Capítulo 35

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Deamon caminaba con una mochila n los brazos, en la que había metido un cambio de ropa, la seguridad con la que caminaba me recordó a la primera vez que lo vi, en ese momento yo estaba segura que lo conocía, en mi mente él y yo éramos tan parecido...

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Deamon caminaba con una mochila n los brazos, en la que había metido un cambio de ropa, la seguridad con la que caminaba me recordó a la primera vez que lo vi, en ese momento yo estaba segura que lo conocía, en mi mente él y yo éramos tan parecidos que lo mejor era alejarme de él a toda costa, que equivocada estaba en dos cosas, la primera era que Deamon y yo no nos parecemos, él por mucho que lo intente ocultar a través de ropa oscura, un coche negro con vidrios polarizados, y su actitud sínica, es luz, en cambio yo he sido oscuridad por mucho que me intenten iluminar.

La segunda cosa en la que estaba equivocada era que no tenía intenciones de alejarme de él, realmente nunca las tuve, no fui capaz de separarme de él, y cuanto más tiempo estábamos juntos, más me di cuenta que no quería perderlo.

Tomo mi mano para volver a entrar en los vestidores, saco su ropa y una pequeña bolsa que contenía jabón, shampoo y esponjas, mi plan para ese momento era quitarle la bolsa y huir al vestidor de chicas que estaba al otro lado. Se quitó la ropa que llevaba arriba y la fue acomodando dentro, cuando sintió que yo no hacia ningún movimiento me miro con detenimiento.

—¿Quieres que te ayude? —señalo mi vestido y negué rápidamente, en ese momento volvió a girar su cuerpo al casillero.

Como si de una ladrona con cero experiencias se tratase tome la bolsa de la banca y salí corriendo, escuchaba los gritos de Deamon, no se le escuchaba molesto, al contrario, estaba divirtiéndose con mi actitud infantil, me metí al vestidor de las chicas, para mi fortuna estaba totalmente vacío, nadie me vería como una loca entrando así al vestidor, para ese punto solo tenía que esconderme para que Deamon dejara que me metiera a bañar sola.

La mejor opción que tenía era meterme en una de las cabinas de ducha individuales, intente hacer el menor ruido posible al cerrar la puerta.

Pasaron minutos y no escuchaba ni siquiera un solo paso de Deamon, me pregunte qué había sucedido, pero la respuesta que vino a mi es que seguramente habría decidido darme espacio, decidí que sería la respuesta que dejaría en mi mente, ya que si venía a mí la idea de que le había pasado algo saldría y seguramente me atraparía para hacer lo que él pidiera, no podía negarme a ese chico con tal aspecto que tenía.

Siguieron pasando los minutos y cuando me di cuenta que el no entraría decidí salir a dejar mi ropa en la banca, no había rastro de él, por lo que tome la decisión de quitarme el vestido y meter mi cuerpo lleno de polvo al agua.

El golpeteo del agua en el piso provocó un eco en los vestidores, yo mantuve mi atención en lo que me acaba de hacer aquel pervertido en medio de un campo ecuestre, ¿nos habrá visto?, mierda ahora me arrepentía por dejarlo hacerme eso. Al girar mi cuerpo para tomar un poco de shampoo para mi cabello me di cuenta que estaba detrás de mí.

—¡Mierda!, ¿quieres matarme idiota? —su presencia me provoco un susto terrible pero cuando mi pulso se relajó fui consciente de tenia una playera atada a sus ojos.

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