Jimin en menos de diez minutos ya había bajado las extensas escaleras de madera que poseía la mansión de su padre. Se confundió al no ver a su hermano o a los guardaespaldas de este en la entrada de la mansión, como siempre estaban cuando llegaban de una reunión en el extranjero o de otra provincia de Corea.
-¿Que te dije de bajar las escaleras a esa velocidad?- Lo regañó su hermano mayor quien estaba recargado a un lado de la escalera, razón por la cual no lo vio.
-Hoseok- Susurró el omega mientras se acercaba a su hermano mayor a pasos rápidos.
Cuando estuvo cerca del alfa este lo abrazo. Un simple gesto que ambos amaban, pero que solamente hacia a escondidas de su padre, pues a este le desagradaba y hasta odiaba ver o sentir cualquier afecto físico o muestra de cariño y más que nada odiaba que sus hijos demostraran eso, aunque sea entre ellos.
-Oye, escúchame- Pidió Hoseok tratando de ganar a atención de su hermanito- Te pudiste haber lastimado- Reprochó con el ceño fruncido mientras acariciaba la cabellera rubia que el menor heredo de su madre.
-No te preocupes, siempre he bajado de esa manera las escaleras y tu lo sabes- Contestó Jimin restándole importancia a su peligrosa manera de bajar las escaleras.
-Si, lo sé, pero- Sus palabras se vieron interrumpidas por una de las tantas sirvientas en la mansión.
-Disculpen la interrupción, el desayuno esta listo- Dijo la beta mientras hacia una educada reverencia hacia los hijos de su jefe.
-Gracias, Jeong Yeon- Dijo cortésmente y amablemente Jimin separándose de su hermano.
-En un momento iremos- Dijo el alfa buscando algo en el bolsillo de su saco- Y si no es muchas molestia ¿podrías colocar el desayuno en la mesa del jardín trasero?
-No sería ningún problema- Contesto la beta- Me retiro- Avisó la mujer mientras volvía a hacer una reverencia para luego desaparecer de la vista de los hermanos.
-Te compre esto- Dijo el mayor sacando una cajita de forma rectangular, pasándosela a su hermanito.
-¿Que es?- Pregunto curioso Jimin sosteniendo aquella cajita en sus manos sintiendo que esta pesaba lo mismo que una pluma.
-Es una pulsera de diamantes con zafiros, lo vi en una vidriera- Jimin asintió ante lo dicho por su hermano mientras abría la cajita apreciando la bella pulsera.
-Es bellísima- Dijo el menor viendo como su hermano colocaba aquella pulsera alrededor de su muñeca.
-Y pensé que te quedaría perfecto y veo que no me equivoque- El menor miro con una sonrisa por ese gesto muy común de su hermano cuando se iba de viaje al extranjero.
-Gracias, pero ¿Cuánto te costo?- Inquirió Jimin sabiendo que aquella joya no era para nada barata.
-Eso no te lo diré, porque se que querrás pagarme y no voy a aceptar tu dinero- Hoseok levanto sus manos como señal de alto hacia su hermano.
El alfa sabia que su hermano nunca aceptaba regalos de otras personas, ya que siempre por su desconfianza consideraba que todos los regalos que recibía de otras personas que no fuera él eran con una intención oculta y no lo culpaba en el mundo en el que vivían era una costumbre aquello.
En cuanto a los regalos que le daba a su hermano este siempre trataba de pagárselo pues sabia que esos presentes no eran para nada baratos, además de que era un lindo omega orgulloso y modesto.
Hoseok estaba al tanto de aquellos alfas que deseaban tener a su hermano como esposo y usualmente trataba de deshacerse de esos tipos, claramente conocía como se manejaban las mayorías de los matrimonios dentro de ese mundo en el que su hermano menor y el pertenecen a la fuerza.
-Oh, vamos- Dijo el menor mientras entrelazaba sus dedos para luego colocarlos sobre el hombro de su hermano mayor-dime ¿Cómo puedo hacer para pagarte esta hermosura?- Al hacer esa pregunta el alfa pareció pensarlo.
-Que tal si me acompañas a desayunar, almorzar y a cenar- Como respuesta recibió una esplendida sonrisa-¿Vamos?- Pregunto mirando los ojos azulinos de su hermano.
-Vamos- Contesto el menor con una ligera sonrisa.
Hoseok coloco su brazo derecho por sobre los hombros de su hermano menor y este abrazo la cintura de su hermano mayor con su brazo izquierdo ambos dirigiéndose hasta el hermoso jardín que alguna vez le perteneció a su madre y que ahora le pertenece a Jimin el cual cuida de el como si fuera su propio hijo.
Al llegar al bello jardín cada uno se sentó en una de las sillas de madera que rodeaban la linda mesa de cristal. El desayuno estaba servido tal y como pidió Jimin quien, además de ser el vicepresidente de la empresa, se encargaba de las necesidades de la mansión, del personal y de todo lo que a ella refiere.
Su difunta madre se encargaba de hacer eso y lo hacia voluntariamente, en cambió él lo hacia obligadamente, pues su padre creía que ese trabajo no era para la ama de llave sino para el omega de la casa, ósea él, y por ende desde joven se encargo de esa mansión que es testigo de los malos tratos que recibe, de sus lagrimas y de, aunque sean pocas las veces, sus alegrías.
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Un Amor Letal- YoonMin
Short StoryJimin creía que lo peor que pudo pasarle, además de ser un omega, era haberse enamorado de su guardaespaldas.