

Zoe: Vamos, tú harías lo mismo por una amiga, ¿verdad?

Takuya: Sobre todo por una tan especial como tú.

Instintivamente, acaricié su cabello que desprendía un olor increíble y noté cierta vergüenza en el color de sus mejillas mientras sus manos se tensaban al momento en que lo hice. Cielos, ya estoy arruinando todo con Zoe. Necesito calmarme pero nunca había conocido a una chica así y eso... es muy estimulante, demonios. Me disculpé por todo lo que había pasado en la fiesta, en su casa y bueno, básicamente por todos los problemas que le he ocasionado desde que nos vimos. Debe creer que soy un verdadero dolor de cabeza o que todo al rededor mío es complicado pero, a medida que la voy conociendo, siento como si no quisiera alejarme de ella nunca. Diablos... Todo esto se siente tan raro. Hace mucho no me sentía así estando cerca de una chica y quisiera que se detuviera pero después de hoy... No creo que Zoe vuelva a salir de mi mente en un largo tiempo.

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