C A P Í T U L O - 11

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"La mañana, que es como una despedida que se acerca poco a poco desde lejos, mientras sonreímos, somos la luz del sol en el cielo nocturno. Es como si la noche caminara sonámbula, poco a poco, seremos olvidados".

"Un extracto del poema Palabras de Caramelo, de Park Yeon Jun. Espero que disfruten su almuerzo, y ha hablado Lee Bona".

Bona es genial.

Estaba escuchando la emisión en su programa de radio de la escuela, estaba caminando por los pasillos de la secundaria para ir a mi casillero.

Al llegar empecé a guardar mis cuadernos de la clase anterior para poder ir a la cafetería a comer algo. Cuando mi teléfono empezó a sonar.

"Odioso" aparecía en la pantalla.

Hice un sonido de queja y dejé que el teléfono sonara.

Cuando en eso sentí que alguien se colocaba detrás de mí y me sorprendí cuando lo vi.

-Pero ¿qué?

- ¿No ibas a responder? –se acercó a mí y colocó su mano en el casillero, logrando que se acercara más a mí. Me hice hacia atrás lo más que podía.

-Muévete. –respondí sin emoción. Alejándolo de mí.

-Esto es molesto. ¿Cómo me puedes llamar "odioso" cuando te invité a comer?

Reí.

-Vamos, eso fue manipulación, y eres odioso desde el primer día. Te odio. –terminé.

- ¿Cambiaras mi nombre?

-Te parece ¿Imbécil? –sonreí.

-Aish, no puedo contigo. –murmuró.

-Si no tienes algo bueno para decir, me voy. –cerré mi casillero y me fui en busca de mi amiga.

~💫~

Uh Brownies.

Iba a agarrar uno, pero en eso alguien agarró mi plato.

- ¿Qué haces ahora? –lo seguí. Él dejó mi plato sobre la mesa, luego la rodeo para poder quedar delante de mí.

- ¿Qué crees? Es porque quiero comer contigo. –se sentó.

- ¿Otra vez? –hice una expresión de aburrimiento.

Luego el chico que aquella vez me había sujetado cuando ayude a Joo Yung, me obligó a tomar asiento sin mi consentimiento.

Luego recordé, que este era el mismo lugar de aquel chico que ahora no estaba más en la secundaria.

-Oh, ya veo. ¿Este es tu plan de venganza? –reí. –¿Que me siente en este lugar?

-Eso no tiene nada que ver. –mencionó él.

Empecé a comer sin restarle importancia, el solo rio.

- ¿Por qué me haces seguirte siempre? Me empiezo a interesar...

-Demente. –susurré. Ya no tenía apetito así que solo tomé un poco más del refresco que había agarrado. –¿Eres siempre así de molesto?

Él dejo de comer.

- ¿Qué?

-Sabes, me empiezo a cansar de tus jueguitos. Si vas a completar tu venganza hazlo de una vez así yo podré completar la mía. –dejé los palillos sobre la mesa haciendo que sonaran fuerte, llamando la atención de todos los presentes.

Corrí la silla y me levanté, de nuevo dejé a Young-Do sin decir una palabra. Caminé para poder ir a la azotea, necesitaba aire, debía ir también por mi inhalador.

The Heirs - Royalty | Choi Young DoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora