no me importa ser invisible - «quisiera créermelo»

capitulo 17

Cuba salio furioso del hospital con España corriendo detrás de él.

- Cuba! Espera! Detente! - le gritaba el Español persiguiendolo

Cuba se detuvo en seco y volteó bruscamente con lágrimas asomándose en sus ojos. España paró al ver eso mirándolo preocupado.

- que quieres?! Que me quedé sin hacer nada!? Ese gringo de mierda estuvo prácticamente torturando a Puerto Rico durante años! Enfrente de mí! Y nunca me di cuenta! - Cuba estaba llorando a montones.

Se tomaba los problemas de Puerto Rico como sus propios problemas. Y le dolían quizás más de que a Puerto porque a este casi  no se preocupaba nada por si mismo, sino por como lo ve el resto a él. Si el por dentro estaba sufriendo, no le importaba, contado de que el resto no lo notará jamás y no lo vieran débil.

- no es todo... Un día después que que ví a Puerto Rico volar por primera y última vez, lo encontré llorando en la entrada de su casa... Le pregunté que le pasó, y solo me dijo que "Usa me lo había retado por volar"... Yo que le dije...? Que seguramente lo hacía para protegerlo! Que no le diera importancia! Cuando probablemente ese mismo día literalmente le amputaron una parte de él!

Cuba por primera vez agachó la cabeza llorando. Se sentía tan culpable por aquella frase sin malas intenciones que dijo hace años.

- ... - España lo miraba compadecido de él - Cuba... Tranquilo... Eras aún muy pequeño para comprender eso, no lo sabías... - trató de calmarlo España - si alguien no tiene perdón aquí... Soy yo... Yo lo abandoné... Fuí yo quien lo dejo en manos de ese maldito gringo - dijo con lágrimas asomándose por sus ojos y en la última frase apretando levemente el puño - ten calma el yanqui más temprano que tarde tendrá que pagar... - prometió con una semi sonrisa.

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Puerto Rico, desde su ventana estaba de espaldas a España pero vió claramente a Cuba llorar y bajar la cabeza, algo que nunca pensó ver en su vida. Eso lo hizo sentirse mil veces peor. Hablar sobre eso hizo poner tan mal a Cuba? Se sentía culpable. Si tan solo se hubiera quedado callado. Pero ellos querían saber... Ellos le pidieron explicaciones... Entonces... Por qué se sentía tan mal.

Su vida era un caos, su cabeza está un caos, su pasado presente y probablemente futuro, será un caos. Todo era tan confuso ya no sabía que hacer, no sabía a dónde huir, todas sus salidas estaban cerradas, todas las miradas estaban en él, lo presionaban, lo juzgaban, se sentía ahogado, se sentía insuficiente, se sentía mal...

No sabía si debería estar bien, era feliz? Así se sentía la felicidad? Por qué lo hacía sentir peor de cuando todo su dolor, todo su sufrimiento eran para él y no molestaban a otras personas? Por qué ellos querían gastar su tiempo en él?

Puerto se abrazó a si mismo como si eso fuese a solucionar algo. Pensaba mil y una cosas, no entendía. Cada vez se iba clavando más y más las uñas.

Después de un minuto entraron Cuba y España a la habitación. Puerto no se dió cuánta dejando que los otros dos países vieran una gotas de sangre salir del brazo del puertorriqueño justo donde se estaba clavando las uñas.

España llamo a una enfermera que estaba en el pasillo mientras que Cuba se acercó a la camilla.

- P-Puerto...?

Puerto Rico al escucharlo volteó levemente, al poder verlo solo lo abrazó empezando a llorar.

- Cuba! Cuba, por favor no me odies! no te enfades conmigo! Yo no quería que te preocuparas por mí! Yo ni siquiera quería que te enteres de nada de esto! Son mis problemas, yo debería hacerme cargo! Por favor no me odies! - perdía frenéticamente Puerto Rico llorando  en el hombro de Cuba abrazándolo fuertemente.

- Puerto... Yo no te odio... Nunca podría odiarte... Puedo molestarme contigo, pero nunca por algo que nunca fue tu decisión como que te hallan cortado las alas... Solo a veces me frustra no entender tus formas de actuar... Pero es todo, yo te quiero mucho, y nunca lo dejaré de hacer.

Esas palabras no fueron suficiente para detener el llanto del más jóven, pero únicamente porque estaba en una especie de trance dónde no pensaba lo que hacía o decía, por lo que era muy peligroso para Puerto entrar en un trance así solo.

España veía esto desde la puerta con una sensación entre alegrado, por la hermosa relación entre Cuba y Puerto, desde el cariño y preocupación mutua, un poco angustiado, ya que ante sus ojos veía como Cuba, siendo su primo, era mejor padre para Puerto Rico de lo que él fué alguna vez, y Preocupación ya que Puerto Rico seguía sangrando.

Un doctor, una practicante y un enfermero entraron al cuarto. Separaron a Puerto y Cuba, recostaron al primero en la camilla, como estaba confundido agitado alterada y llorando optaron por inyectarle un tranquilizante para que se calmara y su corazón dejará de latir tan rápido.

(...)

Puerto despertó en medio de la oscuridad. No traía la ropa del hospital y hacía mucho frío. El lugar era pequeño quizás 1/2m x 1m x 2m de alto.

Puerto comenzó a hiperventilar. Sentía que le faltaba el aire y presión en el pecho. Pasan varios minutos hasta que alguien decide abrir la puerta. Puerto al ver quién era definitivamente prefería quedarse allí. Pero Los Estados Unidos de América nunca aceptaría un "no" por respuesta. El país lo sacó jalándolo del cabello. Puerto obviamente lloraba y se quejaba, pero simplemente no lo escuchaba. El de habla inglesa lo dejó pero empezó a gritarle. No le entendía, solo sabía que estaba muy asustado y que quería salir de allí lo mas pronto posible.

Después de gritarle por lo que parecieron 3 horas empezó a golpearlo bruscamente. Puerto solo se mantenía en el frío piso enrollado y rogando que que todo terminara pronto. Después de unos minutos Estados Unidos finalmente se cansó y lo subió al auto para llevarlo al hospital, solamente para que no sospecharan. Únicamente les decía a los doctores que era un niño inquieto y revoltoso que se había caído por allí.

(...)

Puerto despertó sentándose en la camilla aliviado de seguir en el hospital. Era de noche por lo que se volvió a acostar pero ahora de costado llorando hasta dormirse.