Capítulo 30

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He aquí el capítulo final de esta historia! Solo queda el epílogo, espero que hayan disfrutado!
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El despertar fue hermoso, con Peter vimos salir el sol desde el jardín, se reflejaba en el lago,  Amira dormía, era muy temprano, mientras nosotros tomábamos mate y comíamos facturas.
-Extrañaba tanto eso..-agarré una media luna y la mordí, Peter se me quedó mirando con diversión-¿qué?
-Estas muy antojada, me causa gracia, siempre fuiste de comer bien pero ahora..-iba a seguir pero lo interrumpí.
-¿Me estas queriendo decir algo?-elevé mis cejas, Peter negó con su cabeza riéndose.
-Me gusta verte antojada, sana, feliz..-besó mi frente y acto seguido lo abracé.
Desde años soñaba con poder tener momentos mágicos, son esto, instantes que se guardan en la memoria para atesorarlos en el futuro.
Amira estiró sus bracitos al salir al jardín, Peter la abrazó y ella se rió feliz, ella también estaba en una constante adaptación, era nuevo el que otra persona quiera, eso me ponía mal pero al mismo tiempo bien porque ella también estaba sanando de un pasado horrible.

Cuando declararon a Hakim culpable celebramos en nuestra casa, vinieron las chicas, mis amigos, Candela y Andrés.
Peter llenó copas con vino y brindamos, yo no tomé nada obviamente.
-Cuando a pensa pueda voy a tomar vino, Hakim nunca me dejaba tomar eso, me gusta mucho-suspiré.
-Mi amor ya no hay más Hakim-Peter me sonrió-¿sos consciente de que ya sos libre La? Somos libres.. Yo me divorcié, vos también..-de pronto se puso a mirar a todos los presentes, todos le prestaron atención-Lali..-se puso nervioso- sé que pasaron muchas cosas, pero también sé que quiero pasar cada día junto a vos, desde ya hace un tiempo me despierto a tu lado pero quiero poder hacer una promesa que pienso cumplir, el de jurarte mi amor por y para siempre.. Tal vez pienses que es apresurado pero..-él metió su mano en el bolsillo y sacó un anillo, se me llenaron los ojos de lágrimas-¿te queres casar conmigo?
Su pregunta me dejó sorprendida, no la esperaba.
Asentí con la cabeza mientras era un mar de lágrimas, pero por la emoción.
Nuestros amigos aplaudieron, gritaron y lo celebraron, Peter me puso el anillo en el dedo y lo abracé.
-Acepto-le susurré en el oído, acto seguido lo besé dulcemente, cuando nos apartamos noté que mis amigas estaban sonriéndome-¡ustedes sabían!
-Peter tenía sus dudas, digamos que le dimos una charla para que se quede tranquilo de que ibas a decir que sí-Eugenia le guiñó un ojo a Peter, nos reímos.
Los chicos terminaron de preparar el asado.
Desde la distancia vi a Eugenia hablar con Agustín, instintivamente una sonrisa se asomó sobre mis labios, ella se merecía ser feliz.
-¿Qué haces espiando?-Peter me retó y se rió- vamos a comer-besó mi mejilla.
Todos nos sentamos alrededor de la mesa y empezó el almuerzo al aire libre, mientras los chicos corrían de un lado al otro.
-¡Ami hay que comer ahora!-le grité y se acercó hasta donde estábamos todos- muy bien-la senté y le corté la comida para que la comiera sola

Por la tarde salió hacer una ronda de mates, cositas dulces, saladas y música.
Peter me ofreció su mano y nos pusimos a bailar pegados, desde que empezamos a vivir juntos todos los días bailábamos algo.
-Estas mejorando.. Al final sí te voy a sacar buen bailarín-me reí.
-Tal vez, tal vez después de algunos años más-se acercó a mi cara, rosó su nariz con la mía, después besó mi mejilla, eso me derritió del amor.
Peter puso su mano en mi panza ya grande y no pude evitar sonreír.
-Falta poco
-Sí, falta poco-él asintió con la cabeza.

Pasaron días, semanas hasta que llegó el gran día, Peter se entrenó, una vez por semana practicaba el llegar rápido a la clínica, al principio me causaba gracia, pero fue realmente útil.
Llegué y me dolía todo, me llevaron a una habitación, después de pasado un tiempo el gran momento llegó.
Sostuve la mano de Peter, la sostuve fuertemente, grité, me cansé, volví a recobrar fuerza, así reiteradas veces, hasta que escuché un llanto, eso me puso emocional a mi, cuando apoyaron a mi bebé en mi pecho me puse a llorar, miré a Peter que estaba en la misma situación que yo.
-Hola Santi, Santino..-lo llamé pero ya se había calmado, de un minuto a otro se quedó dormido- sos un bebé muy querido, muy esperado y amado-besé su carita chiquita.
Tiempo después me llevaron a una habitación normal, fue el turno de Peter de cargarlo, él no sabía bien como hacerlo, tenía miedo de todo.
-Nuestro hijo La-me lo dijo emocionado, se quedó mirando a nuestro bebé que dormía con total paz y tranquilidad.
A la media hora llegó Andrés con Amira de la mano, ella entró a la habitación y le hizo señas a Peter para ver a su hermanito, ella le dio un besito en la cara y sonrió alegre.
Cerré mis ojos al rato porque estaba muy cansada, la última imagen que tuve fue Peter hablándole a Amira, explicándole que Santino viviría junto a nosotros.

Llegas a la casa, nuestra casa fue hermoso, estaba todo lleno de globos de colores, entusiasmados entramos a la habitación de  Amira y metimos a Santino en la cuna, todo estaba perfectamente decorado, se notó que todo estaba hecho con mucho amor.
-Los chicos sí que se esmeraron-besé la mejilla de Peter.
Amira me llamó diciéndome mamá y me trajo un libro con diferentes colores y texturas, me senté en el suelo aunque me dolía todo, Peter hizo lo mismo.
-Yo me quedo, anda a descansar..
-No, esta todo bien-negué con la cabeza.
Me puse a leer cada cosa que pasaba en el libro, antes de pasar de página había que acariciar a cada personaje porque algunos eran suaves, otro rugosos, otro solamente eran brillantes, era su libro favorito.
A la media hora a ella también la acostamos en la cama, quería dormir una siesta.

Al salir de la habitación espié por la puerta y se me llenaron los ojos de lágrimas, con Peter no nos alejamos mucho, nos quedamos cerca por las dudas.
-¿Soñabas con que esto iba a ser así?-elevó sus cejas mientras acariciaba mi pelo.
Negué con la cabeza.
-Yo.. Yo ni podía soñarlo, cuando era chica si lo soñaba, pero después... Viví el día a día, soñar no era una posibilidad para mi, pero.. Pero ahora volví a soñar-me acerqué a su cara y sonreí sobre sus labios- lo sueño todo, lo sueño todo con vos Pit
Eso hizo que él también me sonriera.
Yo lo abracé del cuello y él de mi cintura, otra vez nuestras frentes se chocaron.
Cuando abrí mis ojos y me encontré con los suyos supe que estaba viendo que mi dolor se había transformado, en su lugar era pura ternura y amor.
Se me escaparon las lágrimas por la felicidad y Peter me las fue sacando de la cara.
-Mereces esto mi chiquita, un feliz comienzo-me besó la frente, le sonreí.
-Nos merecemos esto los dos, nuestro feliz comienzo-besé sus labios aún sin soltarlo, él me sonrió con sus ojitos brillosos.
-Pienso cumplir con eso siempre-asintió con la cabeza.
-Te tomo la palabra eh-me reí.
Nos sentamos en un sillón al aire libre y me relajé, ya no habían más días de tensión.
Como la realidad era que estaba muy cansada me quedé dormida porque Peter me hizo caricias en la frente, en toda la cara.
Segundos antes de dormirme sentí su beso en mi mejilla, eso me dio mucha ternura, mucha paz.

Cielo verde y salvadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora