Capitulo 3

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Una semana había pasado desde que Yoongi trabajaba y vivía en unas de las habitaciones del personal, que por cierto no eran para nada pequeñas, que tenia la mansión de los Park. Una semana con la misma rutina. El alfa no podía creer la vida tan monótona que tenia el lindo omega que estaba a su cuidado. 

El alfa podría decir exactamente toda la actividad que tenia ese hermoso omega, y se sorprendía que una persona como Jimin, que tiene veinte años, viviera la vida de una persona trabajadora como la de un adulto de más de cuarenta años. 

En la mañana, cuando llegaba al comedor principal de la mansión, siempre lo encontraba desayunando solo o acompañado, por poco tiempo, por su hermano Hoseok y esa era una de las pocas veces en la que lo veía sonreír, pero todo cambiaba cuando llegaba el primo de este, Jungkook, pues con la presencia de este el humor del menor cambiaba radicalmente.

Yoongi sabia que nadie dentro de esa casa estaba libre de pecado, pero tenia que reconocer que todos tenían su actitud. Con la única persona con la que a llegado a entablar una cómoda y breve conversación a sido con el hijo mayor de Sung Ha, Hoseok, quien siempre le pedía que cuide de su hermano menor.

El blanquecino se llevaba muy bien con Hoseok, ya que este siempre demostraba una aura serena y alegre cuando estaban a solas o con Jimin, pero también se volvía peligroso y aterrador cuando estaba rodeado de otras personas y más cuando se trataba de asuntos relacionado con los negocios sucios de Sung Ha. 

Su relación con Jungkook, la cual era nula, se basaba en las miradas de superioridad que este siempre le dirigía o los "accidentales" empujones que este le daba. En más de una ocasión noto las miradas lascivas que este le dirigía al omega que estaba bajo su cuidado, también noto los "disimulados" insultos que este le daba al rubio.  

El camino hasta la empresa tardaba menos de una hora y en esos minutos se la pasaba en un completo silencio dentro del automóvil. En los únicos momentos en los que hablaban era cuando el menor le avisaba los lugares a los que tendrían que asistir, aunque eso pasaba muy poco, ya que el menor pocas veces salía de la empresa o de la mansión.

Y como todos los días, desde que empezó a trabajar, se encontraba sentado sobre una cómoda silla en una parte de la oficina de Jimin, mientras que este no despegaba su vista de los diversos papeles que se encontraban sobre su enorme escritorio mientras hablaba por teléfono con una clara expresión de enojo o frustración. 

Podría sonar mal, porque lo era, pero muchas veces se imagino escenas erótico sobre ese escritorio teniendo como personaje al rubio omega y a el mismo y es que el omega parecía querer provocarlo, algunas veces, pues siempre movía sus caderas de una forma sensual y varias veces descubrió la forma tan sensual en la que el omega mordía sus labios cuando estaba totalmente concentrado.

A Yoongi le encantaba el gusto que tenia el omega para la decoración, pues su oficina era el claro ejemplo de lo elegante y pulcro que este era y de sus buenas decisiones. Cada día memorizaba las cosas que había dentro de esa oficina y podría jurar que en esos pocos días ya había memorizado todo lo que se encontraba en ese lugar.

Memorizo los muebles, la cantidad de libros en los estantes, los adornos sobre los mueble, las copas de cristal con pequeños detalles de oro y las botellas de licor que estaban dentro de esa hermosa vitrina de madera y cristal. Lo que más le encantaba eran esas seis botellas que estaban ordenadas por tamaño.

-Entrega estos papeles en la oficina del gerente comercial, el señor Choi- Ordeno el omega, que hace poco segundo haba terminado su llamada.

-Discúlpeme señor Park, pero ese no es mi trabajo- Contesto el alfa viendo la expresión neutral que tenia el rubio.

-No te estoy pidiendo un favor, te lo estoy ordenando- Recriminó Jimin, logrando que el alfa reconsiderara la petición. 

-Esta bien, lo siento- Acepto el alfa, pues sabia que ese pedido no le tomaría mucho tiempo -¿Donde queda la oficina del señor Choi?

-En el piso de abajo, usualmente se queda hasta estas horas- Explicó el rubio.

Eso sorprendió un poco al blanquecino, pues no se imaginaba que persona se podría queda a esa hora, ya que habían pasado más de una hora desde la horario de salida de los trabajadores de esa empresa y dudaba un poco de que alguien estuviera en ese edificio.

El mayor asintió tomando los papeles que el omega le había dado saliendo de esa oficina. Ya se había acostumbrado a pasar por esos pasillos a esa altas hora de la noche, pues era costumbre que su jefe se quedara trabajando hasta la medianoche.

Se dirigió hasta la oficina del señor Choi y toco varias veces la puerta de la oficina, pero claramente no había nadie y a los pocos minutos se encontró con una secretaria que le dijo sobre la ausencia del gerente y que el vicepresidente sabia de ese detalle. Eso logro que el blanquecino se pusiera en alerta y corriera hasta la oficina de su jefe sorprendiéndose al ver que esta estaba vacía.






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Gracias por leer.

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Un Amor Letal- YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora