2.- La Poción y los Dursley

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Cinco años después:

La vieja señora Black había muerto y eso significaba que Harry Potter, siendo el ahijado de Sirius Black, había heredado Grimmauld Place al no haber otro varón Black con vida. Tomó mucho tiempo dejar la casa limpia de objetos oscuros y conseguir que el elfo, Kreacher, escuchara a su nuevo amo. Ese fue trabajo para Ojo Loco Moody. Había ido a la casa y básicamente había sobornado al elfo; tomó fotos familiares, las organizó, las colocó en un álbum y se lo dio al elfo. Kreacher parecía muy interesado en mantener un guardapelo antiguo con una "S" al frente, y Moody lo dejó, cada vez que intentaba quitárselo, el elfo lloraba, así que el hombre permitió que se lo quedara, haciendo a la criatura más tolerante para trabajar. Las únicas cosas que no se eliminaron fueron el retrato de la señora Black (porque tenía un hechizo de permanencia), los retratos familiares y el árbol genealógico.

Ahora, en un cálido día de verano, Harry leía en la biblioteca. Tenía un par de anteojos redondos, ya que su visión era muy mala, y tenía puestos unos jeans, una camiseta y una sudadera con capucha. Leía un libro de historia cuando escuchó a alguien llegar por flu a la sala y corrió para ver quién era. Se cubrió con su capa de invisibilidad y miró cómo un hombre alto, delgado y pálido, vestido con una sombría túnica negra, con el cabello hasta los hombros, entraba al lugar. Sus negros ojos observaron la habitación; su rostro era dominado por esos ojos y su prominente nariz. Harry sabía que era el profesor de Pociones, Severus Snape, jefe de la Casa Slytherin en Hogwarts. El niño se sacó la capa y dio un paso adelante, sorprendiendo al hombre.

– Hola, profesor Snape – Saludó educadamente – ¿Cómo se encuentra? –

– Estoy bien, señor Potter. ¿Dónde está el lobo? – Gruñó Snape en respuesta.

– ¿El tío Lunático? Creo que está comiendo en la cocina, desayunamos hace poco, pero él siempre tiene mucha hambre cerca del cambio. Quizás tendremos que ir de compras, aunque fuimos ayer –

– Muy gracioso, Harry. Hola, Severus – Saludó Remus entrando a la sala y alborotando el cabello de Harry. – Entonces, ¿la tienes? –

– La tengo. Sin duda deseas enjaular al monstruo – Contestó Snape con los labios fruncidos de disgusto.

– ¿Esa es? ¿Es esa la poción que ayudará al tío Lunático? – Preguntó Harry con los ojos bien abiertos – ¿Es la poción Matalobos? –

– Si, es esta – Dijo Snape pasándole una copa que botaba mucho vapor a Remus – Bébela toda, cada gota. Por el aroma supongo que debe saber terrible –

– No importa, estoy complacido. Gracias, Severus –

– ¡Usted la hizo para él! – Exclamó Harry sonriendo – ¡Usted me gusta, señor! –

– Umh – Murmuró Snape mirando fijamente al pequeño.

– Él tiene más que los ojos de Lily, Severus. Es inteligente, igual que ella, y tiene su personalidad. Aunque vuela excelente, y comenzó muy pequeño – Intervino Moody mientras entraba a la sala cojeando.

– ¿Te integrarás al Quidditch en el colegio? – Le preguntó Snape a Harry, mirándolo con una expresión que el niño no pudo descifrar.

– Sí, señor. Lo haré. Estaré en Gryffindor, aunque no odio a Slytherin. El tío Al es un Slytherin y un tipo decente. Él me ha enseñado mucho y yo, en realidad, quiero estar en Gryffindor. Así que eso quiere decir que usted no será mi Jefe de Casa –

– Y yo que esperaba tanto eso – Dijo Snape sarcásticamente, con su suerte el chico sería tan malo como su padre en la escuela.

– Espero que me vaya muy bien en pociones, señor. Estoy practicando con muchas ganas en mis ratos libres de la escuela muggle a la que voy, señor – Dijo Harry – Quiero ser como mi madre. El tío Lunático dijo que ella era muy buena, aunque no tan buena como usted –

Adoptando a Harry: Ojoloco y el hombre loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora