Adoptando a Harry: Ojoloco y el hombre lobo

23.- Construyendo las defensas

Harry siguió a Snape a la escuela con Moody justo detrás con Crouch. Remus y Sirius corrieron para ver si Harry estaba bien. Sirius estaba mortalmente pálido y agarró a Harry, lo había abrazado, abrazándolo con fuerza. Comenzó a ayudar a Harry a subir las escaleras con la intención de llevarlo a la enfermería. Remus estaba totalmente de acuerdo en eso, Harry estaba herido y necesitaba que lo cuidaran, podía hablar de lo que pasó después.

– Necesito ver al director – Dijo Harry. – Tengo que decirle que Voldemort ha vuelto –

– Necesitas que te cuiden Harry – Dijo Remus.

– Tío Moony, por favor, puedo recibir atención después, tengo que contarle todo – Dijo Harry.

– Solo si vamos contigo – Sirius dijo – De ninguna manera pasarás por esto solo –

– Muy bien, primero voy a encerrar esto en mi baúl – Moody dijo. – Te alcanzaré –

– ¿Quiere que vaya con usted, señor? – Snape le preguntó.

– No, puedes ir con Harry, tengo esta cosa – Moody respondió.

Harry fue ayudado a subir las escaleras hacia la oficina del director. Tanto Remus como Sirius no lo soltarían incluso cuando lo llevaron a una silla. Snape estaba de pie cerca del escritorio del director luciendo serio, McGonagall estaba junto a él mirando a Harry preocupado en su rostro. Dumbledore se levantó y se acercó a la preocupación de Harry en su rostro. Harry vio al ministro de magia y realmente no quería hablar con Fudge allí, no confiaba en él para nada. Sin embargo, tenía que decir todo lo que sabía, aquí y ahora, ya que todos necesitaban saber que Voldemort había vuelto.

– Director, no estoy de acuerdo en que Harry deba hablar de esto ahora – Dijo Sirius.

– Ha pasado por demasiado esta noche – Remus estuvo de acuerdo.

– Tengo que hacerlo, le he dicho a alguien – Dijo Harry. – Voldemort ha vuelto, yo estaba allí –

– Estoy de acuerdo con Harry, tiene que decirnos lo que pasó – Dumbledore dijo gentilmente. – Cuando estés listo Harry –

Harry les contó todo, desde cómo fue secuestrado al regresar a Hogwarts hasta ser atado a la lápida del padre de Voldemort. Contó cómo Voldemort había regresado y cómo había visto asesinar a Karkaroff. Contó cómo se había liberado de las cuerdas y cómo se vio obligado a batirse en duelo con Voldemort. Cuando llegó a la parte sobre la conexión de su varita con Voldemort, McGonagall jadeó. Finalmente, después de que Harry sintió que había hablado durante horas, se quedó quieto esperando lo que los adultos tenían que decir.

– ¡Eso, eso no puede ser verdad! – Tartamudeó Fudge. – ¡No puede regresar! ¡Simplemente no puede! –

– Harry no mentiría – Dijo Dumbledore con calma.

– ¡No puedo creer esto, no lo haré! – Fudge dijo enojado. – Él es el único testigo, ¿cómo podemos creerle? –

– Tenemos al hijo de Barty Crouch – Dijo Snape. – Alastor Moody lo tiene encerrado en su baúl –

– Hay uno más en esta habitación que estaba allí – Dijo Dumbledore. – Es hora de que se nos revele. Rita Skeeter, muéstrate, o lo haré yo por ti –

El escarabajo que había aterrizado en la túnica de Harry y se había escondido allí a través de todo lo que había pasado voló al suelo. A los pocos segundos apareció una mujer que estaba erguida y alta y miraba nerviosamente a su alrededor. Sirius sabía cómo se sentía ser descubierto como un animago ilegal, sin saber cuál sería tu destino. Aun así, ella había tratado de lastimar a Remus y él le gruñó para mostrarle cuánto eso le disgustaba.