Adoptando a Harry: Ojoloco y el hombre lobo

33.- Amigos, sirvientes y nuevo año escolar

Draco se estaba adaptando muy bien a Grimmauld Place y disfrutaba estar aquí. Se había llevado una agradable sorpresa cuando Dobby visitó la casa mientras vigilaba de cerca a Harry a pesar de que ahora trabajaba para los Weasley. Draco estaba bajando a la planta baja cuando escuchó un chillido de alegría y un pequeño cuerpo corrió hacia él. Miró hacia abajo y reconoció a Dobby que estaba abrazando su pierna sollozando de alegría. Dobby era un elfo libre, ganaba un salario y se le permitía vestirse. La ropa que vestía no hacía juego pero estaba limpia. Tenía un par de pantalones cortos de fútbol de color azul brillante para niños, una camisa amarilla, un chaleco rojo y un cómodo sombrero de té verde y naranja. Narcissa bajaba las escaleras y se detuvo y miró fijamente al que había sido su elfo que había traído al matrimonio que su querido esposo había logrado alejarse.

– Maestro Draco, amo Draco, usted ha crecido mucho, ¡pero Dobby todavía lo conoce, señor! –

– Dobby, te ves bien – Draco dijo recordando sus tropiezos sobre las rodillas de su madre y su mano fuerte sobre su trasero por no tratar bien a los elfos domésticos. – ¿Cómo estás? –

– Oh, el maestro Draco Dobby está feliz de ser libre aunque extraña al maestro Draco – Dijo Dobby.

– Me alegra que estés feliz Dobby – Dijo Narcissa. – ¿Lo has hecho bien con tu nueva familia? –

– ¡Oh, sí señorita Cissy, muy bien pero te extraño! – Dijo Dobby. – Pero no el maestro Lucius, es un malvado... ¡oh no! –

Narcissa lo retuvo gentilmente mientras estaba a punto de castigarse a sí mismo.

– Dobby, no tienes que arrepentirte, Lucius es un idiota, eras mi elfo pero ahora sirves a otra familia –

– ¿La señora Cissy no está enojada con Dobby? – Dijo Dobby.

– No, el maestro Lucius te echó y fue Harry quien ayudó a liberarte – Dijo Narcissa justo cuando Harry se acercaba.

– Bueno, el Sr. Malfoy lo estaba lastimando – Harry dijo mirando a Dobby – No estuvo bien –

– No, no lo fue, especialmente porque le dije a Dobby que te protegiera – Dijo Narcissa.

– ¿Tu qué? – Harry y Draco dijeron que sus ojos se agrandaron mirándola.

– Bueno, mi esposo es un idiota y una vez quiso traer de vuelta al señor oscuro – Dijo Narcissa. – Naturalmente, no quería eso porque estaba seguro de que significaría tu muerte – Dijo Narcissa. – Además de que soy un verdadero purasangre al igual que mi hijo, no nos inclinamos ante los señores oscuros o las damas. Es por eso que Draco no quería unirse al señor oscuro, sabía que estaba por debajo de él en el fondo –

– ¡Sí, sí lo hice, además no podría salir con Ginny si me uniera a él! – Draco dijo al ver a Ginny bajar las escaleras.

Más tarde ese día, varios adolescentes estaban de mal humor cuando Harry, Ron y Hermione pudieron entrar a las reuniones de la orden. Fred y George casi levantan el techo con sus gritos de indignidad y solo se detuvieron cuando su madre les dio a ambos un golpe en la cabeza. Dumbledore estaba cumpliendo su palabra, Harry iba a saber todo lo que estaba pasando. Encontró que la mayor parte de la reunión fue aburrida ya que hablaron principalmente de lo que habían hecho en la última reunión. Fue Sirius quien salvó el día indicándole a Remus que le diera a Harry un pedazo de su pergamino encantado. Harry casi sonrió ante lo que era, estaba encantado de que lo que escribiera, Sirius y Remus obtuvieran y viceversa. No estaba claro si Moody sabía lo que estaban haciendo o no, sin embargo, si lo sabía, no lo estaba diciendo.

– Normalmente no tendría a nadie tan joven aquí – Dijo Dumbledore con calma mientras Severus miraba al director y luego a Harry y sus amigos. – Sin embargo, como Harry conoce la profecía y le prometí que lo incluiría en todas las cosas, él está aquí ahora –