Capitulo 10

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Cuando me desperté me di cuenta que era muy temprano, las cortinas blancas le daban paso a pequeños destellos de la noche y cuando me acerque al balcón pude percibir un amanecer, era increíble como la luz de color anaranjado y magenta iban cubriendo a través de pinceladas los colores oscuros de la noche, y cuando el color rosa subió hasta donde estaba el azul dibujaron un violeta que solo lo lograbas ver si prestabas mucha atención, todo en el cielo era tan mágico que me quede ahí hasta que termino el espectáculo de colores.

Cuando salí de mi habitación el cuarto de Asher seguía cerrado, pero decidí entrar, cuando éramos pequeños me gustaba verlo dormir. Intenté hacer el menor ruido al girar la perilla, lo encontré tan tranquilo durmiendo, y su respiración iba a un ritmo lento y relajado, al verlo así no me pude resistir a abrazarlo. Levante su cobija y me acosté junto a él, tenía el sueño muy ligero por lo que no tardó mucho en despertarse y cuando me vio me abrazo, me acomode en su pecho y nos quedamos un tiempo contemplando el techo y rastros de la mañana que entraban por las cortinas.

—Tengo una sorpresa para ti, pero prefería preguntarte antes acerca de eso, porque es una decisión importante— tal vez a eso había ido el día de ayer—, ¿qué te parece la idea de tener una mascota?

—¿Estas bromeando?, sí, claro que sí, sabes que siempre he querido un perro, ¿pensabas traerlo ayer?, Asher podemos ir después de clases— no pude evitar saltar en la cama de la emoción.

—Cálmate, solo era una propuesta, es más creo que ya cambié de opinión— cuando Asher se sentó en el borde de la cama le salte encima, sabía que estaba bromeando, pero quería jugar un poco.

—Bájate koala —tomo mi pie con un movimiento rápido y ágil que me tiro a la cama, no podía aguantarme la risa—, no sabes la batalla que acabas de iniciar.

Cuando termino nuestra gran batalla, baje para ayudar en el desayuno, mientras que Asher se quedó cambiándose, cuando bajaba las escaleras escuche a Denise y Mario charlando de la cena de ayer, les alegraba verme así, también habían escuchado nuestros gritos y risas de la pelea de almohadas que habíamos tenido, se escuchaban felices, escucharlos hablar así de nosotros me hacía sentir que eran nuestros padres, de esos que se sientes orgullosos por sus hijos, lo que mis verdaderos padres no eran. A mí también me había gustado la idea de sentirme así y de alguna forma estaban cambiando las cosas a mi alrededor lo que lo hacía más especial.

Asher me pidió que manejara yo, así que no dude ni un segundo en llevarme el descapotable, se estaba convirtiendo en uno de mis favoritos y más en esta ciudad, había mucho por ver, incluyendo las casas tan lujosas que había en Atherton, cada una te contaba una historia y si llegabas a ver a la familia que vivía ahí podías definir qué clase de personas eran, sé que no estaba bien juzgar a las personas por cómo se veían pero era un pequeño juego, sabía que detrás de todos hay una gran historia, con altas y bajas, tal como yo era y me veía, de camino me quede pensando que verán las personas con solo ver mi apariencia, ¿seré interesante, aburrida, una chica ordinaria, alguien en quien confiar, o alguien conocerá las cosas malas que he hecho?, espero que no sea así, no hay muchas cosas buenas de mí en el pasado.

Cuando llegamos al estacionamiento, Asher se bajó de un salto, tenía unas cosas por revisar de su clase de ese día, y yo decidí que me quedaría un momento dentro, sin saber exactamente que esperaba, mientras más tiempo me encontraba ahí mi mirada se dirigió al lugar de estacionamiento de Deamon, había una camioneta que ocupaba su lugar, tenía los vidrios polarizados casi al límite de lo permitido, por un momento me sentí observada, no sabía si detrás del vidrio habría alguien así que desvié la mirada, si Deamon era el que se encontraba dentro de la camioneta no me convenía que pudiera verme.

Me bajé del carro para poder irme a mi salón de clase, y cuando entre los amigos de Deamon me observaban en cada paso que daba, no sabía cómo sentirme al respecto, ni porque lo hacía, a menos de que Deamon les contara algo acerca de mí, pero cuando estuve a siete filas de asientos de mi lugar encontré la posible razón, había un girasol y cuando gire la vista hacia sus amigos uno de ellos estaba con el celular, no tardó mucho en lo que estaba haciendo al parecer le había avisando a Deamon, porque su nombre al cabo de dos minutos aprecio en mis notificaciones.

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