BEHIND CLOSED DOORS 2 | DRACO MALFOY ✓

𝟐𝟕. 𝐌𝐘 𝐃𝐀𝐔𝐆𝐇𝐓𝐄𝐑

AnnaLeigh Malfoy.

—A-Anna no lo hice, no sabía a dónde más ir, yo...

—¡Scorpius, más despacio! ¿A quién... qué estás sosteniendo?.—Dije mientras miraba hacia sus brazos, sostenía lo que parecía una pila de mantas.

—Mi hija.—dijo mientras mis ojos se agrandaban.

—Tu hija, ¿Bonnie tuvo el bebé?.—Pregunté, todavía sorprendida y sin saber qué hacer en este momento. Tenía tantas cosas que me había olvidado que Bonnie incluso estaba embarazada.

—Sí, ¿puedo entrar? ¿Podemos pasar?.—Preguntó mientras miraba al bebé en sus brazos. No quería dejar entrar a Scorpius, ni un poco después de todo lo que había hecho, pero no iba a dejar al bebé aquí.

—Bien, pero SOLO porque tienes un niño recién nacido en tus manos.—dije mientras me alejaba lentamente de la puerta y dejaba entrar a los dos. Cerré la puerta detrás y me crucé de brazos.

—Gracias-

—¿Qué estás haciendo aquí? ¿Dónde está Bonnie?.—Dije, sin querer ninguna tontería, estoy tan harta de tonterías en mi vida.

—Ese es el problema, no sé dónde está.—sacudió la cabeza y comenzó a caminar hacia la sala de estar.

—Scorpius, no puedes simplemente caminar donde quieras, ya no vives aquí y ¿qué quieres decir con que no sabes dónde está ella?.—Dije que lo seguí. Lo vi sentarse en el sofá con el bebé que ahora revelaba todo tan levemente debajo de las mantas.

—Quiero decir que se fue. Me la entregó y luego se fue a la mierda. No la he visto en una semana.—dijo mientras me sentaba en el sillón reclinable. No demasiado cerca de él, pero no demasiado lejos del bebé.

—¿Y cómo es este mi problema?.—Crucé mi pierna sobre la otra mientras levantaba una ceja. No lo iba a perdonar solo porque entró aquí con un bebé.

—No puedo cuidar a un niño por mi cuenta, no tengo ni idea de lo que estoy haciendo.—dijo mientras sostenía a la niña.

—Todavía no entiendo lo que quieres que haga, Scorpius.—me encogí de hombros. Realmente no tenía ni idea de lo que esperaba de mí. No estaba acogiendo a su hija, no lo estaba ayudando con dinero o adónde ir; todavía lo desprecio.

—¿Puedes... puedes tomarla por un segundo?.—Preguntó mientras yo dudaba.—Por favor. No voy a ira ningún lado, solo necesito un respiro.—dijo mientras lentamente me acercaba y la tomaba en mis brazos.

—¿Cual es su nombre?.—Pregunté mientras la miraba desde arriba. En realidad, era una niña adorable. Cabello rubio rojizo claro, ojos azules, nariz pequeña, piel pálida.

—Mae, Mae Rose.—dijo mientras se ponía de pie y se pasaba la mano por el pelo. Parecía estresado, como si no hubiera comido, no hubiera dormido. Sin embargo, nada que no se mereciera.

—Qué linda. Hola bebé.—le hablé en voz baja. No parecía mayor que un par de semanas, Bonnie no hacía mucho que decía.—¿Sabes a dónde fue? ¿A dónde podría haber ido?.

—¿Cómo diablos iba a saberlo? Estaba tan feliz por tener este bebé, estaba obsesionada. Me hizo pintarle una guardería, todo a prueba de bebés, no lo entiendo.—dijo mientras se sentaba y metía la cabeza en sus manos.

—Se ve...—La desenvolví de la manta y vi que no vestía nada debajo, se veía tan increíblemente pequeña y podía ver sus costillas.—Parece que no ha comido-oh mierda... ¿Scorpius?.