Adoptando a Harry: Ojoloco y el hombre lobo

18.- La primera tarea

Harry no podría haber estado más feliz después de la primera tarea, ya que nunca en su vida había visto dragones de cerca. Seguro que había visto al primo mucho más pequeño y amable del dragón, el drake, pero un dragón de verdad era asombroso. Los muggles exageraron su tamaño, haciéndolos mucho más grandes de lo que realmente eran. El dragón promedio medía entre diez y doce pies de largo desde la punta de la robusta hasta la punta de la cola. Los dragones que habían sido traídos a Hogwarts eran hermosos y envidiaba a Charlie en su trabajo con dragones. Habían traído tres, todas hembras, el verde galés común con su piel verde dura y nudosa, la bola de fuego china, un alboroto de rojos y amarillos y, por último, el favorito de Harry, el Colacuerno Húngaro de piel negra y cuernos. Cedric había demostrado una gran habilidad al convocar su escoba y obtener el huevo de oro en la menor cantidad de tiempo y no estaba a la cabeza.

Eso, por supuesto, no era todo, Ron había encontrado una nueva fama como hermano de un guardián de dragones, no solo eso, ¡sino que Charlie se aseguró de que la mayor cantidad de personas posible vieran a Ron de cerca con uno de los dragones acariciándolo! No muchas personas habían acariciado a un dragón y habían vivido para contarlo, aparte de un guardián de dragones y la rara persona que el guardián de dragones dejaba acercarse a un dragón. Harry conocía el secreto del guardián de dragones, ya que Charlie le había dicho que los dragones hablaban pársel y que un guardián de dragones tenía que aprender este idioma casi imposible para hablar con los dragones. No estaba claro si incluso Voldemort sabía de este talento que tenía, ya que estaba concentrado en las serpientes, ya que había aprendido a una edad temprana que podía hablar con ellas. Harry, por supuesto, guardó el secreto, era maravilloso saber que lo que hablaba no era malvado sino muy útil.

Unas semanas después de la primera tarea y Harry iba a almorzar en el gran salón cuando vio a Draco que caminaba luciendo un poco demasiado presumido. Harry lo fulminó con la mirada y se preguntó de qué quería hablar ahora el heredero Malfoy. Ron y Neville sintieron que iba a haber una pelea y por eso se quedaron esperando mientras Draco y Harry se enfrentaban y se miraban el uno al otro. Una pequeña multitud se formó esperando lo que seguro iba a ser una pelea. Ambos chicos sacaron sus varitas cuando vieron algo plateado correr por el pasillo de entrada. Todos se volvieron para ver dos zorros plateados que empezaron a jugar a pelear en el suelo. Ron miró hacia arriba para ver a Fred y George bajando las escaleras y estaba claro a quién pertenecían estos Patronus. Eran chicos inteligentes, habían visto la pelea a punto de comenzar y decidieron terminarla antes de que comenzara.

– Sabes que es muy fácil lanzar uno de estos – Fred dijo.

– Sí, puedes hacer mucho más que ahuyentar a un Dementor, como usarlos para simulacros de batallas... – Agregó George. – Hay un rumor de que también puedes usarlos para hablar –

– ¿Me pregunto cómo se hace eso? – Fred terminó.

– ¿Zorros? – Draco se burló lanzando su Patronus, que era un pequeño dragón – Eso es un Patronus –

– El mío es mejor – Harry dijo lanzando su Ciervo.

– No, creo que el mío se ve mejor – Neville dijo lanzando su nutria. – Las nutrias son muy útiles –

– Todo lo que tengo es un zorro también – Ron dijo lanzando el suyo al mismo tiempo.

– ¿Que está pasando aquí? – Llegó la temida voz de Severus Snape.

Todos se quedaron paralizados en el vestíbulo de entrada y se volvieron lentamente para ver a Snape entrar al vestíbulo de entrada. Miró del Patronus plateado que todavía caminaba por el pasillo a los estudiantes. Lo peor fue el hecho de que el jefe de Durmstrang estaba con él. Harry se preguntó si terminaría como un montón de cenizas en el suelo mientras Snape lo miraba como si fuera a quemarlo con la mirada. Karkaroff salvó a Harry sin querer, ya que estaba impresionado con el nivel de magia que habían logrado los chicos.