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Caín

Tres horas antes.

Isis se se puso en marcha mientras yo alegaba tener muchos trabajos de la universidad para salir, extrañamente ella no había insistido tant, hasta estaba a gusto con que yo me quedara en el departamento.

Mis ánimos eran nulos tanto que decidí no seguirla, ella debía estar por esos bosques matando a Bambi o al conejito Thumper como cuando era pequeña.

No iba a negar que luego de haber encontrado aquellos tulipanes amarillos en la puerta durante varios días seguidos empezaba a tener aun más esperanza de que Isabella estaba viva o solo podía ser una coincidencia, de todos modos no había algo que me hiciera levantarme de la cama o de alejarme de aquella ropa que aún tenía su olor.

Pero todo me llevaba a ella porque para Isabella los tulipanes amarillose eran esperanza.

La puerta suena nuevamente. Me puse de pie soltando un suspiro algo pesado esperando que fuera el sushi, la cara de sorpresa es obvia y mi cuerpo no reacciona al ver a Miriam James, una muy demacrada Miriam James con lagrimas en los ojos y tulipanes amarillos en sus manos.

-Lo siento tanto, de verdad no quería, ella me obligó pero no puedo cargar con otra muerte -su voz se cortaba negando un poco antes de caer a mis pies sollozando, ella me tiende los tulipanes y con estos una nota, una dirección-. Perdóname Caín.

-¿Sabés de ella?

Solo pude correr a la ventana gritando el nombre de Jaxon. Mi hermano no tarda mucho tiempo en asomarse, al ver mi rostro siento que entiende todo. Jaxon solo puede sentir, ambos llegamos a la calle al mismo tiempo y casi siendo un récord. No habíamos dudado en esconder a Miriam en el departamento de Jaxon.

-Escúchame Caín, no podemos ir así como así, debemos buscar a la policía -Jaxon me miraba dandome su celular.

Asentí dándole la razón solo esta vez, Jaxon conducía pero sus manos temblaban, las mías jugueteaban entre si. Justo antes de llegar él empieza a llamar, pero sin involucrar a nuestras familias.

Sabia que me iban a matar al saber que decidí no decir nada, pero hasta no tener a Isabella conmigo ellos no iban a ser avisados, no podías arriesgarme a que Isis le hiciera algo antes de poder encontrar a Isabella.

Isis estaba atrapada y solo quería disfrutar su cara al ver qué la habíamos descubierto. Quince minutos y la policía no llegaba, ellos no llegaban y eso me desesperaba.

-Voy a ir yo... -susurré mientras me bajaba del auto-. Un minuto de espera nos puede costar mucho, Isis le puede hacer algo...

-No, debemos esperar, no sabemos si Isis tiene a alguien de su lado -dice bajándose del auto-. No queremos heridos.

-¡Isabella puede estar herida!

Empecé a caminar sintiéndome estúpido de saber que había estado cerca de ella y no lo supe.

Para ese momento ya estaba fantaseando con tenerla entre mis brazos, con besarla y saber que estaba bien.

Estaba cagado y no lo iba a negar. La puerta estaba medio abierta, esto podía ser una buena o mala idea -debes hacerlo-. Dude un poco hasta escuchar aquél grito.

-¡Si te vas Caín va a morir, sal, pero va a morir! -su voz estaba cargada con rabia- ¿Crees que no tengo un perro faldero? Sal, vete, pero en cuanto te vea, va a ir por Caín.

Seguí rápidamente el sonido de los gritos para encontrar a ambas rubias cubiertas de sangre pero la que estaba de pie era Isabella, lo sabía. Apesar de estar haciendo lo que estaba haciendo sus movimientos eran delicados. Ella estaba al final de las escaleras, su rabia la hizo agarrar por el cabello a Isis golpeándola contra la pared, yo estaba en shock al verla tan demacrada.

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