Capítulo 25

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Transcurrieron unos días y fui sintiendo algo de paz.
Nos encontramos Peter y yo en la habitación, en nuestro momento a solas.
-Hola chiquito, tu mamá es chiquita, vos sos chiquito-le habló a mi pancita, me la acarició y me puse emocional, dejó su mano ahí y me miró sobresaltado-¡se mueve Lali!-me sonrió como un nene, me la besó dulcemente.
-Es algo revoltoso, ¿no?-me reí, me sequé las lágrimas que se me habían caído.
-Demasiado, no dejo de sentirlo-Peter también se rió.
Nos dimos varios besitos hasta que tocaron la puerta, era Emilia con mi hija.
-Te solicitan por acá La
Mi hija últimamente repite mamá todo el tiempo, me tiene loca con eso.
La subí sobre la cama y fue hasta donde estaba Peter.
-Te prefiere a vos, ok, todo ok Amira-la miré a los ojos y ella se divirtió con mi reacción, después me acerqué y le dejé besos por las mejillas-¡no puedo enojarme con vos!-Peter soltó una carcajada.
Por la noche vinieron algunos amigos de Peter, también vinieron Candela, Andres y Mery, ella sin su pareja porque estaba trabajando, es DJ.
-¿Me podes presentar de nuevo a tu amiga?-me pidió Agustín mirando a Eugenia, asentí con la cabeza.
-Pero no hagas que se sienta mal nunca, tiene sus propios quilombos como para tenes que lidiar con vos-elevé mis cejas mirándolo.
-¡Obvio! Ahora pesentámela-me pidió eso riéndose.
Fui hasta donde estaba Eugenia y le toqué el hombro para que se diera vuelta.
-Chinita él es Agustín, viejo amigo mío, él quería hablar con vos pero no se animaba a empezar una conversación-lo mandé al frente tentada de la risa, Agustín me fulminó con la mirada-ya, dejen de dar vueltas, Eugenia también te echó el ojo cuando estábamos en la fiesta..
Esta vez quién me miró mal fue Eugenia.
Mientras noté que Gimena hablaba animadamente con otra persona.
-¿Y ese quién es?-se lo señalé a Peter.
-Es un amigo que no conoces, se llama Nicolás, es una buena persona, humilde, cálido.. Y ama hacer reír a las personas-Peter me sonrió- todo esta bien La, ellas van a estar bien-me dio un besito en la frente.
Amira iba de un lado a otro jugando con sus hermanitos, mientras Peter siguió preparando asado.
Cuando la comida estuvo lista todos salimos al jardín, nos sentamos y empezó una cena divertida llena de anécdotas que recordaríamos por siempre.
Ibamos por el helado cuando sonó el timbre.
-¿Esperamos a una persona más?-Emilia preguntó desconcertada, Peter abrió la puerta y se me encendieron todas las alarmas.
-¿Qué haces vos con mis esposas y todo este circo de personas?-Hakim le clavó la mirada desafiándolo a Peter.
-¿Cómo es que podes entrar a un barrio privado?-Peter no bajó su mirada.
-Contactos-Hakim suspiró- no sos consciente del poder que tengo.. Ahora que mis esposas vengan ahora mismo conmigo, que lo hagan voluntariamente o todo se va a poner feo
-¿Cómo saliste?-Peter se quedó sin entender.
-Te lo dije, contactos-Hakim elevó sus cejas- olvidá que hagamos negocios, ya no me interesa invertir en algo donde vos estés presente
Emilia fue la primera en encaminarse hacia la salida.
-¿Emi que haces?-la miré sin entenderla.
-Vos y yo sabemos que tenemos que hacer esto..-su voz se quebró, me miró al borde de las lágrimas.
Una por una las chicas fueron saliendo por la puerta, todos nos quedamos estáticos.
-Mariana faltas vos-Hakim me miró firmemente a los ojos, ni pestañeó.
-Lali no...-Peter fue todo lo que alcanzó a decir, caminé para atravesar la puerta, sabía que si no lo hacía las chicas sí lo pasarían mal.
-Cuidá a mi hija Peter, cuiden a nuestros hijos-se lo pedí con un nudo en mi garganta.
Un segundo estás viviendo la vida, feliz, riéndote y al otro estás al borde del llanto, tratas de no hacerlo, tenes que estar fuerte, fuerte para sobrellevar la vida que con las chicas siempre vivimos.
Otra vez en la casa, otra vez en la jaula.
-Ya lo decidí-Hakim nos miró a una por una-nos vamos a ir, esta vez a París, ese va a ser nuestro nuevo destino, ya me trajeron muchos dolores de cabeza en Argentina
Traté de ocultar que estaba templando, con las chicas nos sostuvimos de la mano, estábamos en pie y parcialmente bien solo por tenernos las unas a las otras.
Dimos vueltas para irnos y Hakim me llamó para que vaya a su oficina, el aire se me fue, pero tuve que moverme e ir.
-Estoy tan decepcionado de vos-Hakim levantó mi cara con una de sus manos- voy a tener que vigilarte más seguido, fuiste demasiado escurridiza, recordá que en tu mundo, el mundo de ustedes la última palabra siempre la tengo yo, ustedes sobreviven porque yo pago las cosas para que vivan como reinas, y son tan mal agradecidas.. No vas a escaparte nunca más, y cuando digo nunca más es nunca, en dos días abandonamos este país
Hakim elevó sus cejas y me sonrió, el jamás sonreía, pero esta vez lo hizo.
Me fui de la oficina y corriendo fui hasta donde estaba mi jardín, recién ahí me puse a llorar, noté a los minutos que las chicas estaban igual que yo, llorando de impotencia, miedo, dolor.
-Nuestros hijos..-Emilia nos miró- nos vamos a ir sin nuestros hijos-su voz se quebró.
Me sequé las lágrimas con una de mis manos.
-Es mejor.. Es mejor que estén lejos de nosotras, que vivan otra vida-fue todo lo que alcancé a decir, se me partía el alma, pero eso era verdad, la gran verdad.
Nos quedamos juntitas, por momentos nos abrazábamos.
Esa noche no dormimos, esa noche reinó el silencio, el único sonido era en del llanto.

Cuando desperté fui hasta la cocina y me sorprendí al ver a Candela, ella me miró triste.
-¿Que haces acá?
-Hakim no me vio en la fiesta, me escondí para poder seguir siendo una especie de puente entre vos y Peter-ella me dio un abrazo-¿te levantó la mano, pasó algo?
-Solo nos vamos en dos días, a París, seguro hoy tengo que empacar mis cosas, decile eso a Peter, no se.. Yo ya no se que puede pasar-agaché mi mirada para que Candela no me vea llorar-¿cómo está mi hija?
-Ella bien, te busca en todos lados, en la habitación, el jardín, el lugar de juegos-noté también a su voz entre cortada- Lali de este país no se va a ir ninguna, ustedes siempre pertenecieron acá, acá nacieron, acá van a vivir, siempre unidas, van a ver crecer a sus hijos..
Me puse a pensar que tal vez nunca volveríamos a ver a nuestros hijos y se me removió el estómago, no solo eso, todo mi interior, todas mis emociones se removieron.
Otra vez abracé a Candela, después me aparté.
-Mejor.. Mejor vuelvo con las chicas.. Hakim me tiene nuevamente en la mira-me despedí de ella saludándola con la mano.
Antes de ir donde estaban las chicas fui hasta el altillo, me senté ahí y miré por la ventana chiquita que había, recordé mis encuentros y desencuentros con Peter, los besos robados, nuestra pasión, sus promesas, todo un mundo que no volvería a ver.
Al final todo sí fue un gran y perfecto sueño, uno del que nunca tuve que ser parte, esta siempre fue y va a ser mi realidad.

Cielo verde y salvadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora