capitulo 12

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Puerto ya había llegado al hospital pero se encontraba nervioso. Tenía las rodillas a la altura del pecho y sus uñas enterradas en su brazos.

- (por qué tardan tanto?) (Les habrá pasado algo?) (Y si perdieron el vuelo?) (Y si tuvieron en accidente aéreo?) (O viniendo para acá?) (Si les pasó algo será solo tu culpa Puerto Rico) (todo por no aguantar unas miradas) (miradas juzgadoras) (encerio Puerto Rico, acabas de recuperar a tu padre y ya lo perderás?) (No, él no es tu padre, te abandonó, lo recuerdas?) - esto era todo lo que Puerto Rico escuchaba.

Solo escuchaba esas molestas voces juzgando todo lo que hacía, decía o pensaba.

- silencio, silencio, silencio, silencio, silencio - repetía entre dientes balanceándose levemente hacia delante y atrás.

Cada palabra hacía que se rasguñe cada vez más fuerte y rápido. Hubiera seguido de no ser que sintió un líquido chorrear levemente de su ante brazo, era sangre. Para su mala suerte en ese momento en la puerta de su habitación se escuchó.

- hola Puerto... Perdón por tardar... - dijo Cuba entre jadeos mientras entraba en el cuarto.

Cuba corrió junto a España una cuadra y media para llegar al hospital.

Puerto Rico reaccionó rápido y se limpió la mano con el revés de la sábana y escondió su ante brazo herido detrás de su espalda.

- ostia tío como llueve, no? - comentó España riendo mientras entraba a la habitación detrás de Cuba.

- ho-hola España, hola Cuba - saludó con una sonrisa nerviosamente.

- oye enano, te trajimos un libro - le dijo Cuba a Puerto Rico sacando el libro de dentro de su abrigo dónde lo escondió para que no se mojase.

- gracias! - le contestó entusiasmado el chico teniendo que agarrar el libro con su mano no hábil.

Por el poco equilibrio que tenía en la mano movió un poco la sábana cuando quiso apoyar el libro en su regado, lo que bastó para que la mancha de sangre quedará expuesta a la vista.

- Puerto! Eso es sangre? - preguntó España asustado.

- no, no ,no ,no - Puerto Rico sacudió las manos en señal de negación por costumbre pero rápidamente atrajo el ante brazo herido a su pecho - bueno, en realidad si. Pero fue un acci-

- Cuba voy por un médico, trata de frenar la sangre - le ordenó España a Cuba saliendo del cuarto.

Cuba tomo un pañuelo lo doblo y presiono sobre la herida.

-Cuba te juro que fue un accidente - insistía Puerto Rico.

Puerto estaba alterado por lo que de la herida brotara mas sangre.

- eso no me importa ahora Puerto Rico! - dijo Cuba ya un poco mas nervioso.

Puerto estaba alterado, nervioso, confundido. Tan solo unos segundos después se formaron múltiples grietas al rededor e su cara y brazos mientras que al puertorriqueño se le cristalizaron los ojos.

Entró un doctor, pero al ver el estado de el país decido pedir mas ayuda. Así llego otra doctora y un enfermero.

- muchas gracias señor nosotros seguimos - le agradeció el enfermero a Cuba.

Le dieron un tranquilizante por intravenosa a Puerto ya que estaba muy alterado e incluso se resistía y para evitar que empeorara y comenzaron a tratar la herida y las grietas.

....

Ahora Puerto Rico estaba sentado en la camilla, apoyado contra el vidrio de la ventana apreciando la altura a la que estaba. Contra todo lo que se esperaría estaba bastante calmado, quizás sea solo por la medicación que le administraban constantemente.

Sus brazos, ojo izquierdo y al rededor de la boca estaba repleto de vendajes. Cada tanto venía un enfermero y suministraba más calmantes y analgésicos, pero era todo no cruzaba ni una palabra con ellos.

España decidió quedarse un tiempo en su casa para poder estar con él. Él y Cuba se fueron a casa para asearse y dormir un poco. Por lo que Puerto estaba completamente solo, en ese hospital, a la 4:00 am sin contar a el personal médico.

Todo siguió igual hasta que una enfermera se destinó a hablarle.

- Señor Puerto Rico? - lo llamó tranquilamente.

- a? Si? - preguntó Puerto enderezando se.

- no es muy tarde para estar despierto?

Puerto hizo una mueca para luego desviar la mirada.

- Requiere algo para dormir? - preguntó amablemente.

- n-no gracias, no quisiera molestar - sonrió con pesadez.

Estaba cansado pero no lograba dormir y si lo hacía algo lo despertaría instantáneamente.

- no es una molestia. Solo tengo que preguntarle al medico de turno.

La chica se despidió y salió de la habitación.

Después de cinco minutos la chica volvió con un vaso de agua y una pastilla en mano.

- tomé

Puerto la miró y tomó la pastilla y el vaso de agua.

- gracias señorita - le agradeció el puertorriqueño y luego tomó el medicamento.

- que descanse señor Puerto Rico.

Se despidió y salió pagando la luz dejando como única iluminación la luz de la luna que entraba por la ventana. Puerto volvió a apoyar su cabeza en el vidrio y cerró los ojos sin confiar en que la pastilla que le dieron haga efecto.

Pasó uno, dos, cuatro, ocho minutos cuando algo lo alertó. Escuchó como la ventana hacía "crack" luego otra vez, y otra. Para cuándo abrió los ojos la ventana estaba toda agrietada y en un segundo, se vino abajo. Como él ejercía presión sobre ella, cuando los vidrios se separaron él calló por la ventana

Calló de espaldas por lo que veía al cielo nocturno. Sintió como si la caída durara horas. Veía su vendaje aflojarse y soltarse de él. Pero, no sentía miedo, al contrario estaba totalmente tranquilo, su respiración era lenta. Se sentía liviano y totalmente libre como nunca se había sentido. Sonrió con lágrimas escurriendo de sus ojos. Pero esa maravillosa sensación no duraría mucho en ese momento sintió un fuerte dolor en la espalda y luego todo fue negro.

- Puerto. Puerto? Ey, Puerto despierta.

Puerto Rico se despertó agitado jadeando. Miró a su alrededor. Seguía en la habitación, su vendaje no se había movido, a su lado estaba Cuba con una expresión de confusión y un poco más alejado de la camilla España.

- Puerto estas bien?

El corazón a Puerto le latía a mil por hora.

- a ? S-si, solo una pesadilla (o más bien un sueño) - re respondió frotándose el ojo notando unas pequeñas lágrimas que se limpió rápidamente con el puño.

- está bien, no pasa nada - le sonrió Cuba y puerto le respondió de la misma manera.

Volteó a ver la ventana y vio una pequeña grieta en la parte inferior izquierda. Eso lo alteró levemente.

- solo fue un sueño... Solo un sueño... Un sueño... - susurró para si mismo.

no me importa ser invisible - «quisiera créermelo»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora