Harry, que ya tenía diez años, bostezó y se estiró despertando completamente. Miró alrededor de su gran y confortable habitación y tiró hacía atrás el cobertor azul, finalmente se levantó. Rápidamente hizo su cama y se dirigió al baño para darse una ducha; se vistió para comenzar el día y después de darle los buenos días al vacío retrato del director Black, bajó saltando las escaleras y se dirigió al comedor. Era el cumpleaños número once de Dudley, y Harry le había conseguido algo que le gustaría: el libro "Historia de Smeltings", ya que Dudley asistirá a la misma escuela a la que había ido su padre. Harry incluso lo había envuelto en los colores favoritos de Dudley: verde y dorado. Su primo y amigo era un poco malcriado, pero porque era hijo único (al igual que él, Harry), pero tenía a sus padres y por eso tenía mucha, mucha suerte.
Harry vio a Moody sentando a la mesa disfrutando su cuarta taza de café, Remus bebía la primera y ambos leían el periódico.
– Buenos días, Harry – le saludó Remus sin dejar de mirar el periódico – ¿Dormiste bien? –
– Sí, tío Lunático – respondió Harry mirando a Moody, que se veía demasiado inocente para su gusto – Está bien tío Al, ¿Qué hiciste? –
– ¿Qué te hace pensar que hice algo, Harry? – dijo Moody en tono inocente.
– Estás demasiado tranquilo... – Harry se agachó por instinto y con increíbles reflejos cerró su mano sobre una pequeña bola – ¿O está perdiendo su toque, señor? –
– ¿Eh? – Moody miró a Harry con los dos ojos – ¿Qué quieres decir con eso? –
– Puedo leerte como un libro, y sé cuando estás tramando algo – respondió el niño.
– Bueno, debes estar preparado. Alerta Permanente – dijo Moody sonriendo un poco.
—Sí, lo sé. Y también "inocente hasta que se demuestre lo contrario", "no mates a menos que sea necesario", "la tortura es mala" y "el veritaserum es tu mejor amigo en una interrogación" ¡Oh! Y "cuando las probabilidades están en tu contra, reza por caer luchando, porque podrías ganar" –
– Esa última no es mía, chico –
– No, señor. Es mía –
– Eres un muchacho muy inteligente – le sonrió Moody.
Harry se sentó con una sonrisa y comenzó a comer con ánimo su desayuno, avena con crema y azúcar, tostadas y jugo de naranja. Después de comer hasta que estuvo satisfecho fue a buscar a Kreacher para hablar con él sobre la familia a la que había servido. Harry adoraba escuchar al viejo elfo sobre las generaciones a las que había servido y quiénes habían sido sus mejores amos. A Kreacher le gustaba Harry porque era un amo justo y bueno, él no le permitía castigarse a sí mismo, en vez de ello, tenía que ir con él, Harry, o con Remus o Moody si sentía que había hecho algo malo. La mayoría de las veces no era nada que Harry o los otros dos hombres vieran necesidad de castigar, y después podía volver al trabajo.
Otra razón por la que Kreacher era feliz, era porque Abby, que después de que Moody vendió su casa (para ayudar con su retiro porque había perdido dinero en algunos tratos) había venido a vivir aquí. Abby y Kreacher habían tenido dos pequeños elfos, y Harry sabía que pasarían por lo menos diez años antes de que pudiera verlos, porque los elfos pequeños tenían que ser instruidos por sus padres en la magia que necesitarán toda su vida. Era una cosa muy privada y personal, y tomaba años enseñarla. A Harry no le molestaba porque sabía que los elfos serían muy buenos trabajadores cuando crecieran.
Kreacher estaba sumido en una historia sobre Sirius cuando Remus entró a la habitación para buscar a Harry. El chiquillo levantó la mirada y se puso de pie al darse cuenta de que era hora de irse.
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Adoptando a Harry: Ojoloco y el hombre lobo
FanfictionRemus Lupin saca a Harry de St. Mungo's después del ataque a Godric's Hollow. Alastor Moody encuentra al hombre lobo y se pone de su lado para criar a Harry. ¿Cómo funcionará esto? Lea para averiguarlo. Los personajes le pertenecen a J.K. Rowling Es...