C A P Í T U L O - 2

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Bueno, el uniforme no estaba mal, solo aún era extraño para mí.

Aunque no lo crean, en la escuela donde estudiaba no usábamos uniforme... sin duda extrañaría eso.

Dejando de lado lo demás, me emocionaba poder ir a la secundaria, aunque no lo parezca soy muy inteligente y la verdad, tomar clases, pero ahora en idioma coreano -el cual domino un 70%- me motivaba para poder retarme y así tener las mejores notas.

Suspiré y sonreí ante el reflejo del espejo, no esperaba mucho de este día, realmente no me interesaba hacer amigos, he sido solitaria, no significa que tenga un mal carácter o algo, pero he sufrido por culpa de otras personas y creo que ahora solo quería paz mental. Por eso accedí a venir a vivir a Corea sin pensarlo.

Aunque, alguna amiga no estaría mal.

Luego de terminar de arreglarme un poco, tomé mi suéter y mi inhalador para así guardarlo en mi mochila. Ahora sí, ya estaba lista para poder partir a una nueva aventura.

Solo no tenía idea que conocería a la persona más odiosa del mundo en mi primer día de clases.

~💫~

- ¿Crees que llamaré mucho la atención? -pregunté a mi madre ya cuando el chofer estaba frente de la escuela, volteé a verla con un poco de intriga por su respuesta.

-Eres una Cowen cielo, debes llamar la atención. -mencionó colocándose los lentes oscuros con aire de glamur. Okey...

-Gracias por el consejo -murmuré, ahora me sentía mejor, que se note el sarcasmo.

-No hay de qué cielo, diviértete, aprende mucho y consigue un chico con dinero.

-Claro mamá, adiós. -me acerqué y di un pequeño beso en su mejilla, ella también me dio un beso y me indicó que al salir de clase el chofer pasaría por mí.

Salí del automóvil y coloqué mejor mi mochila en el hombro. Bien, ahora sí, no había vuelta atrás, empecé a caminar. Algunos estudiantes se me quedaban viendo, otros murmuraban y otros simplemente me ignoraban. Pero la gran mayoría me veía muy fijamente.

-Solo ignóralos Amber, posiblemente nunca han visto a una pelirroja en su vida. -murmuré para mí misma.

Caminé un poco más segura de mí, ignorando la mirada de los demás. Suspiré. La mayoría de personas aquí supongo que se dejan llevar no por cómo eres sino por lo que tienes, o cuanta herencia te dejarán.

Y con mayor razón, no debía dejar que descubrieran pronto "familia" de quien era. Cuando mi madre se case con el señor Han, básicamente, ahí, sí, sería millonaria. Aunque no es algo que le preste atención, el dinero no era mío, y debía primero luchar por crear algo propio.

Pero para eso faltaba mucho.

Entré al pasillo principal de la secundaria, me dirigí a la dirección. No me pregunten como atiné para llegar, seguí mis instintos. Logré ver el cartel donde indicaba que era la dirección e ingresé.

-Buenos días -mencioné haciendo una reverencia.

La asistente se levantó de su asiento e hizo una reverencia. -Buenos días.

-Gracias, vengo a traer mi horario, mi nombre es Amber Cowen. -hablé.

Ella empezó a buscar unos papeles en su escritorio y luego revisó algo en su computadora. Después de unos segundos, me brindó una hoja con mi información y otra con lo que sería mi horario, el lugar donde tomaría mis clases y mi número de casillero. Agradecí por los documentos, de nuevo hice una reverencia y me marché.

The Heirs - Royalty | Choi Young DoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora