Capítulo 29

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Me desperté porque estaban golpeando fuertemente la puerta de la habitación, agradecí que estuviera la traba puesta, con las chicas nos miramos asustadas.
-¡Abran la puerta! ¡Ya mismo! ¡Es una orden!-Hakim estaba sacado, me acerqué lentamente y abrí la puerta porque todo iba a ser peor-¡¿quién fue?! ¡¿Quién le dijo al traicionero de Peter Lanzani donde estamos viviendo?!
No supe que decir, como actuar.
-Fui yo-Eugenia dio la cara, la miré sin entender nada- contale al resto de las chicas que enteraste de mi embarazo y me golpeaste hasta que perdí a mi bebé, contale que trataste de ocultarlo, que me obligaste a estar callada y no mencionarlo, hablé yo con Peter Lanzani porque yo sí ya no tengo nada que perder
Hakim la miró firmemente, iba a abalanzarse sobre Eugenia pero lo agarramos de la ropa y los brazos pero se safó de nuestro agarre.
Corrió hasta acorralar a Eugenia, cuando iba a levantarle la mano entraron varias personas.
-¡Levantá la mano!-Peter le gritó a Hakim, había traído a la policía, ellos lo estaban apuntando con un arma.
-Vos no sabes con quién te metiste-Hakim elevó sus cejas desafiantes.
-Vos no sabes con quién te metiste-Peter no bajó su mirada- te metiste con la persona que realmente ama a Lali Esposito, con sus amigas, con mi hijo, con su hija, con sus hijos y con el bebé de Eugenia, te metiste con varias personas, pero el que ahora está acorralado sos vos, digamos que vine porque te van a extraditar a mi país, el país que abandonaste, te escapaste como un cobarde porque se te iba a a venir la noche-Peter se rió- mañana mismo tenes que presentarte a un juicio
Hakim se quedó estático y nos miró a cada una con furia, iba a intentar hacerle algo nuevamente a Eugenia pero lo detuvieron, le esposaron las manos.
La policía se lo llevó, con las chicas estábamos aún shockeadas, Eugenia se encontraba temblando, la abracé fuertemente, ella me había mentido, no me había dicho toda la verdad, besé su frente, después las chicas se unieron.
No pude evitar que se me cayeran las lágrimas.
-Ya Lali-Peter me abrazó con cuidado-¿estas bien?-me miró a los ojos, asentí con la cabeza emocionada.
-Lo.. Lo hiciste Peter-no daba crédito a lo que había acabado de pasar.
-No fui yo solo, fue Andrés, las fotos que te sacó Candela, las fotos que me mandó Eugenia, sí, me mandó fotos desde el teléfono que te di a vos, se sacó fotos de las heridas-Peter me lo contó apenado, solo de escucharlo se me puso la piel de gallina-ya todo pasó mi amor-agarró mi cara con sus manos, choqué mi frente con la suya-¿me crees cuando te digo que todo va a ser solo un sueño feo?
Asentí con la cabeza, lo abracé nuevamente y me escondí debajo de su cuello.
-Te extrañé tanto chiquita..-Peter me agarró de la mano- vení La..
Lo seguí caminando y me llevó hasta la calle, se abrió la camioneta y bajó corriendo mi hija, me agaché y me abrazo, yo también la abracé, llené su carita de besos mientras no podía para de llorar.
-Mamá-Amira me miró y señaló a Peter- papá mío
Escuchar eso de sus labios me sorprendió, la abracé suavemente después de besar su mejilla.
-Digamos que le enseñé una palabra nueva, así lo siento yo y así decide llamarme ella-Peter me lo dijo con sus ojos brillosos, también estaba emocionado- mi chiquita-me abrazó siendo cuidadoso-esta noche volvemos La
Lo miré y una sonrisa sincera, alegre, se asomó sobre mis labios, no podía creer el poder volver, sobre todo acompañada de mis dos amores.
Cuando fui a ver que hacían las chicas estaban todas abrazando y besando a sus hijos.
-Hola-nos saludó Andrés, a los segundos también apareció Candela- fue medio lío traer a todos, pero cumplimos
-Cumpliste-le sonreí a Andrés, él me guiñó un ojo, Candela sonrió alegre.

Cuando se hizo de noche subimos a un avión para volver a Argentina, me senté junto a Peter y mi hija.
Busqué en mi bolso algo antes de tener que guardarlo, me lo guardé hasta que el avión despegó, cuando Amira estaba durmiendo le di un sobre a Peter.
-¿Y esto?-me miró extrañado.
-Digamos que lo conserve por varios años..-lo miré algo nerviosa.
Peter abrió el sobre y se puso a leer la carta que escondí y atesoré todo este tiempo, se le empezaron a caer lágrimas de la emoción, cuando me miró a los ojos acercó su cara a la mía, apoyó su mano en una de mis mejillas y me besó dulcemente, me aferré bien hacia él, no quería soltarlo.
-Yo también fallé La la land, yo también siento cosas por vos-elevó sus cejas mirándome con una sonrisa.
Lo abracé y dormí así casi todo el viaje, al fin pude dormir más tranquila, estaba protegida por mi ángel guardián, mi adorado Peter.

El avión aterrizo y cargué a mi hija, Peter llevó mi pequeña valija, donde solo tenía algunas cosas preciadas, manejó hasta la casa de Nordelta, nuestra casa.
-¿Puedo decir ahora que esta sí es nuestra casa?-lo miré con una sonrisa, él asintió con la cabeza sonriéndome.
-Desde el día uno en el que la compre esta es tu casa, es nuestra-me abrazó, Amira rápidamente fue a buscar algún juguete con el cual jugar.
-Qué.. ¿Qué pasó con Manuela?-cambié de tema al cabo de un rato-no quiero traerla a este presente pero es algo que no es un tema que podamos evitar
-Ella aceptó el divorcio y se va a quedar con la casa-Peter suspiró- me da igual, este es mi verdadero lugar, acá, con vos-dejó un besito dulce en mi frente, mis ojos se achinaron de la alegría- y tengo una buena noticia para vos, Hakim aceptó firmar todos los divorcios con la condición de que se acortara su pena por violencia de género, en realidad es una buena y una mala, sabes como funciona la justicia en este país, que digamos es un chiste, pero por lo menos va a estar metido preso por un tiempo largo
Escuchar eso de su boca fue como un alivio, solté el aire que tenía contenido.
-¿Ahora sí somos solo vos y yo?-no podía creerlo, Peter asintió con la cabeza.
-En realidad vos, tu hija, nuestro bebito y yo-sus ojos también se volvieron chinos al sonreírme, hace tiempo no lo veía así, cuando era chico sus ojos también se ponían chinos, esa era una de mis debilidades.
Lo besé sosteniendo su cara con mis manos, rozamos nuestras narices, fui mordiendo suavemente sus labios.
Cuando Amira se durmió Peter me cargó con cuidado y terminamos en la cama, caricia va, caricia viene volví a sentir lo que siempre hubo entre nosotros: amor del lindo, amor del verdadero.
-Pit-lo llamé y él me miró a los ojos, le hice una caricia dulce en una de sus mejillas-te amo
En el preciso instante en el que terminé de decir eso sus ojos brillaron, me pareció algo hermoso, literalmente brillaron, eso me puso más que emocional
-Te amo mi chiquita-me lo susurró aferrándose bien a mi, sonreí sobre su boca y di rienda suelta a un nuevo beso-¿queres que tengamos otro bebé más acaso?
Me reí.
-Sos imposible-no pude evitar sonreírle, despeiné y peiné su pelo con mi mano, dejé un besito en la punta de la nariz- ahora sí es nuestro nidito de amor
-¡Al fin!-Peter besó detenidamente mi frente.
Me quedé descansando entre sus brazos, nos hicimos caricias, nos mimamos hasta que nuestra hija nos llamo, sí, nuestra, noté que Amira y Peter tienen adoración por el otro, eso llenó un poquito más mi alma lastimada.

Cielo verde y salvadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora