Capítulo 1

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-Flashback-

-¡Peter seguime!-tiré de su mano para que nos alejáramos de la multitud, era mi fiesta de compromiso, sería la última vez que vería a mis personas más cercanas, pero quería un momento a solas con mi amigo de toda la vida, nos lo merecíamos.
Llegamos hasta una plaza que estaba poco iluminada, nos sentamos en un banco y finalmente me abrazó, nos quedamos en silencio, no pude contener mis lágrimas.
-Ey.. Vas a tener una buena vida Lali, una como la que te mereces, seguro va a tratarte como una princesa-él trató de consolarme, sacó las lágrimas que habían mojado la cara.
-No me importa vivir donde vivo, no me importa nada Pit, quiero seguir viendo a mi familia, mis amigos, quiero seguir viéndote-la voz se me quebró.
Noté que Peter no sabía que decirme, que hacer.
-Chiquita-me llamó al cabo de un rato, levantó mi cara con una de sus manos, me miró firmemente a los ojos- la vida nos va a volver a encontrar.. Y si no es así voy a buscarte Lali, pienso tomar un avión y volar lejos-esbozó una pequeña sonrisa para animarme- tomá.. -me dio una llave con una cadena-cuando me pienses, cuando me necesites cerca pensá que estoy con vos, esta llave es muy importante, yo tengo una, ahora vos tenes otra-besó mi frente.
Lo abracé por una última vez, cerré mis ojos para recordar su perfume, su suavidad, su dulzura.
-Lali tengo algo que decirte..-empezó Peter, se puso algo nervioso, lo vi en su cara, en sus gestos.
-Te quiero Peter, se siempre feliz, cuidate-cambié rápidamente de tema, tenía una sospecha de que podría tratar lo que iba a decirme, pero me escapé, no necesitaba pensar en más cosas.
Así fue que volvimos a la fiesta, tuve que ir a donde estaba mi futuro esposo, él me mostró a todos sus amigos como si hubiese ganado la lotería

-Fin del flashback-

¿Quién no envidian esas relaciones que son desinteresadas y hermosas para atesorar toda la vida?
Peter era mi mejor amigo hasta que cumplí los 18 años, ambos vivíamos en un barrio muy humilde, nos cuidábamos el uno al otro hasta que pasó algo que nunca vi venir.
Mis papás me entregaron a un jeque árabe por dinero, él jeque se quedó encantado conmigo, entonces no tuve opción, tuve que casarme con él, así fue que pasé a ser una esposa como cualquier otra, la número cuatro, la última y la más joven de todas, de a partir de ese entonces dejé de tener voz propia, dejé atrás mis planes, mis sueños, toda mi vida había soñado con cosas que en su momento no podía hacer, cosas que sí podría hacer al ser grande.
Soñaba con poder ser independiente, trabajar de algo que amara, encontrar en una persona un amor correspondido, uno sano, pero eso no llegó, en su lugar terminé presa entre cuatro paredes.

Después de darme un baño me miré en el espejo y no pude evitar sentirme mal, no me reconocía, perdí todos los rastros de felicidad.
Llevo 5 años viviendo una realidad muy distinta a la de la mayoría de las argentinas ahora tengo 23 años, visto ropa cara y llevo joyas de un valor que nunca en mi vida creí poder llevar.
Una de las tantas esposas de mi esposo entró para agarrar el secador de pelo.
-¿Necesitas algo más Chinita?-le pregunté, ella negó con la cabeza.
Entre nosotras usamos los apodos que alguna vez alguien nos dijo, los apodos que alguna vez tuvimos, los que nuestros amigos y familia nos había dicho por un tiempo corto con amor, mientras, nuestro esposo nos llama por nuestro nombre.
Somos Mariana, Eugenia, Gimena y Emilia, todas vivimos bajo el mismo techo, dormimos todas juntas hasta que Hakim nos llama para tener una noche "apasionada", no hay nada apasionado en esos encuentros, nunca pude experimentar el estar con una persona que me gustara y gustara de mi, con una persona que deseara y tuviéramos sentimientos recíprocos. Con el tiempo dejé de pensar que ese día podría llegar, me acostumbré a la rutina, a tener que "servir" a un hombre.
Por suerte, para suerte nuestra Hakim no es tan anticuado, no nos tiene vistiendo como muchos jeques visten a sus mujeres, a él le gusta vestirnos con ropa que cualquier persona de nuestras edades usarían, eso sí, con cosas que no muestren demasiado.
Las chicas se volvieron mis amigas, todas somos el apoyo de la otra, nos cuidamos, en definitiva somos familia.
Hakim y Emilia tuvieron un hijo, Jamil, Gimena tuvo a Amal, mientras que solo quedamos Eugenia y yo, ella tuvo a Nadim, y yo a la luz de mis ojos, Amira.
Hakim me dio la oportunidad de elegir el nombre de mi hija porque ella a él no le interesaba, yo había sido la única que había tenido una nena, solo me puso de condición que sea un nombre árabe, entonces elegí Amira, su nombre significa princesa, ella era eso, mi princesa, a la cual protegería a toda costa, hasta de su papá.
Hakim llegó nervioso, habló en árabe, no le entendí nada, me había rehusado a aprender ese idioma, no tenía la intensión de relacionarme con mi esposo, estaba negada.
Él nos habló en español de un momento a otro.
-Tenemos que volver a la Argentina, necesito hacer nuevos negocios
Sentí un cosquilleo por todo mi cuerpo, traté de no demostrar la felicidad que estaba creciendo en mi interior, volví a la habitación y con las chicas nos pusimos a llorar de la alegría, pisaríamos nuevamente nuestro país, volveríamos a ver a quienes extrañamos tanto.
Cargué a mi Amira en brazos y ella se puso a jugar con mi cadenita, ella siempre quería meterse en la boca la llave, siempre le corría su manito y terminaba besándosela con dulzura.
Cerré mis ojos y deseé con toda mis fuerzas que todo cambiara, que nuestra realidad sea otra, deseé con toda mi fuerza el poder ser libre, libre, tan solo quería eso, mi libertas, la de mis amigas.

Se me cayeron varias lágrimas de mis ojos cuando el avión aterrizo sobre la tierra argentina, con las chicas nos tomamos de la mano, nos sonreímos, después de tanto tiempo se nos escapó una sonrisa
Una limusina nos pasó a buscar y nos llevó a un lujoso hotel.
-Tienen que estar listas para las diez de la noche-nos ordenó Hakim.
Le hicimos caso y nos pusimos los vestidos que nos había comprado, yo iba a llevar uno blanco con volados.
Quise llevar a mi hija conmigo pero no pude hacerlo, una persona se quedaría a cuidarla, a cuidar a todos los niños.
Hakim se apareció con nosotras en la fiesta que había en el hotel, éramos "el espectáculo" de la noche, no todos los días uno se encuentra a un jeque árabe con sus lindas mujeres.
Fui a buscar algo para comer cuando me tropecé al subir unas escaleras y terminé tirándole mi vino a una persona.
-Todo bien-me respondió intentando secar su camisa con una servilleta, cuando nos vimos a los ojos el mundo, nuestro mundo se congelo.
-Peter-tartamudeé nerviosa.
-Lali-él me llamó, sus ojitos se pusieron brilloso.

Cielo verde y salvadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora