19.- El baile de Navidad

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Harry estaba nervioso, el baile de Navidad se acercaba y nunca en toda su vida se había dado cuenta de cuántas chicas había en Hogwarts. ¡Estaban por todas partes, riendo tontamente en los pasillos, estudiando en la biblioteca y en sus clases! Ron ya le había preguntado a Hermione y ella había dicho que sí y Ginny también tenía una cita y no quiso decir con quién. Sin embargo, Harry Potter no tenía una cita y estaba preocupado, se vería muy mal si aparecía solo. Se dirigía a su clase de Defensa cuando la vio. Allí con un grupo de Ravenclaws estaba Luna Lovegood. Sin embargo, ella había cambiado, la niña que había conocido en los últimos años se había ido y en su lugar había una mujer joven. Ella había usado maquillaje para acentuar su ya bonita cara, sus cejas una vez casi transparentes eran de un suave color topo y tenía un toque de color en sus bonitas mejillas blancas. Harry tragó saliva y se acercó a ella tan nervioso como podía estar. Ella se volvió y sonrió y él casi se derrite en ese momento.

– Hola Luna, ¿quieres ir al baile conmigo? – Harry preguntó y estaba seguro de que ella podía escuchar los latidos de su corazón que eran tan fuertes en sus oídos.

– ¡Por supuesto que lo haría Harry! – Dijo sonriendo, su rostro se iluminó, ya que en tercer año la única forma en que podría ir al baile era con un estudiante mayor. – Sería un honor para mí –

– ¡Genial, eso es genial! – Harry dijo sonriendo.

– Nos vemos en pociones, ¿después podamos hablar? – Ella dijo (tenía un año de ventaja en pociones, Snape era uno de los profesores que permitía que los estudiantes que estaban por encima de sus compañeros de clase saltaran adelante si eran lo suficientemente buenos y Luna Lovegood lo era).

– ¡Sí, eso sería genial! – Dijo Harry.

Casi flota a su siguiente clase y Remus sonrió al ver el rostro sonrojado y la mirada soñadora en los ojos de Harry. Se había preocupado por Harry, pero sabía que su pupilo tenía una cita. Tendría que tener a Sirius bajo control ya que se burlaría de Harry al respecto, estaba seguro de ello. Sin embargo, no tenía que preocuparse de que Sirius se burlara de Harry, no se burlaba de él y Remus sabía sin que Sirius le dijera que su mejor amigo estaba saliendo. Remus quería saber quién era, pero no preguntó como Sirius le diría a su debido tiempo.

Unos días después, Draco y Hermione se encontraron en los pasillos fuera de la oficina de Flitwick. Se intercambiaron palabras acaloradas y Draco llamó a Hermione sangre sucia. De inmediato, Hermione sacó su varita al igual que Draco. Harry, Ron y Neville vieron esto pero no se atrevieron a involucrarse ya que vieron lo que Draco y Hermione no vieron, el pequeño Flitwick saliendo apresuradamente de su oficina. Fue en este momento que Hermione y Draco se lanzaron hechizos el uno al otro. Hermione le puso el cabello rosado a Draco, el de él estaba peor, la golpeó en la cara y enseguida le empezaron a crecer los dientes. Con un movimiento de su varita, Flitwick detuvo los dientes de Hermione para que no le crecieran los dientes y le hizo retroceder el cabello a Draco. Parecía decepcionado, no enojado, no molesto sino decepcionado mientras caminaba hacia los adolescentes.

– Cinco puntos de Slytherin y Gryffindor por pelear en los pasillos como matones comunes – Él dijo. – En cuanto a usted joven –

– ¡Ella lo empezó! – Protestó Draco. – Ella me lanzó su hechizo primero –

– Escuché lo que dijiste joven – Dijo Flitwick. – Estoy muy avergonzado de ti, joven Malfoy, usando un término tan perverso como ese. Eres un chico inteligente, muy inteligente e insultante y menospreciar no es algo que debas hacer. ¿Te gustaría que alguien te ridiculizara? –

– No señor – Draco dijo en voz baja.

– Entonces, como lección, debo sacar cinco puntos más de Slytherin – Dijo Flitwick. – Odio tener que hacerlo, pero tus acciones fueron espantosas. Quiero que pienses antes de hablar en el futuro –

Adoptando a Harry: Ojoloco y el hombre loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora