34.- Sorpresas en el bosque prohibido

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El invierno llegó a Hogwarts congelando a todos en el castillo y convirtiendo los terrenos en un paraíso invernal. A Harry le encantaba el clima y le encantaba ir a Hogsmeade con sus amigos. Sintió un poco de pena por Draco a quien no se le permitía salir del terreno y, por cierto, tomó asiento con cuidado en su próxima clase de defensa, Harry sabía que había intentado escabullirse y estaba seguro de que Snape tenía algo que ver con disciplinarlo... Harry le deslizó un frasco sabiendo que al menos ayudaba y Draco asintió en agradecimiento. Unos días después, Harry estaba acurrucado en el lugar más cálido que pudo encontrar cuando Moody vino a buscarlo.

– Abrígate bien Harry – Él dijo. – Alguien quiere verte –

– ¿Quien? – Preguntó Harry y luego vio a Severus con Sirius detrás de Moody.

– Oh, alegría, tengo que lidiar con el mocoso dorado – Dijo Severus y Harry supo que estaba bromeando aunque se veía muy serio. – ¿Por qué necesito congelarme afuera cuando podría estar en mis mazmorras? –

– ¿Torturar a un inocente señor de primer año? – Harry dijo entonces se dio cuenta de lo que había dicho y el horror cruzó su rostro. – Oh, lo siento señor, no quise ser irrespetuoso... –

– ¿De verdad Harry? – Dijo Severus. – ¡Si fueras cualquier otro estudiante, te despellejaría vivo! –

– Severus deja de aterrorizar a Harry – Moody dijo. – Y si tomas puntos, simplemente los agregaré de nuevo –

– No te atreverías – Dijo Severus.

– Pruébame chico, solo pruébame – Moody respondió. – No, Harry, sé que es malvado, pero sé respetuoso –

– Sí señor – Harry dijo: – Seré respetuoso, señor –

Snape arqueó una ceja ante eso y tiró de su capa alrededor de él más apretado. Siguió a Moody fuera de la escuela y encontró a Bane esperándolos pateando el suelo con una pezuña grande y resistente. Sin una palabra, los condujo al bosque prohibido y Harry se preguntó qué estaba pasando. El pavor llenó su corazón a cada paso y finalmente llegaron a un claro. Harry vio a alguien vestido con una capa de piel levantarse y caminar hacia ellos. Con un grito de alegría, corrió hacia Remus y lo tiró a la nieve. Ayudó a su tío a levantarse y lo abrazó, negándose a dejarlo ir.

– Tío Moony, ¿cómo, estás bien? ¿Qué pasó? No te lastimaron, ¿verdad? –

– ¡Ve más lento Harry! – Remus dijo riendo. – Estoy bien, pero tengo un pequeño problema –

– ¿Qué es eso señor? – Harry le preguntó.

– Bueno, Greyback encontró mi campamento y apenas salimos antes de que pudiera llevarnos –

– ¿Qué quieres decir con nosotros? – Preguntó Severus.

– Tus hombres lobo están en mi bosque, profesor Snape – Bane dijo claramente que no estaba contento con esto. – ¡Mi bosque no es esperanza para todas las criaturas que los humanos consideren oportuno traer aquí! –

– Le aseguro que nunca supe que vendrían hombres lobo aquí, señor Bane – Dijo Snape, luego al darse cuenta de lo que Bane había dicho, entrecerró los ojos. – ¿Qué quieres decir con mis hombres lobo? –

– Ahora Severus, no puedes enojarte conmigo – Remus dijo mientras Snape se volvía hacia él, sus manos temblaban para estrangular al hombre lobo. – ¡Um, bueno, sabes que te dejé huella y es tu culpa! –

– ¡Remus dime lo que has hecho! – Snape gruñó.

– Um, será mejor que vengan a ver – Dijo Remus.

Adoptando a Harry: Ojoloco y el hombre loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora