Me había quedado dormida al poco tiempo después de la llamada con Deamon, nos habíamos quedado callados poco después de sus preguntas, pero el sonido de su respiración agitada y mis gemidos llenaban el ambiente, imaginaba que él había terminado la llamada cuando no obtuvo respuesta mía, quizás me había escuchado roncar, esperaba que no fuera así.
Sentía una especie de resaca, como si hubiera estado bebiendo mucho, pero se debía que habíamos estado al teléfono durante la madrugada, esto no le impedía a mi cuerpo sentir pesadez incluso el sol lastimaba mis ojos ahora que habíamos aparcado en el estacionamiento.
—¿Kat te encuentras bien?, desde la mañana te ves como enferma— no estaba enferma, lo que si sentía era que mi cuerpo me estaba pidiendo algo—, ¿quieres regresar?
—No, estoy bien Asher, cansada eso es todo, vamos, no quiero llegar tarde.
Bajando del carro cuando nos dirigíamos al edifico pude ver a Alex y Deamon juntos, parecía que estaban hablando de algo importante, no quise mirarlos mucho, por lo que había pasado hace veinticuatro horas, las cosas entre Deamon y yo había escalado, la única opción por el momento era detener la situación y ponerle un alto o arriesgarme.
Al entrar al salón el lugar vacío de Tyler me recordó que no había recibido ninguna información, tenía que comunicarme con él y saber si no le hacía falta nada.
Deje mis cosas en mi silla, estaba adelantando información que nos podría ayudar, todavía no estaba segura de que trataría nuestro tema, pero deseaba que con lo poco que había hecho no tuviera mayor problema en clase. Mientras me agachaba para buscar todo lo que necesitaba una mano detuvo mi curso.
Su tacto era caliente y a la vez agobiante, me encontraba entre arruinarlo todo o detener mis emociones y las de él. Una de mis manos seguía libre por lo que me agache para tomar su cartera y ofrecérsela.
—Ten, estaba debajo de mi cama —tomo la cartera y la dejo con la montaña de cosas que había en mi silla, se acercó a mi oído y la sensación de escucharlo respirar era mejor que a través de un teléfono.
—Déjame tenerte —no podía creer que no le importara que estuviéramos en el salón, alrededor de nosotros había personas, y me daba vergüenza que pudieran escuchar las confesiones que estaba haciendo.
Gire mi rostro para poder responderle y anular cualquier idea que tuviera en ese momento, no había contemplado el reducido espacio que había entre él y yo, y nuestros labios se rozaron, sentía como la sangre le daba color a mis mejillas, cada vez aproximaba más su rostro al mío, el sonido de la puerta y la luz apagándose nos detuvo, pero la trayectoria que había tomado le dio tiempo de morder mi labio, casi arrancarlo, sentía un ardor que no me incomodaba, la reacción de mi piel fue confusa, me sentí satisfecha con el recuerdo de sus dientes mordiéndome.
—Tenemos muchos pendientes, aunque lo primero que necesito es que vean un documental, tomen nota de todo lo que les pueda servir, ustedes deciden que sí y que no.
No podía moverme, solo mire al frente intentando esquivar sus ojos, estaríamos durante toda la clase con luces apagadas y quería quemar esas sensaciones, las cosas no estaban llenado como quería, las emociones eran las que dominaron el calor que sentía, comencé a pensar que no soportaría estar a un lado de Deamon.
Su mano subió por mi pierna, y apretó mi muslo, saciando cada vez más mi cuerpo, aun así, me dejaba pidiendo más. Su mano era lo suficientemente grande para rodear mi pierna, trazaba círculos y cada tanto subía más.
Mi reacción por el bien de él y de mi fue quitar su mano, la regrese a su lugar, pero él me atrapo y ahora era yo quien lo tocaba a él, su pierna era fuerte. Cuando estuvo seguro que no la quitaría me dejó a mi sola explorarlo, sentía como tensaba sus músculos, por lo que su pierna se endurecía.
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No Más Juegos
RomanceA través del tiempo me he dado cuenta que los errores que repetidamente cometemos pueden delimitar nuestro pasado, y cuando intentas escapar de él te llevas un fragmento al presente, pero no imagine que lo que tendría en este nuevo comienzo sería De...