Sentí como recargaba su rostro en mi hombro y abrazaba mi brazo con los de ella, presionando mi brazo contra su pecho de una forma muy agradable. Pude sentir sus pechos presionando contra mi brazo también y me sonrojé completamente, pero no quería que lo notara así que...
Takuya: ¡Mi zapato!
Zoe: Jajajaj el perrito ladró porque sintió el auto acercarse. ¡Vamos, Takuya! (sonrió mientras las luces del auto la iluminaban, dejándome estupefacto.)
-Continuamos-
Subimos en el auto de su padre, ambos atrás y Jaime conducía. Me parecía divertido que la chica que conocí por correo ahora me llevara en su lujoso auto hasta su increíble casa. El viaje fue corto en el auto, solo fueron unos minutos pero se sintieron bastante largos ya que sentía cierta tensión por su parte y por la mía, también estaba un poco nervioso, aunque no entendía muy bien por qué.
Su chofer nos dejó en la puerta de su casa, donde dejamos nuestros zapatos y nos recibió una señora con un par de toallas. De alguna forma, Zoe se las arregló para quitarse toda la ropa y envolverse con la toalla. Luego subió las escaleras corriendo y no la ví más. Entretanto, la señora que nos abrió la puerta me guió a un baño y me enseñó a regular la temperatura del agua. Noté que había una muda de ropa sobre un pequeño mueble junto al lavamanos, el cual la señora dijo que había preparado especialmente para mí.
Mientras me daba un baño con agua caliente, volví a recordar lo que sucedió en la fiesta con Sussie. No sé en qué momento decidí apagar mi teléfono pero temía prenderlo ya que pensaba que Sussie podría estar molesta. Apenas recordaba todo lo que me había dicho pero recordaba el dolor en el pecho y el rostro de Zoe, totalmente impactada por la situación. Realmente agradezco todo lo que ha hecho por mí.
Ahora que lo pienso, Zoe se ha esforzado mucho por que las cosas resulten bien. Cuando nos conocimos, Sussie fue muy desagradable con ella pero siempre supo ponerla en su lugar. Supongo que por eso Sussie actuó de esa manera... tal vez sean sus celos pero eso no justifica que me haya tratado de esa manera. Pero, volviendo a Zoe, incluso ese día, cuando me estaba esperando en la recepción del hotel... podría jurar que se estaba yendo por miedo pero lo enfrentó y se quedó. Y ese cuerno de oro... todo lo ha hecho tan sutilmente que otra persona podría verlo como tonterías pero se ha esforzado mucho por hacerme sentir... feliz... Necesito retribuir de alguna forma todo lo que ha hecho.
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A través de la distancia
Подростковая литератураTakuya, un adolescente japonés de 16 años, vivía una vida común hasta que gracias a un proyecto escolar se hace amigo virtual de una chica italiana que vive al otro lado del mundo.