Capítulo 19

459 34 8
                                    



Después de varias semanas llegó el cumpleaños del gobernante de la casa.
-¿Nadie me va a desear una feliz vida?-Hakim estaba de buen humor.
Lo felicitamos tratando de sonar animadas.
Amira fue caminando hasta las piernas de Hakim y sufrí por ella, él se la despegó de encima.
-Tratá de manejarla Mariana, no puede ir por la vida así-me advirtió.
-Es chiquita, solo busca atención, solo busca una gota de amor, algo-justifiqué a mi hija cargándola, se me formó un nudo en la garganta, sufría el hecho de que Hakim sea un ser tan frío.
-Para eso estas vos-le restó importancia- hoy voy a celebrar en esta casa, así que quiero que estén vestidas acorde a la celebración
Asentimos con la cabeza.
A los minutos sonó el timbre y abrí la puerta, era Peter, nuestras miradas se encontraron y rápidamente me alejé.
-Él te está esperando, y es su cumpleaños-suspiré- así que está de humor, ponele
-Lo se.. Me invitó hoy-elevó sus cejas-más tarde veo si puedo verte
Asentí con la cabeza y me alejé.
Fui a la cocina y estaba Candela jugando con mi hija.
-Le preparé masa para que juegue, al principio quiso metérsela en la boca pero después entendió que es solo para jugar-Candela me sonrió, notó que estaba preocupada- ¿que pasa Lali?
Levanté mi remera suelta y se asomó mi pequeña pancita.
-Me queda cada vez menos tiempo-la voz se me entre cortó.
Candela me abrazó porque estaba al borde del llanto, pero no lo hice, me acerqué a mi hija y me puse a jugar con ella.
Cuando salí al jardín Gimena seguía tejiendo cosas.
-Esta vez hice guantes.. Se me ocurrió ir donando las cosas que hago, me gustaría hacerlo-ella esbozó una pequeña sonrisa.
Todas también le sonreímos.
Eugenia se puso a jugar con su hijo que agarró de la mano a Amira.
-Ahí van.. Torpes.. Animándose a explorar la naturaleza-Eugenia me sonrió, me sentí más aliviada de que haya vuelto a sonreír, besé su mejilla.
En el momento del almuerzo sorpresivamente Hakim nos sacó al exterior, fuimos a un restaurante de un hotel refinado y al aire libre.
-Acá hay un pastelero que es todo un maestro Damian Betular, Cande me conto, ¡quiero probar el postre ya!-Gimena estaba entusiasmada.
Almorzamos en armonía, por suerte Hakim no nos habló mucho.
Cuando volvimos quedaba poco tiempo para arreglarnos, algunas personas habían estado arreglando la casa para la gran fiesta.
-¡Llego tu vestido!-Emilia me lo trajo y me lo quedé mirando-¿que pasa?
-Es medio apretado...-le señalé mi panza-¿puedo usar el tuyo?
-Claro-Emilia me dio un abrazo cálido.
Me preparé y me maquillé de manera sencilla.
Cuando bajé por las escaleras habían luces de todos los colores, ya habían varias personas, me dieron una mascara, era una fiesta con máscaras, seguro fue la manera "divertida" que encontró Hakim para "divertir" a sus invitados.
Me puse la mascara y empecé a caminar entre los invitados, entonces lo vi, Peter estaba con su mujer, ella presumiendo su supuesto embarazo.
-Ya tengo muchos antojos, el otro día Peter fue a comprar chocolates a una estación de servicio a las tres de la mañana, ¡es un amor!-ella siguió presumiendo a su esposo.
Rápidamente me aparté y él me siguió hasta que salimos al jardín.
-No necesito que me aclares nada.. Solo viví tu vida-solté un suspiro.
-Vos.. Vos sos mi vida, siempre fuiste parte de mi vida..-se acercó peligrosamente a mi boca pero lo esquivé, terminó besando mi mejilla.
-Tengo que volver a la fiesta, ¿me lo permitís?-elevé mis cejas y me fui.
-Hakim te está llamando, está en su oficina-Eugenia puso mala cara.
Dejé de pensar en todo lo que estaba pensando y toqué la puerta, entré a la oficina con cuidado.
-¿Que haces acá? Todos los de la fiesta te estás reclamando, reclaman tu presencia-traté de sonar convincente.
-Vení-me pidió que me acercara y lo hice-te compré una máscara especial, llena de billantes-se puso detrás mío, me saqué la que tenía y me la puso-quiero que estés toda la noche a mi lado, vamos, salgamos de acá
Seguí sus pasos y finalmente Hakim llegó al centro de la casa, agarró un micrófono.
-Quiero agradecer el que me estén acompañando hoy, esta noche-sonrió a sus invitados- hoy me me acompaña mi familia, mis bellas esposas-las luces nos alumbraron como si fuéramos el entretenimiento del circo- y parece que hay una buena noticia.. ¡Vos a ser papá!-instintivamente miré a Eugenia que extrañada me devolvió la mirada-Mariana finalmente me va a dar un varón
Cuando soltó esas palabras me quedé estática, helada, las personas se pusieron a aplaudir el acontecimiento.
-¿Crees que no estoy en todo?-Hakim me lo susurró en el oído- hace semanas te mandé a preparar el vestido, y usaste el de Emilia, la que lo confeccionó se dio cuenta de que no te quedaba del todo bien, y me lo informó, todos los que trabajan acá tienen que informarme todo lo que ustedes hagan
Se me erizó la piel.
-No me trates mal..-se lo pedí suplicante, Hakim me agarró del brazo y me llevó nuevamente a la oficina.
Entonces todo volvió a pasar.
-¡Me mentiste! No me dijiste nada-me golpeó en la cara.
Todo se volvió violento de un momento a otro, cuando estaba por pegarme en la panza Peter abrió la puerta.
Se encontró con la peor escena: yo tenía la cara con moretones, tenía un ojo hinchado.
Instintivamente me abalancé a él y lo abracé.
-¡¿Es mío?!-Hakim me lo preguntó a los gritos, no pude responder nada porque estaba adoloridas y estática-¡Mariana!
-No le hables así, no se siente bien..-Peter trató de calmar a Hakim que estaba sacado, mi esposo trató de golpearme a pesar de estar yo entre los brazos de Peter.
Otros invitados agarraron a Hakim, se lo llevaron a dar una puerta, cuando recién lo perdí de vista mi respiración se quedó agitada, acelerada.
-Tengo miedo Peter, tengo miedo, sacame de acá-me puse a llorar, me fue inevitable no hacerlo.
Él besó detenidamente mi frente.
-Es lo que más deseo en este mundo La-besó mi mejilla-ahora vamos, vamos a ponerte hielo
Caminamos hasta la cocina y Peter buscó hielo, me ardió la cara, mi ojo estaba más hinchado.
-Estoy va a ponerse más feo-la voz se me quebró-¿no me puedo ir de acá con vos? ¿No podemos hacer una locura e irnos lejos?
Tal vez no estaba siendo racional porque estaba muy movilizada y sensible, pero algo hizo que Peter me hiciera caso, cargó en sus brazos a mi hija que estaba dormida, nos escapamos por la puerta trasera de la cocina.
Ninguno dio explicaciones a nadie, recién cuando el auto empezó a funcionar pude soltar el aire que tenía contenido.
Supe a donde estábamos yendo, pero también supe que eso no podría ser para siempre, que solo estaba escapando de mi realidad, por lo menos por un minuto más.

Cielo verde y salvadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora